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“La paz sólo se conseguirá con dinero y más sangre de jóvenes”
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Entrevista a la escritora israelí Shani Boianjiu

“La paz sólo se conseguirá con dinero y más sangre de jóvenes”

'La gente como nosotros no tiene miedo' es el título de la primera novela de Shani Boianjiu, que ha charlado con El Confidencial sobre su obra, su vida y política

Foto: Shani Boianjiu (Alon Sigavi)
Shani Boianjiu (Alon Sigavi)

El servicio militar obligatorio sigue vigente en muchos países. En algunos de ellos, como en Israel, las mujeres también están obligadas a realizarlo. Por lo que con 18 años, jóvenes en edad de salir y divertirse pasan dos años de sus vidas aprendiendo a ser soldados. Shani Boianjiu (Jerusalén, 1987) lo vivió en sus propias carnes y sus experiencias la han ayudado para escribir un libro sobre tres adolescentes (sus dudas, temores y anhelos), con el reclutamiento obligatorio como telón de fondo.

Boianjiu sólo tiene 26 años, pero habla con una seguridad impropia para alguien de su edad y con una sola novela en el mercado. Sin embargo sus gestos delatan que como Yael, Lea y Avishag, los personajes de su novela, sigue siendo una joven. Mirando su móvil constantemente Shani Boianjiu no duda en interrumpir la entrevista para fumar un cigarro y ofrecer un café al mendigo que la miraba desde fuera del hotel donde ha charlado con El Confidencial. Su novela, ya ha sido traducida a más de 23 idiomas con el títulode La gente como nosotros no tiene miedo(Alfaguara), una declaración de intenciones que Boianjiu hace suya, aunque haya algo a lo que sítema, a su madre.

¿De dónde nace el impulso de escribir esta novela?

Siempre estoy escribiendo cosas, leyendo, poniendo ideas en palabras… La primera vez que fui consciente de que estaba escribiendo fue hablando con mis amigos en Zynga y otras plataformas online.

En primero de secundaria ya escribí un relato breve, pero cuando realmente empecé a escribir fue durante el ejército. Allí teníamos muchísimas horas de espera. Ellos no tienen en cuenta tu tiempo, así que entre una actividad que dura 10 minutos y otra actividad puede haber muchas horas muertas. Ahí me dedicaba a escuchar, a tener ideas y luego las escribía. Fui escribiendo frases, esas frases se convirtieron en capítulos, y finalmente surgió la idea del libro.

¿Por qué ha escrito en inglés?

Existe una fuerte tradición de escritores judíos que escribía en inglés y no en su idioma. Pienso en Nabokov, Joseph Conrad… Además estudié en Harvard y tenía que escribir para las clases en inglés. Pero no creo que escriba en un inglés del New York Times, o de Jane Austen, es el idioma que tienen los jóvenes para comunicarse alrededor del mundo. Internet, las series de televisión… han hecho del inglés un idioma común.

En La gente como nosotros no tiene miedo se retrata el paso de la niñez al mundo de los adultos. ¿Es esta una novela de aprendizaje?

Ser una mujer joven en cualquier parte del mundo es mucho más difícil que el ejército

Siempre me ha resultado muy curioso. A los 18 años eres ya un adulto, pero si tienes sexo unos días antes de cumplirlos está mal. Pero la realidad no cambia, no es distinta, no eres de repente un adulto.

Los niños soldados se enfrentan a cosas que hacen que pasen de repente a la edad adulta. El ejército en Israel es algo así, es una institución, pero una institución que te golpea en la cara de golpe, y a eso te tienes que adaptar rápidamente y aprenderlo.

¿Cómo vive una chica de 16 años ser reclutada por el ejército?

Es como si yo te preguntara a ti…(Shani hace un inciso y me pregunta mi edad) ¿Cómo vives siendo un chico moreno de 28 años en España? Es algo que está ahí.

Es una cuestión moral. Aunque no crea que la guerra sea justa es evidente que los países y la gente están dispuestos a ir a combatir. Las coaliciones internacionales siempre encuentran a alguien con quien ir a la guerra. Y la gente no protesta.

¿Qué es más difícil entonces, ser adolescente en Israel o el ejército?

Ser adolescente en cualquier parte del mundo, sin duda. Más aún, ser una mujer joven es más difícil en cualquier parte del mundo es mucho más difícil. No estoy bromeando, es una realidad que existe en todo el mundo y que es difícil de cambiar.

Ha nacido en Israel y estudiado en EEUU, ¿le daba miedo que esta interculturalidad hiciera que la novela no se entendiera en ninguno de los dos sitios?

Miedo no, porque nunca pensé que la novela fuera a ser publicada, por lo que mucho menos pensé que fuera a ser leída. Escribía pensando que las cosas que me ocurrían eran lo peor que me podía pasar, así que contaba todas esas cosas malas, pero miedo no. El único miedo que tengo es a mi madre. Lo que sí te puedo decir es que nunca me he sentido tan sola como en EEUU. Es un país tan diferente. Me sentía sola como ser humano, sentía que nadie me entendía.

¿Cree que el conflicto palestino israelí tiene solución?

(Shani Boianjiu clava su mirada en mí antes de contestar) No. Podría tener solución, pero sólo con una gran cantidad de dinero y mucha sangre de muchos jóvenes.La gente sabe que la solución sería dos estados para dos pueblos. Y ha habido esfuerzos y también muchos errores, pero hay que pensar en el futuro.Los cuerpos de la paz tienen que comprometerse para asegurar la paz y ayudar a que se creen los dos estados, y eso significa mucho dinero. Quitar las minas de la franja de Gaza, eso es mucho dinero, compensar a los palestinos y los judíos de la diáspora… Y eso tiene que ser dinero del resto del mundo.Por supuesto que quiero la paz, haría todos los sacrificios posibles, daría hasta la última gota de mi sangre y todo mi dinero por conseguirla, pero siendo honesta, no creo que se consiga.

El servicio militar obligatorio sigue vigente en muchos países. En algunos de ellos, como en Israel, las mujeres también están obligadas a realizarlo. Por lo que con 18 años, jóvenes en edad de salir y divertirse pasan dos años de sus vidas aprendiendo a ser soldados. Shani Boianjiu (Jerusalén, 1987) lo vivió en sus propias carnes y sus experiencias la han ayudado para escribir un libro sobre tres adolescentes (sus dudas, temores y anhelos), con el reclutamiento obligatorio como telón de fondo.

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