Demasiado látex para las Supernenas

Pétalo, Burbuja y Cactus. Tres inocentes chicas con superpoderes más conocidas como las Supernenas. Estos personajes de dibujos animados se convirtieron en todo un fenómeno de masas gracias a la serie creada por Craig McCracken que se emitió durante siete años (1998-2005). No existía una niña que no tuviera un producto de merchandising de ellas.

A pesar de que la serie dejó de producir capítulos nuevos, las aventuras de estas heroínas han continuado en forma de cómic y películas para televisión. Su último número ha conseguido que las Supernenas vuelvan al ojo del huracán. Gracias a la visión de IDW Publishing, estas tres niñas han dejado atrás su aire naif para convertirse en tres jóvenes vestidas con trajes de látex, ligas y una pose de lo más atrevida.

Las respuestas no se hicieron esperar, y Dennis Barger, propietario de la tienda Wonder World Comics en Detroit, colgó una imagen de la portada en su página de Facebook preguntando si de verdad estaban sexualizando la figura de tres preadolescentes en un cómic. Temía que un sector de pervertidos pudieran comprar la edición para fines eróticos. Barger manifestó también que, como padre, no pensaba vender el número en su tienda.

Cartoon Network ha tenido que salir al paso del creciente número de quejas y ha decidido retirar la venta del cómic. A pesar de ello, ha justificado su actuación argumentando que lo que han realizado es la reinterpretación de sus marcas usando el talento y el punto de vista de otros artistas. Por lo que la culpa de esta visión pornotunizada de los dibujos animados no ha sido de la empresa, sino del dibujante.

Misoginia en los cómics

Yolanda Besteiro, presidenta de la Fundación de Mujeres Progresistas, ha calificado esta portada de sexista y muy dañina. En su charla con El Confidencial, Besteiro se ha manifestado a favor de denunciar y retirar este tipo de publicaciones, ya que “esto nunca puede ser la imagen de un cómic dirigido a los niños”. Cree también que refleja la utilización de la mujer como reclamo, difundiendo un modelo de belleza que lleva a las niñas a casos de bulimia o anorexia, algo que “está en todas las facetas de la vida. Sólo hay que ver la imagen que muchas localidades como Gandía han presentado en Fitur” .

Angustias Bertomeu Martínez, de E-mujeres.net, incide en que el cómic erotiza los modelos femeninos “con imágenes de Lolitas impulsadas por el manga, guerreras sexualizadas o mujeres que directamente aparecen como 'compañías' con aspecto de prostitutas”, según declara a este periódico.

Una imagen despectiva que, de acuerdo con sus palabras, manifiesta una “gran misoginia en el mundo de los cómics que imponen esa imagen de puta o sumisa como un estándar de género”.

Tanto Besteiro como Bertomeu coinciden en la imagen dañina que extienden estas publicaciones. Cada vez es más común asistir a portadas, anuncios ovídeos que presentan a mujeres ligeras de ropa o en actitudes provocadoras como reclamo comercial.

Según Angustias Bertomeu, estas imágenes pueden ser atractivas para un público acrítico y machista, pero hay muchas niñas y jóvenes “que no se ven reflejadas en esos modelos. Modelos que no ayudan a normalizar la figura de la mujer, sino que crean unos personajes falsos con cuerpos de supermodelos sexualizadas al máximo. Esto generaun alejamiento de sus propios cuerpos y la proyección de deseo de un cuerpo inexistente”, opina a la vez que se pregunta si estas imágenes no contribuyen al aumento del número de operaciones de estética de este país.

Una idea que no considera nada descabellada el psicólogo y sexólogo Raúl Padilla, que cree que esta cosificación de la mujer y de las niñas hace que “cada vez más menores pidan una operación de estética”.

Un problema que cree que no se evitará hasta que los comerciantes y las empresas se controlen, ya que, si a pesar de las multas obtienen beneficios, seguirán actuando así, lo que “es un problema de ética, de qué queremos enseñar a nuestros hijos”, añade.

Padilla intenta entender por qué portadas como la del cómic de Las Supernenas, que acercan los dibujos al territorio del erotismo, resultan atractivas a la gente. “En este caso se trata del contraste entre una cosa cotidiana, como esas niñas que todo el mundo conoce, con la sexualidad. Es el choque de lo real y lo irreal. Eso causa una sorpresa que se llama in sight, que deja a la gente noqueada. Por tanto, la huella que deja es profunda”, explica, aunque insiste en que este uso de las adolescentes no es ni deseable ni sano.

Todos ellos coinciden en que estas imágenes son perjudiciales para las niñas, mientras dejan una duda en el aire: ¿por qué nunca es la figura de un hombre la que se sexualiza?