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Bruce Springsteen: de rockero del pueblo a mascota del Partido Demócrata
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'high hopes' triunfa en las listas y en la política

Bruce Springsteen: de rockero del pueblo a mascota del Partido Demócrata

Preguntarnos si Bruce Springsteen es de izquierdas o de derechas quizá sería simplificar demasiado la cuestión. Estamos ante un caso espinoso

Foto: Los cantantes Jay-Z y Bruce Springsteen durante la campaña electoral de Barack Obama en Ohio, en noviembre de 2012 (Reuters)
Los cantantes Jay-Z y Bruce Springsteen durante la campaña electoral de Barack Obama en Ohio, en noviembre de 2012 (Reuters)

Preguntarnos si Bruce Springsteen es de izquierdas o de derechas quizá sería simplificar demasiado la cuestión. Estamos ante un caso espinoso, ya que el rockero de Nueva Jersey tiene seguidores en todo el espectro político. Los izquierdistas y militantes sociales aprecian su atención a las condiciones de vida de la clase trabajadora, mientras tótems republicamos como Ronald Reagan admiraban su potencia como icono de los Estados Unidos (una especie de "action man" que en vez de ametralladora se hubiera conformado con una guitarra eléctrica).

Lo que resulta evidente es su creciente cercanía con el Partido Demócrata desde que participó en la gira "Vote for Change" de 2004, como parte de la campaña de John Kerry (No Surrenderfue su sintonía de campaña).En los últimos tiempos, El Jefe ha reblandecido su discurso a medida que se convertía en una especie de mascota del partido (al que sólo dirige tímidos reproches menores, seguidos de alabanzas al grueso de su gestión). Seis canciones de su último álbum sirven para explicar el giro al centro de sus canciones:

41 Shots (American Skin): su canción más polémica

El texto más arriesgado de su carrera. Explica la muerte de Amadou Diallo, un joven guineano desarmado que recibió 41 disparos de agentes de la policía de Nueva York. Estrenada en verano de 2000, la recuperó en febrero de 2012 para rendir homenaje a Trayvon Martin, joven afroamericano víctima del gatillo fácil de las fuerzas de seguridad. Aunque la canción levantó ampollas, incluso protestas de los sindicatos de la policía, tiene razón el periodista Dave Lifton al señalar que "quien se haya molestado en atender a la letra descubrirán que es bastante empática con los agentes".

Sobre todo porque Springsteen compra la versión de que los disparos a Diallo fueron producto de la confusión ("¿Es una pistola?¿es un cuchillo?/¿es una cartera?/es tu vida"). Además el texto da a entender que Diallo no siguió los consejos de su madre sobre ser amable con la policía y no echar a correr cuando le detuvieran. ¿Será que el Boss no es tan antiautoritario como le pintan algunos?

The Wall: a vueltas con Vietnam

Las desgracias de los soldados estadounidenses son uno de los asuntos preferidos de Springsteen. Esta canción de 1998 se basa en una idea del rockero Joe Gruscheky:se inspira en la visita de Springsteen al memorial de los Veteranos de Vietnam en Washington, con especial recuerdo a Walter Cichon, rockero de Nueva Jersey que no regresó de aquella escabechina.

El problema con Springsteen y las canciones bélicas es que solo empatiza con el ejército de su país. No hay ejemplos de letras donde se ponga en la piel del enemigo, como hicieran Oliver Stone en El cielo y la tierrao Clint Eastwood en Cartas desde Iwo Jima. Su único gesto mínimo de acercamiento al contrario fue Worlds Apart, una canción donde incluyó músicos qawwali de Pakistán. El problema es que la letra parte de la teoría reaccionaria del choque de civilizaciones ("Somos mundos aparte"), además de que la música qawwali estaba prohibida por los talibanes (el punto de vista escogido parece recomendado por la CIA).

Otro ejemplo palmario es la canción You Are Missing, donde relata con todo detalle el vacío que deja una víctima del 11-S. Nos guste más o menos, no dedicar un texto parecido a una víctima de los bombardeos de EEUU en Oriente Medio es otra forma de posicionarse (y no especialmente ética). Springsteen sí que ha usado el recurso de "ponerse en la piel ajena" cuando trata otras cuestiones políticas, por ejemplo en Streets of Philadelphia, donde cantaba en primerapersona sobre un gay víctima del SIDA.

The Ghost of Tom Joad: destellos de la Gran Depresión

La canción que daba título a su disco de 1995. Se trata de un trabajo conceptual inspirado en Las uvas de la ira, de John Steinbeck (1939), la mejor novela sobre la Gran Depresión estadounidense de 1929. Springsteen resucita esas imágenes de la miseria popular para ilustrar la situación de parte de la clase trabajadora (estadounidense y mexicana) a mediados de los noventa. Eric Alertan, profesor de la Universidad de Nueva York, explica en un artículo de The Nationque el objetivo de Springsteen en álbum disco es "denunciar la política de Bill Clinton en favor de las grandes corporaciones" y profundizar en un "modelo de patriotismo alternativo al de Ronald Reagan".

El historiador Bryan Garman remata el análisis: "La aportación de Springsteen a la política consiste en incluir en sus canciones las geografías de clase trabajadora. Me refiero a las minas, las fábricas cerradas, las cadenas de montaje… Canta sobre la ciudad industrial, los rituales de la factoría y la vida de los bares de barrio. Estos lugares habían sido excluidos de la música popular, haciendo más complicada la construcción de una identidad para la clase trabajadora del país".

