Desahuciado por vivir dentro de un Banksy

El suceso más pequeño e inofensivo del mundo puede tener una serie de consecuencias impredecibles. Así lo dice la teoría del caos cuando enunciaque el aleteode una mariposa podía provocar un tsunami al otro lado del mundo. Eso es básicamente lo que le ocurrió a Tachowa Covington, un mendigo que vivía en las colinas situadas entre Santa Mónica y Malibú, en Los Ángeles.

Covington se había asentado en esta zona en el año 2004 tras descubrir un tanque de agua abandonado que decidió convertir en su hogar. A pesar de las presiones de los vecinos de la zona él consiguió sobrevivir haciendo del tanque su casa, hasta el 2011. En febrero de ese mismo año, Tachowa Covington escuchó unos ruidos fuera de su hogar, por lo que decidió salir a ver qué ocurría. Se encontró a dos hombres pintando el exterior de su casa a los que preguntóqué hacían y quiénes eran. Uno de ellos se identificó como un tal Banksyy le explicaron que estaban haciendo una broma con su tanque. Tachowa bajó yobservó a qué se habían dedicado los dos desconocidos que allí se encontraban. Tuvo que reconocer que el comentario que habían escrito con espray negro sobre el fondo blanco de su hogar era, ocurrente: “This looks a bit like an elephant” o lo que es lo mismo “esto se parece un poco a un elefante”.

Este fue el comienzo de una historia que dio como resultado que Tachowa Covington terminara por ser desahuciado de su peculiar vivienda y que ahora el grupo de teatro The sumpresenta, en forma de monólogo, en el Festival de Teatro de Edimburgo bajo el títuloBanksy: Room in the elephant.Y es que unas horas después de que Banksy realizara su obra, una imagen del resultado ya estaba subida en la propia página web del artista, por lo que los seguidores del grafitero no tardaron en identificar dónde se encontraba. El tanque de agua se acababa de convertir en una obra de arte con una persona en su interior.

Este acontecimiento hizo que la empresa de diseño Mint Currencymostrara su interés por el tanque y terminaran comprando sus derechos. En marzo del 2011 los responsables de la firma llegaron a la casa de Tachowa con una grúa y comenzaron los procesos de extracción con el fin de llevársela manteniendo el grafiti que la habíaconvertido en una pieza de museo. Banksy, contrario a que sus trabajos sean eliminados de los sitios donde han nacido, decidió no reconocer como suya la obra con el fin de que no pudieran beneficiarse de su nombre en una más que probable subasta de este elefante blanco. Sin embargo, el único perjudicado por esta cadena de casualidades fue Covington, que de la noche a la mañana había vuelto a vivir a la intemperie.

Las ansias de lucro de una empresa habían hecho que el hogar de una persona desapareciera de la faz de la tierra, una vivienda que el propio Tachowa había creado a su gusto y que consideraba una obra de arte como declaró a The independent: “Lo que escribió Banksy en el tanque no era arte, sólo eran letras, el arte estaba en el interior”. En la misma entrevista Covington cuenta cómo tras quedarse sin casa, el artista le ayudó inmediatamente condinero para que durante un año pudiera vivir en un apartamento y pagar todas las facturas. Esta extraña relación entre Banksy y Covington es uno de los ejes centrales de esta obra de teatro a la vez que se vuelve a debatir sobre el expolio del arte callejero. En las últimas semanas un muro con el grafiti de Banksy No balls game ha sido robado de las calles del barrio de Tottenham en Londres para poder ser subastado por la firma Sincura Group.

Esta empresa argumentó que la obra estaba perdiendo su calidad debido a las labores de renovación realizadas en la zona a la vez que anunciaba que los beneficios se destinarían a obras de caridad. Por su parte miembros del partido Laborista se han mostrado contrarios a que el arte callejero desaparezca de su hábitat natural. Pocos meses antes la misma compañía había subastado otro mural de Banksy, Slave labour por 750 000 euros.

Una polémica que seguirá existiendo y en la que el propio artista poco puede hacer. Banksy decidió renunciar a una de sus creaciones para impedir que otros se lucraran de su propio trabajo, aunque no pudo impedir que el elefante de Tachowa Covington acabara en un almacén sin que nadie pueda vivir dentro de él.