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"Esto con Franco no pasaría"
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SE CELEBRA EL JUICIO TRAS LA DENUNCIA DE LA FUNDACIÓN FRANCISCO FRANCO A EUGENIO MERINO

"Esto con Franco no pasaría"

Quedan pocos días para saber si finalmente Eugenio Merino se librará al fin de Franco o pasará como uno más de los vencidos por el dictador.

Foto: "Esto con Franco no pasaría"
"Esto con Franco no pasaría"

Quedan pocos días para saber si finalmente Eugenio Merino se librará al fin de Franco o pasará como uno más de los vencidos por el dictador. Este jueves ha tenido lugar el juicio por la denuncia que interpuso la Fundación Nacional Francisco Franco al artista por daños al honor del dictador del que toma su nombre después de que Merino expusiera en la feria de arte Arco 2012 Always Franco, una obra en la que un muñeco de silicona representaba al dictador español y aparecía vestido de gala y con gafas de sol dentro de un frigorífico comercial con el diseño de una conocida marca de refrescos. La vista oral se ha celebrado en la sala número 26 de los juzgados de Plaza de Castilla y la sentencia se publicará en las próximas semanas. La fiscalía ha considerado que no se vulnera el derecho al honor de Franco, ha primado la libertad de expresión y ha pedido desestimar la demanda.  

La Fundación ha aprovechado el juicio para intentar denunciar también la convocatoria y exposición de la Plataforma de Artistas Antifascistas que tuvo lugar el pasado fin de semana, una llamada al escarnio público de la figura del dictador y una muestra de apoyo al artista, pero la magistrada Rocío Nieto ha desestimado la petición por tratarse de hechos diferentes a los contemplados en esta vista. 

El propio vicepresidente de la Fundación Francisco Franco, Jaime Alonso, pasó acompañado de un notario por el local privado en el distrito madrileño de Vallecas donde se reunían los artistas convocados para “documentarse”. En declaraciones a El Confidencial, Alonso asegura que la plataforma utilizó el derecho de admisión para impedirles el acceso y que incluso intentaron agredir a su acompañante. La Plataforma desmiente el intento  de agresión, pero explica que sí les “invitaron a salir” tras “colarse” en la sala.

Jaime Alonso ha comentado al salir del juicio, que ha durado algo más de media hora, que estudiarán la posibilidad de abrir un nuevo proceso por las obras de arte expuestas en aquella convocatoria, que también atentan contra el honor del Franco.

Franco sigue presente

Eugenio Merino ha respondido a las preguntas del abogado de la acusación, que además de destacar el daño al honor de la figura de Franco ha cuestionado dicha figura como obra de arte. Jaime Alonso se refería continuamente a Merino como “artista entre comillas”. Merino ha argumentado que él pretendía representar la manera en que la imagen de Franco sigue permanente en nuestra cultura: “La prueba es que estamos aquí”

En declaraciones a este periódico antes de la vista oral, el artista se preguntaba si lo que de verdad habría que cuestionar es la propia existencia de la Fundación Francisco Franco: “A ellos les parece que remover el pasado es malo, pero lo malo no ha salido aún porque no se ha juzgado. Ellos lo llaman jefe de Estado y en realidad dio un golpe de Estado. Es un lenguaje muy diferente al nuestro”.

El artista ha denunciado igualmente que no es la primera vez que representa dentro de un frigorífico a un personaje público: ya lo hizo antes con Fidel Castro, Mao Zedong, George Bush, Bin Laden y el Dalai Lama, entre otros, y nunca había sido demandado.

