Calderilla para rescatar el Románico

Primero fue el Louvre el que recurrió al crowdfunding para restaurar la Victoria de Samotracia, y ahora ha sido el Museo Diocesano de Jaca el que ha tenido que acudir a estas nuevas formas de financiación para devolver a su talla de la Virgen románica de Lastiestas Bajas su aspecto original.

El Louvre recaudó un millón de euros gracias a 6.700 donantes anónimos, mientras que el museo español sólo necesita 2.500 euros para poder realizar dichas tareas.

Desde el Museo Diocesano de Jaca han realizado un llamamiento a los ciudadanos para convertirse en mecenas del arte. Cada uno podrá donar anónimamente una aportación voluntaria para proteger su importante colección de arte Románico . Esta campaña, llamada ApadrinArte, surge por la voluntad del propio museo de rotar las piezas de su colección y exponer obras que se encuentran en sus fondos. Para ello necesitan un impulso económico extra, como cuenta a El Confidencial su directora Belén Luque: “Somos una entidad que nos autofinanciamos con el dinero de las entradas del público. Tenemos una colección reconocida a nivel mundial con muchas obras que queremos exponer, pero no sin que antes estén restauradas, y esto es imposible sin acciones como esta”.

También existe un motivo adoctrinador en esta iniciativa comenzada por el museo. “Queremos ser educadores de la sociedad. Hacerles ver que el patrimonio es un legado común y que es obligación de todos su mantenimiento. Más importante que el dinero es concienciar a la gente”, añade la directora.

Por ello no han escogido la obra más significativa de su colección, ni la más necesitada, sino una que fuera un símbolo para el museo y para Jaca. Desde el centro consideran esta talla un homenaje a la gente de los pueblos, y además el dinero necesario para su restauración es bastante asequible: 2.500 euros.

Para lograr esta cantidad no se han puesto una fecha tope, ni siquiera les preocupa en exceso no alcanzarla, “todo lo que se recaude irá para la talla. Lo que falte ya nos apañaremos para conseguirlo” confirma Belén Luque.

La campaña para obtener fondos ha comenzado esta misma semana, pero esperan que adquiera más repercusión a partir del fin de semana, cuando se cumplen cuatro años de la reapertura del museo. Para celebrarlo se organizará una jornada de puertas abiertas. Allí estará la Virgen románica de Lastiestas Bajas, con un cartel explicativo y una urna para poder realizar las donaciones. También se pondrá a disposición de la gente, y a través de las redes sociales, un número de cuenta para poder colaborar.

Todavía no han conseguido ningún donante anónimo, pero desde el museo aseguran que la recepción está siendo muy positiva y creen que la gente responderá.

Sin ayudas públicas

Belén Luque hace hincapié en que el recurrir a la gente para restaurar esta obra no quiere decir que este sea el único modelo que tiene que existir. Desde el Museo Diocesano de Jaca siguen luchando porque las autoridades de Aragón les otorguen alguna ayuda que faciliten estas actividades de restauración.

“Cuando se reabrió el museo hubo un convenio en el que participaron las autoridades. Pero desde ese momento somos como una empresa privada. Todo lo pagamos con los ingresos de las entradas. Nosotros seguimos buscando una mínima subvención para estas campañas, sobre todo para poder restaurar obras más costosas” subraya la directora del museo. Por ello esta campaña de mecenazgo la ven como una forma “humilde” de comenzar, y hacer ver a la gente que con la ayuda de todos se puede conseguir.

Iniciativas como esta siguen siendo pioneras en nuestro país, y seguirán siéndolo mientras no exista una Ley de Mecenazgo que regule y promueva este tipo de acciones. Una ley que Belén Luque considera necesario: “Es algo importantísimo, fundamental. Crearía una fidelidad entre la empresa y los museos, y también con la sociedad”. En esa dirección se encuentran trabajando en estos momentos, creando la Asociación de Amigos del Museo, con la que intentarán que empresas y particulares puedan convertirse en sus benefactores, algo que según su directora, “la gente ha demandado mucho”.