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JFK, rey del souvenir necrológico
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50 aniversario del asesinato

JFK, rey del souvenir necrológico

La madre de todas las efemérides llega acompañada de un gigantesco negocio de venta de recuerdos y artefactos sobre la extraña muerte de un presidente

Foto: Ropa conspiratoria para perros para conmemorar el magnicidio de JFK
Ropa conspiratoria para perros para conmemorar el magnicidio de JFK

JFK (Oliver Stone, 1991) se puede ver estos días en los cines de EEUU. No es normal que una película vuelva a los salas 22 años después. Menos aún que lo haga para conmemorar un hecho histórico. Pero es que el asesinato del presidente John F. Kennedy, del que en unos días se cumplirán 50 años, no es un aniversario normal. El impacto cultural del magnicidio fue tan fuerte que vivimos en estado de recuerdo permanente desde 1963. La conmemoración del medio siglo, por tanto, sólo podía ser la madre de todas las efemérides. El no va más. La casa por la ventana. Un rodillo político, cultural y económico que arrasa todo a su paso y amenaza con provocar la saturación kennedyniana final.

La capacidad de EEUU para generar dinero de sus iconos históricos está fuera de toda duda

Las mesas de novedades culturales rebosan de teorías sobre el asesinato del estadista. Películas, documentales y libros a tutiplén. Pero nada refleja mejor la condición icónica del evento quelas ramificaciones comerciales del mismo. Si la capacidad estadounidense para convertir su Historia (incluida la más reciente) en artefacto pop está fuera de toda duda, su habilidad para generar dinero de todo ello, tampoco. Bienvenidos al loco mundo del merchandising de JFK y Lee Harvey Oswald. O elarte de vender memorabilia necrológica y conspiratoria.

De lo institucional al pop

A un nivel institucional, destaca la web de la Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy, que ofrece cuarenta productos diferentes sobre el legado y el asesinato presidencial. Libros profusamente ilustrados, anillos conmemorativos, monedas, agendas o marcadores de libros. Todo en un tono sobrio que se difumina en favor del pop cuando uno empieza a bucear en internet a la caza de productos del 50 aniversario.

placeholder Pantalones de yoga que rememoran a JFK

La web Cafe Press, por ejemplo, ofrece centenares de productos diferentes sobre el magnicidio. Camisetas, chapas, tazas, pegatinas, llaveros, pósters, joyas, cuadernos, gorras, bolsos, bolsas para ir al gimnasio, calzoncillos, pijamas, ropa para embarazadas, bodys para bebés, baberos, complementos para el móvil, sábanas, mantas... ¡y hasta pantalones para hacer yoga! (Nombre del modelo: President Kennedy Died in Office Yoga Pants).

¿Se puede llegar más lejos? Sí: también se puede comprarropa para perros del asesinato de JFK. En una palabra: Guau.

También es factible vestir a tu bebé con ropa donde se reivindica la inocencia de Harvey Oswald y se atizan las teoríasmás disparatadas sobre el magnicidio que uno pueda imaginar.

placeholder Tanga conspiratorio

La conspiración, en efecto, es el tema estrella de lossouvenirs. Un carrusel de productos, incluida una bonita selección de tangas, con eslóganes políticos ("El gobierno miente") y todo tipo de citas que insinúan laparticipación de la CIA y el FBI en el asesinato. Rizando el rizo,también hay camisetas donde se mezclan el asesinato de JFK y el 11Sen una sola imagen.

Otro ejemplo de solapamiento de eventos históricos son los productos agrupados bajo el siguiente eslogan:"John, Bobby, Martin".Los nombres de pila de tres de los cadáveres políticos más importantes de los años sesenta: JFK, su hermano Bobby yMartin Luther King(que pasaba por ahí).

Pero ninguno de estos objetos puede competir en valor icónico y monetario con los originales del magnicidio...

El negocio de los objetos reales

El vehículo descapotable en elque viajaba JFK cuando fue tiroteado en Dallas (Lincoln Continental SS-100-X) se encuentra en el Museo Henry Ford, ubicado en la periferia de Detroit, donde también se exhibe el autobús en el que la afroamericanaRosa Parkscambió la historia de los derechos civiles al negarse a ceder su asiento a un blanco en 1955.

La bandera que cubrió el ataúd de JFK se exhibirá en laBiblioteca Kennedy de Bostóna partir del 22 de noviembre.

Por su parte, el edificio público desde el que Oswald disparó a Kennedy (Texas School Book Depository) tiene una historia pintoresca. En 1970 fue adquirido en subasta porAubrey Mayhew, un conocido productor musical de Nashville obsesionado con acumular todo la memorabilia posible sobre el día que mataron a Kennedy. El edificio volvió luego a manos de la Administración pública. En 1989, la sexta planta se convirtió en un museo (Sixth Floor Museum) sobre el asesinato.

Lo extraño es que, tras perder la propiedad del edificio, Mayhew aseguró que se había llevado la ventana desde la que disparó Oswald. Pero eso no es todo. Mayhem no es la única persona que asegurótener en casala ventana y el marco original desde el que se perpetró el magnicidio.

La ventana desde la que disparó Oswald se vendió por tres millones de dólares pese a las dudas sobre su autenticidad

En 2007, un hombre puso a la venta otra supuesta ventana original en eBay. Las dudas sobre la autenticidad del objeto no enfriaron la subasta precisamente. La puja, que empezó en 100.000 dólares, acabó cerrándose enmás de 3 millones. Se desconoce la autenticidad del comprador. El caso llegaría posteriormente a los tribunales, aunque sigue sin estar claro al 100% si la ventana original era la de Mayhew, muerto hace unos años, la que se subastó en eBay o la que permanece en el Sixth Floor Museum.

El rifle de oro

Si por una ventana de autoría dudosa se pagan 3 millones de dólares,¿qué precio alcanzaría el rifle que mató a JFK?Pueden hacer sus apuestas, aunque el arma no está a la venta. Se encuentra bajo custodia federal en elNational Archives and Records Administration Building(Maryland).

Ese rifle es oro puro. Atentos a su cronología económica desde el día que fue disparado:Pese que el arma estaba en manos del FBI, la viuda de Oswald (Marina), como posible heredera del objeto cuando se cerrara la investigación, vendió sus derechos sobre el rifle por45.000 dólaresen 1964.

El comprador, un vendedor de petróleo y coleccionista de armas llamadoJohn J. King, demandó al gobierno inmediatamente para reclamar la posesión del rifle. Tras una sucesión de demandas, juicios y apelaciones, un tribunal popular decidió dar la razón al Gobierno en 1969 alegando, entre otras cosas, que Oswald había abandonadoel arma tras disparar a JFK. Luego ya no era suya. Lo dicho: elloco mundo de la memorabiliade un asesinato.

JFK (Oliver Stone, 1991) se puede ver estos días en los cines de EEUU. No es normal que una película vuelva a los salas 22 años después. Menos aún que lo haga para conmemorar un hecho histórico. Pero es que el asesinato del presidente John F. Kennedy, del que en unos días se cumplirán 50 años, no es un aniversario normal. El impacto cultural del magnicidio fue tan fuerte que vivimos en estado de recuerdo permanente desde 1963. La conmemoración del medio siglo, por tanto, sólo podía ser la madre de todas las efemérides. El no va más. La casa por la ventana. Un rodillo político, cultural y económico que arrasa todo a su paso y amenaza con provocar la saturación kennedyniana final.

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