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Alemania rescata a la cultura española en Villa Concordia
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Baviera paga sueldo y pone casa a 6 creadores

Alemania rescata a la cultura española en Villa Concordia

Cada año, doce artistas son seleccionados para vivir en Villa Concordia. No es una película. Seis son alemanes y otros seis proceden de otro país. El

Foto: Vista de Villa Concordia, en Bamberg (Baviera), donde vivirán los seis artistas españoles.
Vista de Villa Concordia, en Bamberg (Baviera), donde vivirán los seis artistas españoles.

Cada año, doce artistas son seleccionados para vivir en Villa Concordia. No es una película. Seis son alemanes y otros seis proceden de otro país. El estado de Baviera cede a cada uno un apartamento en la imponente mansión barroca a las orillas del río Regnitz y les asigna un suelo de 1.500 euros al mes. Durante once meses estos músicos, artistas plásticos y escritores sólo tendrán que preocuparse de crear. No es una ficción, es Alemania.

En esta edición todos los extranjeros llegan del mismo país y en unas semanas seis españoles recibirán asilo cultural en la villa prodigiosa. Los compositores José María Sánchez-Verdú y Alberto Posadas, los escritores Javier Salinas y Ricardo Menéndez Salmón y los artistas Jesús Palomino y Antonio R. Montesinos. Llegarán con sus proyectos a la ciudad de Bamberg les facilitará espacio y tiempo para crear, sin pedir nada a cambio.

Por primera vez, los seis extranjeros seleccionados son todos españoles. Recibirán alojamiento y 1.500 euros al mes durante casi un año

“Tal y como están ahora las cosas en España, la verdad es que es un regalo caído del cielo”, explica Javier Salinas, que piensa “darle un buen empujón o terminar la novela” en la que lleva trabajando los últimos cuatro años. Aunque seguirá ejerciendo desde allí como asesor literario para España. Esta beca le sirve para “crear sin andar perdiendo el aliento en otras cosas”. Trabajar en una novela es “difícil estos días por acá”, dice Salinas. Según cuenta, en España “uno debe elegir entre escribir o ganar dinero”.

1.500 euros mensuales

“Si no es un lujo, se parece bastante”, opina Ricardo Menéndez Salmón, novelista y colaborador de El Confidencial. “Tiempo pleno para la creatividad y una relativa tranquilidad económica son condiciones difíciles de conquistar, al menos para un escritor de mi perfil, dentro de la lógica cultural española”. Menéndez Salmón confía poder “redactar parte de un proyecto” sobre el que viene reflexionando hace meses, como ya avanzaba en este periódico, “una especie de distopía inspirada en las circunstancias ideológicas que padecemos en los últimos años”.

placeholder Ricardo Menéndez Salmón. (EFE)

Ambos escritores destacan que esta no es una beca al uso, es más bien un premio “a la excelencia artística” en forma de mecenazgo. El Estado de Baviera selecciona, mediante un comité de expertos, aquellas carreras que consideran interesantes de impulsar. “Lo asumo como un reconocimiento a mi obra, como un premio por lo que he hecho o por lo que se supone que puedo llegar a hacer”, dice Menéndez Salmón.

Además de trabajar en un par de proyectos, Jesús Palomino quiere dar a su conocer su trabajo en Alemania, realizar conferencias o talleres, dialogar con el público. Sus proyectos e instalaciones, en la mayoría de los casos, “se dejan influir y afectar fuertemente por el entorno humano, social y cultural donde se lleve a cabo la investigación”. El contexto socioeconómico de la estancia determinará la obra: “Los trabajos e ideas que desarrolle en Bamberg tendrán inevitablemente mucho que ver con mi experiencia del lugar, del entorno urbano, del paisaje, las personas y la historia local”.

A favor de la excelencia cultural

Pero la beca no la ve como un lujo. “Digamos, más bien, que se ofrecen condiciones razonablemente positivas para que podamos desarrollar adecuadamente nuestras investigaciones. A mi entender, los entornos laborales deberían garantizar las condiciones necesarias que ayudasen a generar y a desarrollar la excelencia, esto traería como consecuencia lógica frutos profesionales también de excelencia”.

“Bamberg es una ciudad maravillosa, barroca, de un gran peso histórico y que no fue destruida en la II Guerra Mundial, por ello atesora el pasado de una manera excepcional dentro de la cultura alemana”, explica el compositor y director José María Sánchez-Verdú, nacido en Algeciras pero residente en Alemania desde hace veinte años.

placeholder Sánchez-Verdú, creador de la banda sonora del homenaje a las víctimas del 11-M.

“Además, posee una de las más importantes orquestas de Alemania y está en una encrucijada geográfica espléndida, en el norte de Baviera, cerca de Bayreuth, de Würzburg, de la Turingia o de la misma Alta Sajonia”. Aunque el músico no cree que “ese espacio influya en lo creativo”, sí estima que las condiciones “maravillosas”, el uso del “tiempo y la paz” en Villa Concordia y la calma de la ciudad, “lo facilitan todo”. Estar cerca de artistas que cultivan disciplinas diferentes a la propia es uno de los valores de este proyecto, similar al de Villa Medici en Roma o al de la Residencia de Estudiantes en Madrid, una beca que disfrutó Antonio R. Montesinos.

Lejos del fantasma de la crisis

Montesinos va a viajar con dos proyectos. En uno de ellos, Inopias, realiza maquetas de ciudades imaginarias utópicas. Villa Concordia es real, insistimos. El otro, Efecto de arrastre: demoscopia y futuribles, en el que utilizará los titulares de la prensa del último año. Construirá un sondeo de opinión “deliberadamente manipulado hasta llegar a conclusiones absurdas”, conjeturas sobre “alternativas futuribles de reacción de la población ante la actual situación de crisis en España”.

Montesinos empleará su asignación como un sueldo con el que cubrir los gastos de alimentación y transporte y comprar material y otros gastos de producción. “El contexto que me aportará Bamberg será casi de retiro”, explica. “En un nivel social creo que me permitirá poder vivir también un tiempo alejado del fantasma pesimista de la crisis en España. Uno de mis proyectos habla de esta situación y, es verdad, mucha gente está emigrando a países como Alemania. Mi estado como becado en Bamberg me permite pasar de residir de la Europa de los PIGS, a la Europa con poder económico”.

Los seis artistas regresarán a casa en marzo de 2015 con obras para exponer, novelas que publicar y nuevas líneas discursivas por emprender. “El trabajo de un escritor es demasiado solitario y su ego se acrecienta en proporciones desmedidas y eso es fatal —ironiza Javier Salinas—, así que espero que mi ego se diluya por allí y, cuando regrese a España, tenga una novela debajo del brazo por la que todas las editoras se peleen…”. El cuento no ha hecho más que empezar.

Cada año, doce artistas son seleccionados para vivir en Villa Concordia. No es una película. Seis son alemanes y otros seis proceden de otro país. El estado de Baviera cede a cada uno un apartamento en la imponente mansión barroca a las orillas del río Regnitz y les asigna un suelo de 1.500 euros al mes. Durante once meses estos músicos, artistas plásticos y escritores sólo tendrán que preocuparse de crear. No es una ficción, es Alemania.

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