Cualquier sociólogo que quiera conocer la vida de la gente común en EE.UU en los años setenta y ochenta hará bien en recurrir aDarkness On The Edge Of Town(1978), The River(1980) y Nebraska(1982). El problema es que El Jefe parece cada vez más alejado del día a día de estas capas sociales. Un ejemplo claro de su desconexión fue el trato con la cadena de supermercados Wal-Mart para distribuir en exclusiva una antología de éxitos en 2009. Las protestas de muchos seguidores y hasta de Human Rights Watch no se hicieron esperar, debido a los bajos sueldos y feroz política antisindical de la empresa. El Jefe reconoció poco después que "había sido un error". Desde entonces, ha hablado en varias ocasiones contra la desigualdad salarial.

This Is Your Sword: misticismo de clase trabajadora

Seguramente la canción más floja del disco, mezcla de metáforas religiosas y estridentes gaitas gaélicas. La letra es una especie de fantasía mística sobre la fuerza que otorgan los antepasados a quienes se enfrentan a una vida dura. Springsteen regala munición argumental a los que le acusan de convertir los problemas de la clase trabajadora en cuentos morales simplificados.

La critica más dura le llegó en 2012 en Philadelphia Weekly, firmada por John Starkey III: "Como alguien que ha trabajado la mayoría de su vida en imprentas, fábricas de cristal y almacenes curtes, puedo decir que este tipo de trabajo no es divertido en absoluto. En realidad, apesta. Ponerle una capa de pintura romántica encima es insultante. (…) Springsteen siempre se ha esforzado por presentarse a sí mismo como un hombre corriente, pero en realidad publicó su primer disco a los veintitrés años. A no ser que empezara a trabajar en una mina de carbón a los siete, sabe muy poco acerca de ese trabajo duro-y-aburrido-que-te-deja-hecho-un-guiñapo sobre el que escribe con tanta sinceridad. (…) Todos necesitamos héroes y gente a la que idolatrar. Yo no soy diferente. También busco puntos de referencia en estos tiempos duros: necesitamos oxigenarnos con historias escapistas más grandes que la vida. No voy negar el poder de Born To Run. Simplemente me gustaría que existiera más gente dispuesta a admitir que un álbum como Workin On a Dream(2009) es una mierda falsa y populista. Y mejor no empecemos a hablar de letras como We Talke Care Of Your Own. Springsteen no es tan malo como para demonizarlo, pero tampoco tan bueno como para convertirle en un santo". Básicamente, el firmante pide algo razonable: que se reconozca que El Jefe ha bajado notablemente el nivel (artístico y político) desde hace al menos diez años (tirando por lo bajo).

Dream Baby Dream: punk, pero poquito

Un clásico de los ácidos Suicide, legendario dúo de la escena punk neoyorquina de finales de los setenta. Resulta revelador que Springsteen haya escogido versionar una de las canciones más dulces del grupo, en vez de tirar por la cruda Frankie Teardrop, de la que se había declarado fan en varias entrevistas. Esta última canción habla de un obrero de veinte años, desahuciado de su casa, que termina matando a su mujer y a su hijo porque no puede alimentarios.

Por supuesto, la decisión tiene su lógica, porque el Jefe solo ha roto el tono "esperanzado" en contadas ocasiones de su carrera, con el desolador Nebraskacomo ejemplo más evidente. A estas alturas de la película, con letras cada vez más azucaradas, pocos (por no decir nadie) esperan que publique otro disco tan devastador contra los espejismos del "sueño americano".

High Hopes, los peligros del pensamiento positivo

Versión del grupo rockabilly The Havalinas, que la E Street Band ya tocaba en directo en 1995. Escuchándola uno tiene la sensación de que el gran límite político de The Bossestá en que a medida que se hace mayor tiende a ver el lado más luminoso de Estados Unidos. Ejemplos de su reblandecimiento son el apoyo entusiasta al demócrata John Kerry, partidario de la segunda invasión de Iraq (que Springsteen acabó condenando, por ejemplo en la canción Last To Diede 2007).

No Surrenderfue el himno de campaña de Kerry. ¿Por qué le apoyó el mismo rockero que versionó en 1986 el himno antibelicista War? The Boss también hizo campaña por Barack Obama en 2012, a pesar de que incumplió su promesa de cerrar el centro de tortura de Guantánamo. Una entrevista con el diario The Guardian en 2012 confirma que El Jefe pone el bienestar de su país por encima del respeto a los derechos humanos: "Obama ha mantenido viva General Motors, consiguió que se aprobase la reforma sanitaria -aunque no hasta el punto que yo habría querido-, mató a Osama Bin Laden y supo instaurar la cordura en los más altos niveles de la adminsitración. Las grandes empresas todavía tienen demasiada influencia en el gobierno y faltan voces de clase media en La Casa Blanca. Creí que Guantánamo se habría cerrado ya, pero nos ha sacado de Irak y pronto lo hará de Afganistán".

Que Springsteen apoye una ejecución extrajudicial (Osama Bin Laden) y minimice la existencia de Guantánamo desmiente su antiguo compromiso con Amnistía Internacional (gira mundial en 1988). También suena incongruente con el homenaje que hizo a Víctor Jara en Chile el pasado septiembre. Parece que al final van a tener razón quienes decían que Springsteen es un artista socialmente comprometido, pero solo para los estándares de Estados Unidos (bastante más escorados a la derecha que los de Europa).

Preguntarnos si Bruce Springsteen es de izquierdas o de derechas quizá sería simplificar demasiado la cuestión. Estamos ante un caso espinoso, ya que el rockero de Nueva Jersey tiene seguidores en todo el espectro político. Los izquierdistas y militantes sociales aprecian su atención a las condiciones de vida de la clase trabajadora, mientras tótems republicamos como Ronald Reagan admiraban su potencia como icono de los Estados Unidos (una especie de "action man" que en vez de ametralladora se hubiera conformado con una guitarra eléctrica).

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