Jesús Ordovás: "La programación cultural de TVE y RNE está peor que en la dictadura"

Jesús Ordovás (Ferrol, 1947) presentó el mítico espacio radiofónico Diario Pop,  trampolín mediático para grupos como Radio Futura, Siniestro Total, Alaska y los Pegamoides y varias decenas de artistas de culto. Figura clave de en la explosión de la Movida, fue prejubilado por Radio Nacional, pero ahora vuelve con el libro Viva el pop (Lunwerg editores) y el programa Nuevas Sensaciones en Radio Gladys Palmera. Su último trabajo en televisión fue dirigir el espacio musical Ipop. 

Acabas de publicar un libro que repasa cuarenta años de música alternativa en España. ¿Hay algún momento especial para ti?

Seguramente el álbum Música moderna (1980) de Radio Futura porque rompe con lo que se venía haciendo. Los grupos anteriores cantaban "qué mierda este Madrid", pero de pronto llegan unos chicos que empiezan a decir todo lo contrario. Radio Futura fue un grupo enamorado de la vida, de la ciudad y de la moda juvenil. 

 ¿Estás diciendo que La Movida supone un paso atrás a reivindicación social?

Sí, fue un rechazo a la música comprometida y políticamente correcta. A partir de los ochenta, instaurada ya la democracia, a la gente empieza a no importarle quién esté en el poder. Se supone que todo consiste ya en votar a uno o al otro. Entonces los jóvenes empiezan a centrarse en crear películas, discos, pintura y fotografía al margen de quién esté en el gobierno. 

¿Se da un despolitización de la cultura?

Pues sí, aunque desde un punto de vista más amplio todo es política. Cualquier canción, cuadro o fotografía implica un posicionamiento. Es como la canción de Bob Dylan que dice que vivimos en un mundo político. 

La televisión pública se ha convertido en un cementerio de elefantes donde no aparece ninguna idea nuevaHay distintos niveles. El punk refleja un conflicto social, mientras la Movida transmite la alegría por el fin de la dictadura. Lo raro es el indie, sobre todo en los noventa, que lo escuchas y no sabes de qué país viene ni qué está pasando allí. ¿No?

Creo que el indie, políticamente, vive un poco en el hiperespacio. Tú escuchas Australian Blonde y puede ser un grupo de Gijón o de Nueva Zelanda. Penelope Trip podrían venir de Rumanía perfectamente. Sobre todo los grupos que cantan en inglés dan poca importancia a lo que está pasando socialmente. Otros como Lagartija Nick y Los Planetas sí que tienen cierta actitud política. Por ejemplo, está claro en letras como Nuevas sensaciones. No es pedir el voto para PP o PSOE, pero sí ponerse en contra de la prohibición de sustancias y del control estatal de nuestros cuerpos. Canciones de Dinarama como A quién le importa reivindican la libertad sexual. 

La tesis oficial de la crítica dice que el indie surge como reacción a la decadencia de la Movida, esa fase en que los grupos empezaron a repetirse o rebajarse para vender lo máximo y firmar todos los conciertos de fiesta patronal que pudieran. ¿Estás de acuerdo? 

Sí. Llega una época en que solo les importa el dinero y la mayoría de esos artistas se dejan manipular en lo que haga falta. El punk también surgió de dinosaurios autocomplacientes que hacían elepés triples. Siempre hay un movimiento nuevo que viene a revitalizar. Ha pasado en todas las generaciones.  

¿Crees que el indie fue una verdadera ruptura o más bien un "quítate tú para ponerme yo"?

Lo que pasó en los noventa fue un matar al padre. A muchos grupos indies les gustaban los grupos de la Movida. Lo que pasa es que a los veinte años lo que te pide el cuerpo es decir "lo anterior es una mierda y aquí estoy yo con lo nuevo". Ahora J. de Los Planetas o Sr Chinarro están tirando más por referentes de aquí y menos por anglosajones. Siempre han tenido sus grupos favoritos de los ochenta, pero ahora descubren a mayor escala que lo que había antes no era tan malo ni lo suyo tan nuevo. Obviamente, la mayoría de los grupos que hacen pop en España viene del mismo estrato social: casi todos estudiantes de clase media, aunque hay algunos de clase alta como Carlos Berlanga y Bernardo Bonezzi. 

