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Hablan los hijos cabreados de la Transición
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Luis López carrasco y daniel castro

Hablan los hijos cabreados de la Transición

Con 'El futuro' e 'Ilusión', la generación de cineastas españoles del precariado se pregunta cómo hemos llegado hasta aquí

Foto: Los directores Luis López Carrasco y Daniel Castro durante la entrevista (Pablo López)
Los directores Luis López Carrasco y Daniel Castro durante la entrevista (Pablo López)

Crecieron en democracia, viendo películas producidas bajo la Ley Miró y creyendo que España iba bien y, su cine, mejor todavía. Hoy firman dos películas esenciales para entender el descontento de toda una generación con el desarrollo de la democracia surgida de la Transición.

Luis López Carrasco (Murcia, 1981) estrena, por fin, la aclamada El futuro, una fiesta ochentera la noche de la victoria socialista de 1982. Daniel Castro (Pamplona, 1972) acaba de obtener el Premio Especial del Jurado de la recién creada Asociación de Informadores Cimematográficos, por Ilusión, comedia en la que un joven realizador intenta producir un musical sobre Los pactos de la Moncloa. Tienen muchas ganas de hablar y, sobre todo, de que se les escuche.

¿De dónde surgen vuestros proyectos?

Luis López Carrasco: Por primera vez en mi vida me quedo sin plan de vida. De repente se cierran un montón de puertas para mí y la gente que me rodea. Tengo la sensación de que durante 31 años he vivido en un lugar fantástico e imaginario, pero que se ha rasgado un velo y nos encontramos en un país subdesarrollado en el que entraba un montón de dinero y ha dejado de entrar. Y vemos a los dos partidos mayoritarios echándose la culpa de cuándo había empezado la burbuja. Me pareció interesante que ningún medio se hubiera planteado qué ocurrió en los años ochenta, porque creo que ahí surgió en parte nuestra imagen como sociedad civil y cultura democrática.

Daniel Castro: En mi película no quería hacer una gran crítica a la Cultura de la Transición. Es un concepto que me han comentado después. Quería retratar a un guionista que tuviera un propósito estúpido y poco realista… y ahí entró la campaña “Esto lo arreglamos entre todos”. ¿Cómo podían solucionarse un problema tan complejo con el buenismo? Pensé que lo más delirante sería que un guionista se creyera alguien tan mesiánico como para hacer una película que levantara los ánimos a un país, que era lo que pretendía esa campaña, y que era posible, porque había ocurrido con el mito de Los pactos de la Moncloa. Y lo hice porque a la vez me sentía parte de esa generación que se había creído toda esa Cultura de la Transición y pensaba en qué podía hacer yo por ayudar al país.Pero no era mi propósito hacer una crítica desde fuera. Porque yo he vivido en esa cultura y me la he creído. Me he leído y me he creído todo lo que salía en El País Semanal y en el Babelia: que todos aquellos escritores eran buenísimos y tal.

Yo me he creído la Cultura de la Transición. Me he leído y me he creído todo lo que salía en El País Semanal y en el Babelia: que todos aquellos escritores eran buenísimos y tal

LLC: ¡Claro! A mí me pasa lo mismo. Yo también formo parte de una generación que leía el Babelia a saco porque era lo único que te llegaba a las ciudades de provincias.

La Transición rara vez se ha tratado en el cine contemporáneo. ¿Por qué ahora?

LLC: Porque las cosas han cambiado. El rey lleva matando elefantes 35 años, pero la crisis nos ha obligado a echar la vista atrás. Hay una sensación general de fin de ciclo. Es algo que se respira.

El rey lleva matando elefantes 35 años, pero la crisis nos ha obligado a echar la vista atrás

La película de Daniel es un buen ejemplo. Habla de la precariedad de una clase social que está por debajo de la clase media y que nunca la va a alcanzar.

La pregunta, por lo tanto, es obvia: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?

LLC: Creo que la victoria socialista del 82 tiene muchísima fuerza a nivel simbólico: se ve como una ruptura y el golpe de estado de Tejero del 81 queda muy lejos. Se generaliza la manera de entender un montón de cosas, desde el ocio hasta la relaciones laborales. La sociedad civil cree que se puede uno volver democrático de la noche a la mañana.

