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steve mcqueen triunfa con '12 años de esclavitud'

Hollywood encumbra a la gran esperanza negra

Steve McQueen, que comenzó su carrera realizando videoarte, ha conseguido con sólo tres películas llegar a ser el director más deseado por Hollywood

Foto: Steve McQueen posa en Madrid (EFE)
Steve McQueen posa en Madrid (EFE)

Cuando 12 años de esclavitud se presentó en el pasado Festival de Toronto el nombre de Steve McQueen (Londres, 1969) empezó a propagarse por todos los círculos cinéfilos. Un clásico, una obra maestra, la favorita para los Oscar… Todo eran alabanzas hacia el tercer filme del realizador, un drama sobre la esclavitud que acaba de recibir siete nominaciones a los Globos de Oro y que le ha encumbrado como el director de moda.

Ha sido ahora, cuando McQueen ha filmado su película más americana y académica, cuando Hollywood ha decidido fijarse en él. El mismo Hollywood que había ignorado sus anteriores películas e incluso había privado a Michael Fassbender de una más que merecida nominación al Oscar por Shame debido a su alto contenido sexual. El cine americano ha abierto los ojos ante un talento que, sin embargo, lleva forjándose mucho tiempo.

Antes de que en 2008 estrenara su ópera prima, Steve McQueen había dirigido veinte cortometrajes, la mayoría de ellos realizados como videocreaciones y destinados a exhibirse en museos. Así se dio a conocer en 1993 con Bear, expuesto en la Tate Modern de Londres y creado justo después de dejar sus estudios de arte en Nueva York al considerar que en las escuelas “no te dejan arrojar la cámara al aire”.

Imagen del cortometraje 'Bear', de Steve McQueenEn Bear ya se encuentran constantes que repetirá en sus primeras obras, como el uso del blanco y negro, rodar en 16 milímetros, e incluso que él encarnara a uno de los protagonistas, algo que nunca ha repetido en sus largometrajes. También se observaba una tendencia por el Body Art que arrastrará en todos sus trabajos, incluidos los cinematográficos. En este movimiento, el cuerpo es el protagonista, el elemento principal de la obra: se retuerce, se mancha, se golpea…

El siguiente paso en su carrera hay que buscarlo cuatro años después. En 1997 el artista presenta otra creación, Deadpan, que le llevará a ganar el prestigioso Premio Turner (en 1999, cuando se expuso en la Tate). Se trata de otro cortometraje en blanco y negro, 16 milímetros y protagonizado por McQueen. El filme supuso su particular homenaje a Buster Keaton, mostrando una pared que se viene abajo, mientras que el director la esquiva sin inmutarse al pasar a través de su ventana.

Salto al cine

Steve McQueen siguió trabajando con el vídeo hasta 2007, cuando decidió dar el salto al largometraje, un paso natural en su carrera, como él explicaba esta semana en una entrevista a EFE: “El arte era mi objetivo y busqué la forma de comunicarme mejor gracias al cine”.

Para su debut decidió tratar un tema controvertido, y más en su país, la huelga de hambre de miembros encarcelados del IRA durante 1980 que llevó a la muerte a uno de sus líderes más carismáticos, Bobby Sands. Un canto por la dignidad de los presos que protagonizó un por entonces desconocido Michael Fassbender. En su filme, que ganó la Cámara de Oro a la mejor ópera prima en el Festival de Cannes, el realizador vuelve a centrarse en el cuerpo. En este caso en su deterioro. Un premio BAFTA, otro a la promesa del año del cine europeo y hasta 36 galardones internacionales para una película que pasó desapercibida por las salas.

En su segunda aventura cinematográfica, Shame, volvió a partir de un tema muy físico, la adicción al sexo, en este caso como forma de escapar de los demonios personales. Ayudado por la interpretación de Fassbender, que ganó la Copa Volpi al mejor actor en Venecia, el filme se convirtió en la película de culto del sector cinéfilo en 2011, aunque su calidad quedó diluida por la polémica que se estableció a su alrededor por las escenas sexuales y el desnudo del actor.

Ahora estrena su tercera película, 12 años de esclavitud, con la que McQueen ha dado el salto a EEUU, tanto en producción (ayudado por Brad Pitt) como por temática: la esclavitud. Con ella ha llamado a las puertas de Hollywood y la industria se las ha abierto de par en par. Es el filme con las mejores críticas del año y se espera que arrase en los próximos Oscar.

El realizador no ha renunciado a su estilo, pero se ha domesticado y arriesgado menos. La carrera de McQueen ha dado un giro de 180 grados, ha pasado de ganar el Turner, o el premio FIPRESCI en Venecia, a apuntar hacia el Oscar. Su próximo proyecto, que él quiere que sea un musical, será mirado por lupa para saber si el autor se ha quedado instalado en la meca del cine para no volver.

Cuando 12 años de esclavitud se presentó en el pasado Festival de Toronto el nombre de Steve McQueen (Londres, 1969) empezó a propagarse por todos los círculos cinéfilos. Un clásico, una obra maestra, la favorita para los Oscar… Todo eran alabanzas hacia el tercer filme del realizador, un drama sobre la esclavitud que acaba de recibir siete nominaciones a los Globos de Oro y que le ha encumbrado como el director de moda.

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