Al final de tu libro incluyes un cuestionario sobre el pop que rellenan treinta celebridades. ¿Alguna respuesta te ha sorprendido?

Sí, la de Almodóvar, cuando le pregunto por la profesión y pone "administrativo". Creo que es el último trabajo que tuvo en Telefónica. Su madre siempre le decía que no lo dejara por si las cosas se torcían. También me sorprende que Alaska diga que su profesión es "showbusiness". Me parece acertado porque le define mejor que "cantante". Se ha mantenido siempre en la misma línea. Cuando le hice su primera entrevista en 1977 ya me dijo que quería ser un bote de Colón. Lo que más le importaba era ser una estrella. También me llaman la atención los choques entre cuestionarios. J. Planetas dice que el pop es "lo que hace el pueblo", mientras Genís Segarra (Astrud) opina que el pop es "lo que parece popular pero no lo es". Son visiones antagónicas que no sé si se pueden reconciliar.  

Lo que pasa es que a los veinte años lo que te pide el cuerpo es decir que lo anterior es una mierdaA mí me ha descolocado que German Coppini (exGolpes Bajos) reivindique a Víctor Jara. Creí que el "artista comprometido" era el perfil artístico que más odiaban los músicos pop españoles. Apuesto a que nadie le ha mencionado como influencia en las tres décadas que llevas haciendo radio. 

Pues no, pero cualquier día J. de Los Planetas lo escucha y empieza a rescatarlo. No sé si has escuchado a Coppini últimamente, pero se ha convertido en un cantautor que participa en todo tipo de manifestaciones. Se sube a las palestras de las concentraciones para arengar a las masas. Se ha vuelto un luchador comprometido. 

Eres un experto en la Movida. ¿Te han llamado de muchos sitios para explicarla?

He colaborado en revistas chinas hablando de la Movida, he participado en jornadas universitarias en Manchester (donde los profesores sabían más que yo) o en Alemania (donde se han escrito varios libros sobre esa época). Me han llamado ahora para presentar el libro en Austria y estuve en Beirut para una semana dedicada a la Movida. Estas dos son cosas del Instituto Cervantes y de la embajada. Otra cosa curiosa es una profesora de Miami que escribió un libro sobre la revista La Luna de Madrid y su contribución a la aceptación de la homosexualidad en España. Explica la importancia que tuvieron una serie de ilustraciones de esa publicación para normalizar esa opción sexual. Una de las grandes aportaciones de La Movida fue facilitar la revolución sexual que otros países habían tenido mucho antes. 

Me llegan muchas propuestas musicales pero cuesta poner una etiqueta que las aglutineAhora que estás fuera de Televisión Española y Radio Nacional. ¿Crees que cumplen su función de servicio público?

Para mí nunca han estado peor. Ni en tiempos de la dictadura. Incluso en los años setenta había programas como Mundo pop o los que hacía Iván Zulueta que eran mejores que los de ahora. No me puedo creer lo que está ocurriendo con La 2: antes era una cadena que te descubría cosas todos los días y ya no ofrece casi nada. Un rato te enseñan a cocinar y otro la casa de alguien. No hay programas musicales, ni culturales. Solo quedan los conciertos de Radio 3, que son de lo más soso. Los grupos llegan, tocan y se van. La televisión pública se ha convertido en un cementerio de elefantes donde no aparece ninguna idea nueva. Antes TVE estaba atenta a buscar gente con iniciativas para incorporarla. Ahora mismo la acción no está en teles ni en radios convencionales, sino en Internet. 

¿Cómo ves el panorama pop en 2013?

Hay una generación muy joven que coge inspiración de todas las anteriores. Me llegan muchas propuestas musicales pero cuesta poner una etiqueta que las aglutine. Echo de menos algo que rompa, que marque un momento, como hicieron los Sex Pistols o los Ramones.