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La nueva académica insinúa mandar a los corruptos a una isla
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carmen riera apuesta por el bilingüismo en su discurso

La nueva académica insinúa mandar a los corruptos a una isla

Carmen Riera ocupará el sillón 'n' en la RAE, a la que se ha presentado con un discurso que hablaba sobre la isla como paradoja,paraíso por un lado y cárcel por el otro

Foto: Carme riera ingresa en la RAE
Carme riera ingresa en la RAE

La isla siempre ha constituido un lugar idílico y simbólico dentro del imaginario de los lectores. Un paraíso rodeado de agua que, sin embargo, fue perdiendo su condición utópica cuando los barcos llenos de, primero, colonizadores y después turistas, comienzan a llenar sus tierras. La isla terminó convertida en una prisión, y no sólo en el sentido metafórico de la palabra. Desde el siglo IV, en el antiguo Imperio Romano se condenaba a la relegatio ad insulam, es decir al destierro a una isla, a aquellos senadores que abusaban de su poder para estafar y cometer fraude. Una solución que la nueva académica de la RAE, Carmen Riera, ha insinuado podría servir para los “sinvergüenzas actuales” que siguen delinquiendo.

Un método para que todos los corruptos dejaran de conspirar y de dedicarse a “negocios poco honestos” y así sirvieran de ejemplo para aquellos que “estuvieran tentados de seguir sus pasos”. Incluso en Baleares, tierra de nacimiento del nuevo sillón ‘n’, tuvo lugar la reclusión de Vocieno Montano, o de Asinio Galo, condenado por Claudio, acusado de conspirar en su contra.

El discurso de Carmen Riera comenzó con un canto a subilingüismo, ya que se declaró escritora encatalán y castellano. Una apuesta firme por sus dos lenguas que ha obtenido la respuesta del académicoPere Gimferrer, quetambién ha ensalzadola capacidad de la autora de poder escribir en sus dos idiomas, y ha recordado a otros escritores que hicieron de ello su mejor arma. De Rieradestacó eluso, más que del catalán, de su variedad mallorquina, un estilo que nunca había oído hablar en la península, además, de su castellano, que no es el clásico que se utiliza en Barcelonasino que se trata del castellano panhispánico.

Y es que esta niña “torpe”, como ella se ha definido, que tardó en aprender a leer y que lo consiguió gracias a las lecturas que su padre realizaba deSonatina, de Rubén Darío, se dio a conocer con dos libros de relatos en catalán:Te deix, amor, la mar com a penyora, de 1975, yJo pos per testimoni les gavines, de 1977. Ambos libros, fueron traducidos al castellano por la propia autora en 1980.

La isla como cárcel y paraíso

Carmen Riera no ha dudado en contraponer la visión de la isla como cárcel de corruptos, conla utópica que tienen los escritores, y que ven sus terrenos como un paraíso. En ellos ha centrado su discurso, que bajo el título de Sobre un lugar parecido a la felicidad, ha querido servir de recuerdo ala literatura de viajes. En concreto aaquella que habla de Mallorca, y a todos los artistas que se sintieron enamorados de su luz, su ambiente y su aroma. Y es que todo el mundo viaja por algún motivo, para escapar, para reencontrarse a un mismo, o incluso para espiar como también ha señalado en su intervención. A pesar de ello, son pocos los que luego ponen a disposición de los demás sus vivencias.

Nombres como Azorín, Unamuno y, sobre todo, Rubén Darío, utilizaron sus palabras para clamar las maravillas de Mallorca por todo el mundo, mientras otros como la escritora George Sands se sintieron tan maravillados por su belleza como decepcionados por su gente.

En los textos examinados por Carmen Riera se reiteran una y otra vez los elementos del mito de la Edad de Oro que los viajeros traían consigo de la isla balear: el paisaje, la fertilidad de sus árboles, su agradable clima y la hospitalidad de sus habitantes.

Los viajes (y las islas) han formado parte de la literatura desde los textos fundacionales de Occidente, como la Odisea, El viaje de los Argonautas o la Eneida, pasando por la literatura clásica, la decimonónica (Stevenson o Defoe) y el siglo XX, Macondo y García Márquez.En este tipo de obras, el viajero se acaba conociendo a sí mismo gracias a su contacto con nueva gente, nuevas costumbres y nuevos ambientes, o como señala el nuevo miembro de la RAE “El proceso de la otredad es fundamental. El encuentro con el otro, su descubrimiento, se convierte en uno de los aspectos determinantes. El yo del viajero se redefine gracias al otro, por medio de lo desconocido y de lo ajeno”. La isla, se convierte por tanto en un lugar de encuentro con uno mismo.

El yo del viajero se redefine gracias al otro, por medio de lo desconocido y de lo ajeno

Así debió pensarlo Rubén Darío, que de todos los escritores que llegaron a tierras baleares fue el que dejó una impronta mayor en sus habitantes «Pocas veces, en una sociedad como la mallorquina, escasamente inclinada por el entusiasmo artístico, se ha visto tanto fervor, tanta simpatía y, lo que es más difícil, tanta hermandad artística» comentó al respecto Cristóbal Serra. Las dos visitas de Darío, en noviembre de 1906 y en 1913, generaron mucha más bibliografía que ningún otro escritor.

Él fue el encargado de difundir el término ‘Isla de oro’ para dirigirse a la islay, como ha señalado Riera, él mismo decía que en ninguna parte había encontrado mayor triunfo de la magnificencia solar y mayor derroche de oro, oro homérico. Una nueva alusión al viaje literario clásico.

Sin embargo, a partir de la Guerra Civil, los libros de viajes comienzan a disminuir y empiezan a ser sustituidos por las guías, “algunas de una banalidad clamorosa”. La isla ha dejado por desgracia de ser paradisíaca. Hoy quedan solo algunos espacios preservados por la presencia masiva de turistas (que ya no son viajeros) como puede ser la sierra de Tramontana, como ha vuelto a reseñar Carmen Riera.Unsillón ‘n’, que ha manifestado querer ser recordada por las palabras bonitas asociadas con esa letra, como "nacimiento, naturaleza o niño", en vez de por aquellas pesimistas que tiene asociadascomo "no, nadie o nada". Así ha querido presentarse Carmen Riera ante sus nuevos compañeros y ante una sociedad que seguro aplaudiría que los corruptos se quedaran aislados en una isla.

La isla siempre ha constituido un lugar idílico y simbólico dentro del imaginario de los lectores. Un paraíso rodeado de agua que, sin embargo, fue perdiendo su condición utópica cuando los barcos llenos de, primero, colonizadores y después turistas, comienzan a llenar sus tierras. La isla terminó convertida en una prisión, y no sólo en el sentido metafórico de la palabra. Desde el siglo IV, en el antiguo Imperio Romano se condenaba a la relegatio ad insulam, es decir al destierro a una isla, a aquellos senadores que abusaban de su poder para estafar y cometer fraude. Una solución que la nueva académica de la RAE, Carmen Riera, ha insinuado podría servir para los “sinvergüenzas actuales” que siguen delinquiendo.

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