González-Vigil pide el cese de Reverte como académico

El litigio empezó hace 12 años y terminó de forma definitiva en los tribunales el pasado mes de mayo, pero el cruce de acusaciones sigue presente. El escritor Arturo Pérez Reverte ha pagado 212.528,94 euros por el plagio del guion de Gitano que le impuso en abril de 2011 la Audiencia Provincial de Madrid. El escritor no está de acuerdo con la sentencia, pero asumió el coste con tal “quitarse de encima de una vez a este señor”, según ha dicho este martes su procuradora, Amparo Laura Diez Espi. Unas declaraciones que han tenido lugar en mitad de la rueda de prensa que ofrecía el autor del texto original, Antonio González-Vigil, quien comparecía ante los medios para explicar su versión, silenciada, según el guionista, por los medios de comunicación durante todos estos años.

Vigil ha expresado en una entrevista a El Confidencial que es “inadmisible” que Reverte siga siendo académico” de la Real Academia Española y ha pedido el “cese” del escritor, tras la sentencia firme que confirmaba que plagió el guion de la película y que este acató con el pago de la cantidad impuesta.

El guionista acusa a Reverte de haber mentido durante todos estos años, diciendo que tres sentencias le habían exculpado del plagio, cuando la única sentencia firme hasta el momento ha sido la última de la Audiencia Provincial de 2011: “Me siento como en una partida de póker en la que yo tengo las cartas y Reverte se ha echado los faroles”, ha explicado antes de la rueda de prensa.

Según el guionista, antes de iniciar el proceso judicial intentó negociar “de forma pacífica” con Reverte para que este le compensara los gastos que ya había emprendido en la producción de la película Gitana, propuesta que el autor de El club Dumas no aceptó, y que siempre ha utilizado contra Vigil acusándole de intento de chantaje y extorsión.

El guionista asegura también que el pago no ha satisfecho los gastos en un proceso en el que "ha perdido mucho dinero", al no haber sido condenado en costas y al haberse planteado la indemnización tomando como el coste de la película. González-Vigil dice haber gastado, hasta el momento, alrededor de 100.000 euros en costas judiciales.

También ha atacado contra los medios de comunicación, asegurando que “ningún medio español” le ha llamado “nunca” para pedir su versión del asunto, y que por lo general los medios han “protegido” a Reverte. De hecho, entre la documentación aportada a la prensa se encuentra un artículo de la Defensora del lector de El País, donde se concluía que el tratamiento informativo de este pleito “había sido desequilibrado”, aunque el diario sí le llamó en varias ocasiones, según el relato de dicho artículo.

El origen de todo

De hecho, González-Vigil asegura que el motivo de la rueda de prensa, que ha tenido lugar en la sede de la Academia del Cine en Madrid, ha sido informar sobre el hecho de que la sentencia que condenó por plagio Reverte es firme desde el pasado mes de mayo, ya que considera que los medios de comunicación no se habían hecho eco de esta noticia.

El largo culebrón judicial, de esta manera, acaba con la victoria del cineasta, que en 2003 denunció a Pérez-Reverte y a Manuel Palacios acusándoles de plagio en la película Gitano, del año 2000, de la que ambos eran coguionistas y el segundo también director. González-Vigil aseguró entonces que el guión de Gitano era una copia de uno suyo, Corazones púrpura, escrito junto a Juan Madrid y depositado en la productora Origen PC en 1996.

Esa misma productora fue la que llevó a cabo Gitano, motivo que, según el perito Gonzalo García Pelayo, presente también en la rueda prensa, añade una coincidencia más entre las 77 que encontraron en la peritación de ambos guiones.

Reverte paga pero no reconoce el plagio

La procuradora de Pérez Reverte ha intervenido en mitad de la rueda de prensa, interrumpiéndola en varias ocasiones: “El asunto está archivado judicialmente. Llegamos a esa solución con los abogados, que si depositábamos el dinero acababa el asunto. El problema de este procedimiento es que el señor González-Vigil quiere sacar rédito a través de ruedas de prensa como esta, a vueltas otra vez con el plagio, esperando que el señor Reverte se amilane y le diga que cuánto quiere”, ha dicho el término de esta. 

Diez Espi ha dicho también que González-Vigil lleva diez años "persiguiendo" al escritor, y que ha acudido a cada una de las presentaciones de libros de Reverte, para recordarle el asunto y presionarle "con el fin de obtener más dinero". El último encuentro tuvo lugar en la pasada Feria del Libro de Madrid, según ha explicado Diez Espi.Reverte ha decidido pagar para olvidarse de este señor, pero Vigil no se quiere olvidar porque es su fuente de ingresos

“Reverte ha decidido pagar para olvidarse de este señor, pero Vigil no se quiere olvidar porque es su fuente de ingresos”. No hay más, asegura, porque el caso ya fue resuelto.

Podría entenderse que con el pago el autor de El Capitán Alatriste aceptaba la sentencia y asumía el plagio. Reverte ha contestado con un comunicado publicado en su web, en el que expone las mismas razones que su procuradora explicaba por la mañana.

Diez Espi, siguiendo el comunicado de Reverte, pone en cuestión la sentencia: “La jueza pudo haberse equivocado, porque hubo tres jueces anteriores –Juzgado de instrucción 29 de Plaza de Castilla, Audiencia Provincial de Santiago de Compostela y Juzgado número 5 de lo Mercantil-, e informes del Ministerio Fiscal, que son funcionarios independientes y no peritos traídos por él, que dicen todo lo contrario”. La procuradora asegura además que Vigil ha seguido pidiendo dinero a Reverte.

El comunicado del escritor y la procuradora sugieren que en todos estos años Vigil no ha vuelto a hacer ninguna película. El propio guionista, visiblemente nervioso durante toda la comparecencia, contestó en varias ocasiones diciendo “usted flipa señora”, cada vez que esta le acusaba no tener ningún otro trabajo posterior al guion copiado. El guionista ha aclarado después que en este año ya se han rodado dos películas suyas que están en fase de montaje.

Reverte no menciona en su comunicado la demanda que interpuso contra Vigil por daños al honor, una denuncia en la que el escritor tampoco tuvo éxito, y que el guionista se ha encargado de recordar.

En definitiva, un cruce de acusaciones infinito y de desmentidos de unos y otros, y que interrumpían a las preguntas de los asistentes creando en varias ocasiones un ambiente de tertulia vespertina de televisión.