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"En España se tiene mucho miedo a las guitarras"
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Los SUAVES REPASAN SUS 33 AÑOS DE CARRERA

"En España se tiene mucho miedo a las guitarras"

Los Suaves celebran su millar de conciertos con una gira española y un documental que rememora su azarosa carrera musical

Foto: Los Suaves junto al director del documental sobre su carrera (EFE)
Los Suaves junto al director del documental sobre su carrera (EFE)

Una conversación con Carlos Domínguez, Charly (Ourense, 1959), bajista y uno de los fundadores del grupo gallego de Los Suaves, es un diálogo donde el oyente recibe continuos mensajes directos, claros y sin interferencias:“No creo que haya truco. Son las ganas, la pasión por una historia que se inició hace más de 33 años. Pretendíamos que fuera sólo una afición personal y se ha convertido en un oficio. Nuestro gato –su símbolo y mascota- no tiene más remedio que aguantar con nosotros, y no sé si tiene siete vidas pero alguna sí porque estuvo a punto de morir, resucitar y se fue moviendo a lo largo de este tiempo. Continuamos en pie porque te enfrentas a algo de lo que te has enamorado y que no esperabas -ni de coña- que fuera tu vida...Sobre todo en un país donde a las guitarras se le tiene mucho miedo”.

Pese a resguardarse en cada actuación al fondo del escenario, junto a su amplificador, su labia es extensa y testigo de haber hecho reír a infinidad de personas en prácticamente cada charla. Tambiénha sido la encargada de unir a su empresa, Los Suaves, cuando aquello parecía iba a romperse en mil pedazos. En lugar de eso, junto a su hermano, letrista y compositor Yosi Domínguez, los guitarristas Alberto Cereijo y Fernando Calvo y el baterista Tino Mojón, Charly está celebrando una gira llamada ‘De los 1000 conciertos’, con la que recorre el país y en la que también presentan un documental sin censura sobre la banda: Viajando al fin de la noche.

Del primer bolo se acuerda por sus amigos, “los cabrones…”

Tres décadas de actuaciones y Charly debe echar la vista al principio para seleccionar dos bolos especiales del millar que lleva a sus espaldas. “Me acuerdo del primero porque mis amigos de la pandilla no vinieron, los cabrones... No les hablé más (risas). Bueno, ahora ya sí. A los amigos no les tienes que gustar o no gustar: tienes que ir y punto. Por eso me llamó la atención que no vinieran. Y, después de este, vendría el que hicimos con Los Ramones. Nos respetaron el sonido que teníamos y no nos pusieron ningún tipo de trabas. Sin conocernos de nada, de repente, se volcaron con nosotros. Les encantamos. Y salió bien. Yo no me acuerdo porque estaba muy nervioso pero sí veía la reacción de la gente, volcada totalmente. Y eso nos llevó a estar aquí ahora, por lo tanto, es inolvidable”.

Los fans te perdonan aunque hay veces que no mereces ser perdonado

Según avanza en sus recuerdos, al margen de esos dos ‘shows’ claves, Charly se acuerda inmediatamente de por qué continúa realizando entrevistas y portando la bandera del gato de Los Suaves: su público. “Nos han ayudado muchísimo. Sabían de los malos momentos en el que estábamos y nos aguantaban... yo ni de coña iba a aguantar. Ha sido gente muy generosa y el documental viene a raíz de darles un homenaje para decirles que son los importantes, que nos hemos dado cuenta... no es gratuito el lema 'Los Suaves somos todos'. Porque te perdonan, cuando hay veces que no mereces ser perdonado... pero te perdonan”.

Yosi, “¡te arranco la cabeza”

Y es que no hace mucho, a pie de calle, uno se dirigía a un concierto de Los Suaves sabiendo que el cantante, no iba a cantar mucho. “Eso estaba mal. Eran temporadas en las que Yosi, iniciando el concierto, decía: “Ayudadme, por favor”. Otra cosa es que por naturaleza -Yosi tiene 65 años- no pueda con las últimas… Y, oye, son dos horas y cuarto de concierto, si no puede con las dos últimas, no puede. La gente no es tonta. Es generosa porque va a ver conciertos y se da cuenta. Porque también sabe que nuestras canciones no es un estribillo. Son unos mamotrecos de letra de aúpa y Yosi canta en una tesitura alta. Y si no puede más pues no puede más y no pasa nada, la gente canta por él... Pero no puedes llegar en el primer tema y pedir ayuda. ¡Te arranco la cabeza!”.