Muchas de las cosas que la clase media consideraba democracia están ligadas a la economía de mercado y a la sociedad de consumo

Sin embargo, muchas de las cosas que la clase media consideraba democracia están ligadas a la economía de mercado y a la sociedad de consumo. Hay una idea de búsqueda de confianza en cierta idea de prosperidad, que está enmarcada en un marco ideológico en el que se fomentan objetivos individuales y materiales.

El personaje de 'Ilusión', de alguna manera, es producto de ese concepto…

DC: Casi nunca hemos oído hablar tanto del concepto sueño como hoy en día. El sistema te hace renunciar a tus sueños y los sustituye por otros… casi siempre materiales.

Desde el pasado en el caso de Luis, y desde el presente en el caso de Daniel, y con presupuestos pírricos, las dos películas hablan de la crisis. ¿Por qué el cine comercial no es capaz de hacerlo?

DC: El dinero está muy relacionado con la independencia para tratar según qué temas. Cuanto más apoyo institucional tengas, más imposibilidad tendrás para abordar asuntos conflictivos.

Daniel Castro

Del cine producto de la Ley Miró salieron un montón de películas irrelevantes, y la reacción a eso ha sido una especie de cine comercial sin alma. Auspiciado por los medios que estaban en contra del cine teóricamente izquierdoso anterior, viene esta generación de cine de género para mí irrelevante. No sé qué pretenden contar y ni entiendo de qué están hablando. Integrarse en algo que ya existen, sin ADN particular…

LLC: …Y sin la gracia del cine de serie z.

Durante la citada Ley Miró, la gran ley audiovisual de la Transición, sí que si filmaron muchas películas “históricas”…

LLC: El otro día vi Libertarias, que habla mucho de cómo los supuestamente progres entienden el cine histórico: simplificado y maniqueo

Libertarias habla mucho sobre cómo los supuestamente progres entienden el cine histórico: simplificado y maniqueo

DC: La mejor peli sobre la Guerra Civil es Tierra y Libertad, ¡Y la filmó un británico como Ken Loach adaptando libremente la obra de otro británico como Orwell! El cine español se ha propuesto dar una visión de la Guerra Civil que ha sido un fracaso…

LLC: …un desastre de proporciones dramáticas… La generación antifranquista tenía la sartén por el mango a nivel legislativo y económico para hacer un cine con una vocación crítica, y de pronto se dedican a hacer una serie de obras francamente pobres: a nivel documental, cinematográfico y narrativo. Se perdió la oportunidad de reflexionar.

DC: No hay una mirada adulta e interesante sobre la historia. Ese intento de consenso e integradora que se basa en eliminar cualquier elemento conflictivo. Creo que culturalmente ha pasado eso: una visión histórica inane, sin aristas, que no te hacen cuestionar el relato.

Los autores de Cultura de la Transición, afirman que no es algo limitado al cine…

LLC: Claro que no. Ocurre lo mismo con las artes plásticas, con los Barceló, Úrculo y demás. Es esa idea de Jorge Luis Marzo de que la política cultural socialista es la misma que la del Franquismo: la cultura no forma parte del Ministerio de Cultura sino del de Exteriores. Es diplomacia, es marca país, no se busca generar un tejido independiente. Es clientelar: mucho dinero que va a parar a muy pocas personas.

La política cultural socialista es la misma que la del Franquismo

Yo, de todas maneras, soy bastante crítico con cierta izquierda: me parece que su nivel de análisis y penetración es muy pobre. Casi para eso me quedo con las columnas de opinión de Muñoz Molina

Pero se supone, o eso nos cuentan, que los jóvenes de ahora están más movilizados gracias a su labor…

LLC: Teóricamente, deberíamos estar en una generación más politizada. Pero no es así. Desde luego no en el mundo de la universidad. No saben lo que pasa fuera de la M-30. El otro día pasé la película en una escuela de cine y tuve problemas para que los alumnos supieran quién era Felipe González. No fueron capaces de leer la película como una visión de la Transición, de qué había pasado en el 82 y en el 81, de qué bases se estaban poniendo de cómo les afectaba eso.

