Los maestros italianos abandonan el Prado

Hace un año el Museo del Prado anunció que entraba en recesión: el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que aportaba algo más de 28 millones de euros en 2007, ha ido recortando su aportación hasta dejarla en menos de 11 millones de euros. Un desplome se ha acelerado dramáticamente en los dos últimos años, hasta acumular una pérdida de más del44%, con graves consecuencias. Además, anunciaba que la pinacoteca había perdido un 7% de los ingresos propios, acompañada por una caída del 25% de visitas.

Aquel día, el director del museo, Miguel Zugaza, utilizó una metáfora muy visual: “Sobrevolaremos las turbulencias quitándonos fuselaje”. Obviamente, se refería a la promesa de contención del gasto. “Se ha hecho un esfuerzo muy imaginativo para que el museo dependa de sus propios recursos y cuando llegue la ley de mecenazgo será bien recibida”, añadía. Una de esas medidas "imaginativas" que se han potenciado en los últimos años es el alquiler de la colección a otros museos. Desde el Prado prefieren hablar de “donación”.

El museo se embolsará por la operación una cantidad entre 1.500.000 y 2.000.000 de euros

En las cuentas del museo publicadas por el BOE se especifica una caída también en los ingresos por patrocinadores. También se señala un apunte que crece sin parar, “ingresos patrimoniales”: 2.795.000 euros. Un hecho sin precedente en las cuentas del museo, que responde a los beneficios en 2012por el alquiler de exposiciones internacionales con fondos de la colección permanente. Aquel año, en Australia y Houston.

Este periódico ha podido saber que por la nueva muestra australiana, comisariada porMiguel Falomir, jefe del departamento de pintura italiana y francesa (hasta 1700) yAndrés Úbeda, jefe de pintura italiana y francesa (hasta 1700), el museo se embolsará una cantidad entre 1.500.000 y 2.000.000 de euros, más de la mitad de lo que se alcanzó en 2012.

Las lentejas en el extranjero

La última “donación” ya tiene las 72 pinturas y los 33 dibujos embalados y listos para iniciar su largo viaje hasta Australia, a la National Gallery de Victoria (Melbourne). Han sido descolgados de las salas de pintura italiana hasta 1700 un total de 37 cuadros. No es la primera vez que los fondos de la pinacoteca marchan a las antípodas, pero esta vez, los pagadores querían una exposición “más cosmopolita”, es decir, menos española.

Desaparecen hasta septiembre 37 obras capitales de Rafael, Antonio Correggio, Tiziano, Ribera, Tintoretto o Poussin. Una pequeña, pero mu significativa, parte de las cerca de 1.300 pinturas que forman la colección permanente

El próximo 16 se inauguraráObras maestras italianas de la corte española, que apartará de la visita habitual del museo –aunque hasta el momento la pinacoteca no acostumbra a informar a los visitantes de los cuadros que han salido y no podrán ver– obras capitales como La sagrada familia de la rosa de Rafael; Noli me tangere, de Antonio Correggio; Retrato de Felipe II, Salomé con la cabeza de san Juan Bautista, de Tiziano; Rapto de Europa de Tintoretto; La caza de Atalanta y Meleagro, de Poussin. Una pequeña, pero muy significativa, parte de las cerca de 1.300 pinturas que forman la colección permanente.

El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, anunció en este periódicoque mejorará la aportación pública al patrimonio español en los próximos presupuestos. También apuntó que, en estos dos años de caída en picado del apoyo económico a museos, “hemos sido capaces de salvaguardar la conservación de este patrimonio y no se ve ni se ha visto amenazado”. Quizás entonces el Prado pueda dejar de descapitalizar su patrimonio –y ponerlo en riesgo– para conseguir el apoyo económico que en España no obtiene.

El problema económico

Gabriele Finaldi, director adjunto de conservación e investigación del Prado, destaca a este periódico que estas exposiciones “no resuelven” la situación financiera de la pinacoteca. “No es la manera de resolver el problema económico”, dice. Sin embargo, señala otras finalidades de la operación, como el beneficio de más de una veintena de cuadros, que han pasado por talleres para restaurarlos y ponerlos al día para la exposición. De otra manera, las prioridades habrían sido otras. Cuando regresen, volverán a su sitio, limpios y aseados.

El director adjunto reconoce que los alquileres no es la manera de resolver el problema económico, aunque anuncia una muestra en 2015 sobre Goya en Boston

Hasta entonces, allá por septiembre, veremos las salas dedicadas al Renacimiento con menos obra ocupando más espacio libre. También, hay una sala entera (la 6) dedicada a Lucas Jordan, un artista al que se le ve poco por las galerías. Aunque nunca igualará al peso de la obra que ha abandonado las paredes españolas por las australianas.

Desde la institución quieren subrayar que estos viajes “sirven para conocer las exposiciones fuera de España”, así como para “revisar la colección de pintura italiana y estudiarla y escribir sobre ella”. Hasta el momento, no se había estudiado la potencia de los fondos entre Tiziano y Tiépolo. “De muchas de estas obras no se habían publicado más que notas breves”, dice Finaldi.

Un derecho constitucional

¿Si el museo no tuviera esta delicada situación económica se mandarían los cuadros? “No sabría decir. Son circunstancias que han surgido en estos últimos años”, explica Finaldi, que quiere aclarar que El Prado muestra las colecciones “con orgullo” fuera de España. De hecho, sobre la calidad de la obra alquilada comenta que la selección es de primera línea, porque “cuando una parte del Museo sale, debe salir la calidad del Prado”. “Lo que garantizamos es una cierta estabilidad en lo que se puede ver”, añade el director adjunto de conservación e investigación. Y avanza que para 2015 habrá desembarco de Goyaen un museo de Boston.

Desde el museo se explica que el intenso programa de accesibilidad que mantiene hay que pagarlo de alguna manera

El acceso a la cultura ha sido defendido por la Secretaría de Estado de Cultura como un derecho constitucional y, por tanto, irrenunciable. Efectivamente, no ha sido lesionado… casi. El acceso se garantiza, pero una vez dentro, las cosas han cambiado. Las obras han emigrado para buscar el sustento que le falta a la familia en España. Finaldi cuenta que el acceso es “una definición muy amplia”, y lo explica: el Prado abre todos los días de la semana, gratuitos dos horas todos los días, con un acceso virtual (a través de la web), conferencias, publicaciones, etc.

Insiste con la gratuidad, un elemento muy importante. “Esto hay que pagarlo de alguna manera”, zanja. “Lo financiamos con la entrada, con los presupuestos del Estado y nuestra actividad comercial. La actividad de los museos se ha complicado bastante. Hoy día el museo es una máquina muy compleja y la sociedad exige mucho más del museo. Quiere un programa de actividades muy alto, un nivel de exposiciones temporales muy alto y el museo quiere ofrecerlo”. La cuestión en estos momentos es qué está dispuesta a hacer la sociedad por proteger la protección de su patrimonio.