Con mi hermano me ha pasado algo que no había ocurrido nunca: quererme escapar, que pasara un tsunami para tener una excusa y desaparecer

Este tema, sobre el estado en el que Yosi saltaba en ocasiones al escenario, no lo censuran ni en cada una de sus entrevistas, ni tampoco en su documental, donde Charly en tono jocoso admite que le daban ganas de dar “un par de hostias” a su hermano. Y es que le ha hecho pasar por momentos muy embarazosos. “Con Yosi me ha pasado algo que no había ocurrido nunca: el quererme escapar, que pasara un tsunami o cayese la luna encima del local para tener una excusa y desaparecer. Con mucha paciencia lo soportas. Si todavía hubiera pasado eso desde el primer concierto el porcentaje sería del 100%, pero en 33 años... Al final, mereció la pena soportar eso porque si no ya hacía tiempo que estaríamos a tomar por saco. Ahora estamos ilusionados, renovados y hasta que el cuerpo aguante. Antes no nos queríamos ver en los ensayos, uno se hacía el remolón, otro que si tal; actualmente es al contrario”.

“Ahora Yosi ha vuelto como antes y ya no pasa eso”, y en el concierto del 22 de noviembre en Madrid, El Confidencial dio fe de ello durante dos horas y media. “De todas formas, es fácil fiscalizar a Los Suaves y sacarle punta. Pero son 33 años y eso sólo fue una época. Y uno es uno y sus circunstancias. A mí me ha tocado 'castigar' a algunos como a Bob Dylan y Van Morrison, y no les veo más. Pero con Thin Lizzy, por ejemplo, sería más generoso porque les adoro. Pero bueno, si quieres criticar... joder, qué no tienen para criticar (a Los Suaves). Pero Los Suaves tienen una técnica tremenda y eso también hay que citarlo, y a Yosi hay que aceptarlo como letrista. Claro, no puedes citarlo si comparas su voz con la de Paul Rodgers”. Charly contextualiza para que a nadie se le olvide por qué continúan llenando recintos y vendiendo discos con temas nuevos.

Cuando escucho a alguien decir que si un concierto es peligroso... no tienen ni puta idea. Los 80 fueron muy locos

El bajista, junto a su hermano y los diferentes componentes que han tenido Los Suaves, han vivido tres décadas de música en España “muy distintas”. “Mira, los 80 fueron muy locos. Me quedé huérfano de muchos amigos. La droga se llevó a una generación. Hoy cuando escucho a alguien decir que si un concierto es peligroso... no tienen ni puta idea. Pero aquello era muy divertido. Todo muy auténtico”. Después llegan los 90, “donde la industria musical llega a la cima, antes de internet. Ahí si tenías méritos ibas para adelante y si no, no. Nosotros nos metimos en una multinacional, con mejores medios, mejoras económicas... vendíamos en grandes cantidades. La gente compraba, no bajaba. Nos dijeron que emigrásemos a Madrid para vivir mejor pero les dijimos que no, que los orensanos estábamos muy cansados de salir, alguna vez alguien tiene que quedarse y plantarse allí. Aquella fue una época brillante, sobre todo porque se nos acercaban tías que estaban muy buenas y eso quería decir que teníamos éxito…”. Recuerda entre risas quien, en sus ratos libres, también le da a la guitarra y la batería.

Y luego vino internet “y arrasó con todo. ¿Cómo vas a pagar un euro por algo que puede ser gratis? Eres un estúpido, se ríen de ti. Ya no existe el bajar a una tienda y escuchar un disco entero. Y no te hablo del tema estrella... un buen tema lo hace cualquiera, como The Knack y ‘My Sharona’, ¡escuchas después todo el disco y son un coñazo de canciones! Internet acabó con todo eso y la industria en general”.

“¡Que no toques los discos!”