Hay caricaturas más ofensivas

La fundación Francisco Franco, cuyo argumento principal es la colisión entre la libertad de expresión artística y el derecho al honor, reclama a Merino 18.000 euros de indemnización, algo que la defensa considera que improcedente. De hecho, la abogada del artista ha explicado en un extenso argumentario que la Fundación Francisco Franco no está legitimada para imponer la denuncia, ya que siendo un fallecido solo pueden demandar familiares o herederos directos, según la Ley del Derecho al Honor

Además, la defensa se ampara en el derecho a la libertad de expresión y en los límites del derecho al honor que establece la propia ley, que en el caso de la figura de Franco “está muy limitado”. La percepción social del dictador, su carácter de personaje público y sobre todo sus actos y decisiones durante la dictadura hacen que el honor de Franco esté por los suelos: la abogada recuerda que haciendo una simple búsqueda por internet aparecen cientos de caricaturas y representaciones satíricas del dictador, algunas más ofensivas que Always Franco.

Arte y provocación

El juzgado de primera instancia número 26 de Madrid resolverá la demanda después de que la juez, contrariando los deseos de la fundación, no juzgase necesaria la retirada cautelar de las piezas en discordia. Incluso cuando la Justicia no dé por bueno el argumento de la Fundación –que habló de una “ofensa que caricaturiza al anterior jefe del Estado y que constituye una provocación en toda regla”–, Merino cree que ya ha conseguido su objetivo. El artista ha afirmado durante la vista que “todo el arte es provocación”.

“La Fundación ha conseguido lo que quería”, aseguró Merino a este periódico cuando no pudo participar al año siguiente en la feria de arte contemporáneo. En aquellos días fue el propio artista el que denunció la censura que había ejercido el director de la feria para evitar su participación: “Este año Carlos Urroz no me deja ir a Arco”.  Merino espera ahora ganar el juicio y que este proceso sirva al menos para que otros artistas “critiquen todavía más” y “que nadie tenga miedo” de expresarse libremente.

Mientras tanto son muchos los que se han solidarizado con Merino. Los últimos, la plataforma de Artistas Antifascistas, que el mes pasado convocó a más de 30 creadores al “escarnio público de la figura del dictador, por la defensa de la libertad de expresión y en solidaridad con Eugenio Merino”.

El colectivo señaló entonces que, más allá de mostrar su malestar con la situación y la solidaridad con Merino, tratan también de “defender un derecho básico como es la libertad de expresión”. De ahí que el eje central de estas jornadas, celebradas durante el pasado primer fin de semana de julio, fuese la llamada al “escarnio abierto, público y militante de la triste figura del dictador Francisco Franco”. 

Aproximadamente 15 personas han acompañado en la vista oral a Eugenio Merino, unos “perroflautas”, según comentaba Jaime Alonso antes de entrar a la vista. Al salir, y como si fuese la antesala de una derrota, el vicepresidente de la Fundación francis franco ha afirmado que “estos es el triunfo del odio, el rencor y la envidia histórica”. 

Alonso asegura que en la Fundación creen “en la libertad de expresión” y en el “Estado de Derecho”, y que trabajan por enterrar los “odios ancestrales”, para que no se vuelva a repetir una situación como la de las dos Españas. Alonso ha preguntado de forma retórica si ahora no tendremos menos libertad de expresión que entonces, y ha querido recordar de paso la crisis actual que ha sumido en la pobreza a mucha gente: “Esto con Franco no pasaría”, ha rematado. 

Quedan pocos días para saber si finalmente Eugenio Merino se librará al fin de Franco o pasará como uno más de los vencidos por el dictador. Este jueves ha tenido lugar el juicio por la denuncia que interpuso la Fundación Nacional Francisco Franco al artista por daños al honor del dictador del que toma su nombre después de que Merino expusiera en la feria de arte Arco 2012 Always Franco, una obra en la que un muñeco de silicona representaba al dictador español y aparecía vestido de gala y con gafas de sol dentro de un frigorífico comercial con el diseño de una conocida marca de refrescos. La vista oral se ha celebrado en la sala número 26 de los juzgados de Plaza de Castilla y la sentencia se publicará en las próximas semanas. La fiscalía ha considerado que no se vulnera el derecho al honor de Franco, ha primado la libertad de expresión y ha pedido desestimar la demanda.  

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