Luis López Carrasco

DC: A mi chica le pasa lo mismo: se dedica a leer guiones endogámicos sobre guionistas que viven en pisazos y hablan de películas…

LLC: Tengo un amigo que llama a este tipo de autores “la izquierda del salmorejo” (risas).

¿Afecta al cine actual que la industria sea, prácticamente la misma surgida de la transición?

LLC: Hombre, la producción mayoritaria y comercial la siguen controlando los mismos lobbies que en los años 70 y 80. Y no parece que haya alternativas… Son una generación que está desenganchada de la sociedad española y que, además, se ha encontrado con un cambio de modelo de consumo del audiovisual. Las salas de cine ya no nos sirven.

DC: El público tendrá que empezar a ver películas de otra manera.

LLC: Es que los cines tradicionales son un erial tan arrasado que no contamos con él…

DC: …Es que es mejor no contar con él. Es una red que no es la nuestra y que, en el fondo, está agonizante para cualquier tipo de cine, y sobre todo, para el nuestro. No voy a gastar tiempo en él.

¿Llegará, pues, el cambio por internet?

LLC: A mí me hace mucha gracia ese punto hipócrita de algunos en las redes sociales que se rasgan las vestiduras porque hay películas que no van a los Goya… Le dan más importancia de la que le damos nosotros.

DC: Ahora tenemos no sé cuántos followers y blogs que nos dicen que somos la mejor peli del año. ¡Ojo! que nos lo dicen a todos (risas), hasta te sientes como una chica en una discoteca llena de buitres… y al final no se concreta en nada.

LLC: Vigalondo ha acuñado el término “triunfracaso”. Que es cuando apareces en muchos festivales y sales en muchos medios y nunca has tenido menos dinero. Mi compañera Natalia, con la que formo el colectivo Los hijos, siempre cuenta que nos dedicaron una página en El País el mismo día que ella empezaba a trabajar como camarera… y entonces se dio cuenta que las cosas no eran como creíamos.

Vigalondo ha acuñado el término triunfracaso. Que es cuando apareces en muchos festivales y sales en muchos medios y nunca has tenido menos dinero

¿Hacer arte por amor al arte?

LLC: Yo he tenido que empezar a rechazar trabajo remunerado porque tenía tanto lío con la peli que no podía hacerlo. No hay monetarización posible. Te tiras 12 horas diarias sin despegarme del asiento y no ves un duro.

DC: Yo he podido malvivir durante la realización de Ilusión gracias a que trabaje tres meses como dialoguista en una serie de televisión… Tal vez lo mejor sea dar pasos pequeños, de una manera autárquica a lo Nanni Moretti. Produces tus cosas y luego ya, el posible éxito y distribución en España, que sea un elemento subsidiario.

Pintáis un panorama dantesco: ¿no consideráis la posibilidad de que ocurra un fenómeno 'Arrebato', película despreciada en su momento y de culto actualmente?

LLC: El canon cultural de la segunda mitad del siglo XX español está todavía por hacer. Quizás se estén haciendo ahora películas que no serán reivindicadas hasta dentro de 20 años, pero de lo que estoy convencido es de que los que las están haciendo, habrán tenido que dejar el cine como lo tuvo que dejar Zulueta. El talento es este país es permanentemente dilapidado, empobrecido y en un estado de fragilidad y precariedad altísimo, que es de lo que va la peli de Daniel…

DC: Para mí, esa película existe se titula Dispongo de barcos y la filmó Juan Cavestany en 2010.


El futuro se proyecta en Cineteca (Madrid) todos los fines de semana hasta el 8 de febrero. Ilusión está disponible en streaming en Filmin y en Canal + (taquilla).

Crecieron en democracia, viendo películas producidas bajo la Ley Miró y creyendo que España iba bien y, su cine, mejor todavía. Hoy firman dos películas esenciales para entender el descontento de toda una generación con el desarrollo de la democracia surgida de la Transición.

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