Siguiendo la teoría de la evolución de Darwin, Los Suaves se han tenido que adaptar para sobrevivir. Han “cambiado las tácticas” y “con un disco regalamos un dedal, un abanico, un osito de peluche... que si ahora con un DVD te vamos a remasterizar tal álbum... ¡que no toques los discos! Deja el de Led Zeppelin del año 68, que suena bien. ¡No le toques! Están con estas cosas (las discográficas) porque tienen que buscarse la vida”.

¿Cómo le vas a decir a un niño de diez años que esto se debe pagar? Si ya viene implícito en el precio del producto (en este caso el móvil) el que sea gratis (la música)

Charly tiene clara la idea de cómo es el ‘cliente’ de este siglo, “lo quiere todo inmediato, rápido, y que venga en el móvil ya”. Para que alguien acostumbrado a comprarse discos durante una buena parte de su vida, lanza una pregunta: “¿Cómo le vas a decir a un niño de diez años que esto se debe pagar? Si ya viene implícito en el precio del producto (en este caso el móvil) el que sea gratis (la música). Es una situación irreversible. Y no es quejarse, simplemente es así”.

A él y a ‘sus’ Suaves todo esto le ha cogido afortunadamente ya tarde. Siente que él, con todo el camino recorrido, va a escapar pero no los que quieran ahora empiezan un proyecto. “El otro día me dio un disco un chico en una firma, y lo escuché, y estaban bien, y con una buena presentación. Pero no van a llegar a ningún lado porque no tiene salida. Antes sí. Los que llevamos tiempo hemos sembrado, pero los que empiezan ahora...”.

Durante este tiempo, ser integrante de uno de los grupos más influyentes del rock en castellano no le ha cambiado su carácter alegre y dicharachero, “ahora, por ejemplo, me voy de vinos con los vecinos, que no tienen mucho que ver conmigo”. Tampoco le ha servido para abrir muchas más puertas, ni piernas… Por su experiencia no se cree mitos sexuales como que Lemmy Kilminster (Motorhead) haya estado con más de mil mujeres, “es un bocafloja (risas). Yo, en el buen sentido, prefiero hacer 'trabajo de campo' y hablar al oído, buscar una sonrisa... no somos como Led Zeppelin que me imagino que a todas se les haría el clítoris agua por ir detrás de Robert Plant”.

El adiós de Los Suaves lo dirá Yosi

Mirando al futuro, Charly, Yosi, Alberto y compañía difícilmente celebrarán otros 1000 conciertos porque en “Los Suaves no hay plazo largo, hay plazo medio y plazo corto. Hemos tenido nuestra vida ya y la decadencia es muy mala, entrar arrastrándote es muy chungo. Estropeas una historia de mucho tiempo por dos años finales. Y esa pauta la marca Yosi, en el momento en el que lo deje, yo voy a decir de no continuar”.

Hasta que ese momento llegue, Los Suaves continuará trabajando en algo, la música, que “no está integrado o socializado como en EEUU, donde una familia puede ir a ver a Kiss sin ningún problema. Aquí hay mucho miedo, una guitarra rítmica blandita sí”. Y aclara: “Cuando a un intérprete de pop le dicen de qué va su disco y responde es un álbum rockero y lo escuchas y sube sólo un poquito... es la indolencia pura y dura, no quieren hacer daño. El rock and roll es otra historia. La presencia de la guitarra rítmica, que es lo que hacía Chuck Berry, eso es lo que manda, después una voz, una letra, una guitarra solista…”.

Una conversación con Carlos Domínguez, Charly (Ourense, 1959), bajista y uno de los fundadores del grupo gallego de Los Suaves, es un diálogo donde el oyente recibe continuos mensajes directos, claros y sin interferencias:“No creo que haya truco. Son las ganas, la pasión por una historia que se inició hace más de 33 años. Pretendíamos que fuera sólo una afición personal y se ha convertido en un oficio. Nuestro gato –su símbolo y mascota- no tiene más remedio que aguantar con nosotros, y no sé si tiene siete vidas pero alguna sí porque estuvo a punto de morir, resucitar y se fue moviendo a lo largo de este tiempo. Continuamos en pie porque te enfrentas a algo de lo que te has enamorado y que no esperabas -ni de coña- que fuera tu vida...Sobre todo en un país donde a las guitarras se le tiene mucho miedo”.

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