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La foto española, de la A a la Z
  1. Cultura
primer diccionario de la historia de la disciplina

La foto española, de la A a la Z

La Armada Invencible de la fotografía española ya tiene diccionario. Casi 600 fotógrafos del último siglo y medio son reunidos para poner orden a uno de

La Armada Invencible de la fotografía española ya tiene diccionario. Casi 600 fotógrafos del último siglo y medio son reunidos para poner orden a uno de los mayores guirigáis de las artes plásticas patrias. La fotografía española necesitaba una narración de conjunto, un relato que hiciera de la disciplina un motivo de alarde pertinente. El Diccionario de fotógrafos españoles es un recorrido exhaustivo “desde la fotografía clásica a la contemporánea, desde el reportaje y la fotografía de calle hasta la moda y la publicidad, de la fotografía de archivo a la fotografía de prensa y el retrato, desde la arquitectura hasta el paisaje”. Como se ve, es todo lo plural que exige la disciplina.

Oliva María Rubio es la directora artística del proyecto editado por La Fábrica y asegura a este periódico que, una vez compuesto el relato de la foto en España, se revela la calidad de una potencia creativa de primer orden. ¿Y entonces, qué ha pasado? “Miro este diccionario y me lamento por la falta de oportunidades que han tenido nuestros fotógrafos. Nuestra tradición es tan variada como dispersa. Es imponente. Este libro va a ser una referencia para ponerles a todos en el mapa”, explica la responsable de la edición.

Estamos ante un mapa del tiempo, que arranca con fotógrafos del siglo XIX y llega hasta jóvenes artistas de nuestros días. Casi 600 vidas

Es el mapa de la fotografía española. Aunque también se permite un pequeño toque exótico al detenerse en los fotógrafos extranjeros que visitaron España en el siglo XIX –como Gustave de Beaucorps (Rochefort, 1825-1906)-, porque la nómina de españoles es nula en aquellos tiempos en los que nacía la nueva herramienta y por “la importancia que tuvieron a la hora de promocionar nuestro país”.

El mapa del tiempo se explaya en el siglo XX, visitando y mostrando la enorme riqueza de fórmulas que fueron apareciendo, desde el pictorialismo tardío, el testimonio de la Guerra Civil, el documentalismo de los cincuenta y sesenta, el auge del fotoperiodismo, el ensayo fotográfico y la fotografía de ficción en los setenta y ochenta, hasta el nuevo documentalismo de las últimas décadas. En la selección también se incluyen apuestas por los fotógrafos del futuro. “No hemos impuesto un mínimo de edad. Sólo cuenta la trayectoria”, añade Rubio.

Diversidad cultural

Primer nombre de los creadores de nuestro patrimonio visual: Eulalia Abaitua (Bilbao, 1853-1943), primera fotógrafa de la que existen referencias en el País Vasco, que instaló en el sótano de su mansión su laboratorio fotográfico. Al parecer, su obra se centró en tres grandes temas: la vida privada, las imágenes costumbristas y los viajes. Una Alice Munro a la bilbaína.

Gracias al apoyo económio de AC/E, el diccionario íntegro y completo estará en versión online, en abierto para cualquier usuario

De Abaitua a Laia Abril, barcelonesa de 27 años, estudiante del International Center of Photography de Nueva York y editora asociada de la revista Colors, que combina la fotografía con el vídeo y el diseño gráfico. En sólo dos páginas, dos mundos. Fiel reflejo de un volumen crecido en el contraste y la complejidad, cuya inspiración –el Diccionario de fotógrafos del Siglo XX, de Hans Michael Koetzle- supera en ambición.

Las vidas corren y pasan por escena artistas que de vez en cuando se hacen fotógrafos, como Carlos Aires (Ronda, Málaga, 1974). La mayoría de ellos tienen una página; dos para los casos privilegiados, los que escriben con letras mayúsculas en los anales de la fotografía, como el grupo Afal, Alfonso (padre e hijo), Antoni Bernard (Barcelona, 1944), Josep Brangulí (1879-1945), Juan Manuel Castro Prieto (1958), Francesc Català-Roca (1922-1998), Toni Catany (1942-2013), etc. Casi setenta maestros a doble.

Sorpresas, polémicas y digital

Sorprende algún caso para la polémica –no hay diccionario que no lleve un poco de esa pócima- como el caso de Javier Arcenillas (Bilbao, 1973), del que se dice que está especializado en el ensayo fotográfico de carácter humanitario, pero se omite que se vio obligado a renunciar a un premio de la Comunidad de Madrid por borrar a una monja que aparecía con un grupo de niños uniformados y así respondía a la perfección a la imagen de la integración cultural en la región. Pero se olvidó de borrar una mano de la mujer que quedó perdida sobre el hombro de un niño.

En La Fábrica pensaban con este diccionario desde hacía una década. Pero no fue hasta hace año y medio cuando Oliva María Rubio se puso manos a la obra, con sus asesores y expertos. Para la redacción de las entradas han contado con 13 profesores de universidad especializados en historia de la fotografía. Rubio quiere destacar que el 95% de las vidas escritas han sido refrendadas por los propios fotógrafos o herederos.

Lo más difícil fue la edición. Resumir un fotógrafo en una imagen parece una tarea demasiado atrevida. Colaboraron los propios autores, que hicieron la primera criba y luego Oliva remataba. Muchos quedan simplificados en una imagen y otros tantos en un par o tres. “Queríamos que fueran muy representativas de sus trabajos”, cuenta. Además, gracias al importante apoyo de Acción Cultural Española (AC/E), el diccionario de papel será transformado en versión digital y dispuesto en abierto a cualquier usuario para ser un órgano de consulta y referencia.

La Armada Invencible de la fotografía española ya tiene diccionario. Casi 600 fotógrafos del último siglo y medio son reunidos para poner orden a uno de los mayores guirigáis de las artes plásticas patrias. La fotografía española necesitaba una narración de conjunto, un relato que hiciera de la disciplina un motivo de alarde pertinente. El Diccionario de fotógrafos españoles es un recorrido exhaustivo “desde la fotografía clásica a la contemporánea, desde el reportaje y la fotografía de calle hasta la moda y la publicidad, de la fotografía de archivo a la fotografía de prensa y el retrato, desde la arquitectura hasta el paisaje”. Como se ve, es todo lo plural que exige la disciplina.

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