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La receta china: mariposas, árboles y mucha paz interior
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LA EXPOSICIÓN 'PURE VIEW' RECOGE OBRAS DE LOS ARTISTAS CHINOS MÁS IMPORTANTES DEL MOMENTO

La receta china: mariposas, árboles y mucha paz interior

El arte contemporáneo chino de los últimos treinta años ha decidido venirse a España a reflexionar. A pensar cómo definirse. Y a volver a sus raíces,

El arte contemporáneo chino de los últimos treinta años ha decidido venirse a España a reflexionar. A pensar cómo definirse. Y a volver a sus raíces, a la mirada más pura. Como en la época en la que los españoles emigraron del campo a la ciudad, la modernización y el crecimiento económico acelerado del gigante asiático ha recluido a la población en las grandes metrópolis. En Shangai no queda nada de la cultura tradicional, solo grandes edificios. Y ahora los artistas se han propuesto darle un toque bucólico a sus obras, trayendo al presente a sus predecesores, en una exposición que tendrá lugar hasta el 28 de septiembre en el centro Arts Santa Monica de la Rambla barcelonesa.

La exposición Pure Views pretende dar a conocer las nuevas tendencias del arte contemporáneo chino. La muestra viene de la mano del historiador del arte chino y director del Museo de Arte Contemporáneo de Chengdu (MOCA) Lu Peng. El comisario ha traído obras de los artistas jóvenes más destacados de la actualidad y aquellos que han conformado los últimos 30 años del arte en ese país, convirtiendo la muestra en la más importante de Europa en estos momentos, (además de la Bienal de Venecia). 

Algunos de los más importantes ya estuvieron presentes en la muestra que se llevó a cabo en 1995, Desde el País del Centro: Vanguardias Artísticas de China, en este mismo centro de la capital catalana, un antiguo convento con fecha de 1636: “Los artistas están viviendo ahora una nueva era y un contexto social diferente”, explica Lu Peng a El Confidencial: “Están examinando su propia cultura, mirando a la tradición y buscando la nueva dirección que quieren tomar”.

No se trata de una colección desordenada de muchos artistas desvinculados. Entre la diversidad de estilos y temas hay un nexo: las raíces chinas. Y el nombre de la muestra profundiza hasta esos orígenes. Pure Views es el título de una pintura realizado con tinta china negra, Xia Gui, un artista de la dinastía Song, que formó parte de la edad de oro de la pintura china (entre finales del siglo XII y comienzos del XIII), según explica el catálogo de la exposición. Una obra que, además, se conserva en el Museo del Palacio Nacional de Taipei y solo en escasas ocasiones se expone a la vista del público, debido a la dificultad de la conservación de la tinta china.

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El punto que une a todos ellos es su origen, la cultura en la que conviven y esas raíces, según explica el historiador, en las que se sumergen e investigan “para presentarlas con sus propios estilos artísticos”. Esta es la tarea como investigador que viene realizando Lu Peng desde hace años: la muestra es un breve resumen de una carrera enfocada a la  transformación del arte contemporáneo chino.

Esa reflexión en la que se encuentran los artistas chinos ha dado como resultado una exposición relajante, tranquila y muy fresca. La recuperación de los temas clásicos del arte chino aporta una gran presencia de la naturaleza, que va acompañada de unas paredes color turquesa. La uniformidad predomina: lejos del desorden concentrado y multicolor  de los bazares chinos, remarca el coordinador externo de la muestra, Josep Soler i Casanellas, el visitante asiste a una experiencia de reflexión. 

Para propios y extraños

La pieza central del espacio noble de Arts Santa Mónica es el espectacular vídeo Xue Dou Mountain in Zhej Iang Fenghua, de Hong Lei, que muestra un salto de agua, que transporta a los espectadores directamente desde el espíritu de la tradición china hacia las obras contemporáneas. Esta pieza se presenta rodeada por las obras de varios artistas, entre ellos Yang Mian (en la imagen inferior) con un curioso cuadro: CMYK-1918 Joaquín Sorolla y Bastida, cosiendo la vela.

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Tan extraño como familiar. Ya lo dice Lu Peng en el catálogo de la muestra: “Los públicos occidentales no deberían sorprenderse al observar en las obras símbolos e imágenes” tanto conocidos como chocantes. Depende del grado de familiaridad con la civilización china tradicional.

Pero además de los cuadros y las instalaciones, en la última planta del centro se presentan los vídeos interactivos de Jin Jiangbo, junto a las videocreaciones de Zhang Xiaotao y Qiu Anxiong.

Y sus reflexiones

Yang Xun presenta una obra inspirada en Escena de inicios de la primavera de Guo Xi (dinastía Song del Norte): Quizás sea precisamente el ajetreo que nos rodea lo que me lleva más cerca de la autointerrogación y hace que mi actitud hacia el arte sea más distante y racional. Es la reflexión de un joven de 32 años que juega con las luces en su obra de forma que genera sensación de distancia.

Un pensamiento que acompaña al de otro artista más curtido y referente del arte contemporáneo chino como Zhou Chunya, de 58 años, quien relata en el documento de la muestra que hoy en día vivimos en una época de innovación constante y reivindica los motivos naturales propios del arte clásico: Innumerables estudiantes de arte se gradúan cada año en universidades de todo el mundo y, debido a la feroz competencia que impera en la actualidad, parece que muchos artistas no tengan ya la paciencia necesaria para ocuparse de esos pinos, si los comparamos con esos pocos pintores literatos y cortesanos del siglo XIV. Se trata de un análisis de Vistas puras en la lejanía de arroyos y montaña de Xia Gui (dinastía Song), obra en la que se inspira para su Piedra sexualizada

Pensamientos que tiene como objetivo la búsqueda de una corriente propia. El arte contemporáneo chino de los últimos 30 años empezó con dos tendencias principales que expresaban una fuerte denuncia a través del realismo cínico, el pop político y el arte conceptual

Ahora, explica el comisario, ha surgido un arte chino contemporáneo “basado en su propia civilización, al mismo tiempo que los artistas jóvenes, libres ya de estrictas campañas políticas y de supervisión ideológica y en condiciones de una abundancia cada vez mayor de exposiciones, publicaciones y educación pública, han gozado de una comprensión de la civilización tradicional más tranquila y liberada de corsés aprisionadores”.

Los artistas plantan cara la censura de diferentes maneras, explica Lu Peng, pero sus temas no son ya la protesta por el hecho en sí de la rebeldía, sino que prefieren enfocar su libertad en crear arte a su manera: un arte más “sutil” que el de antes, comenta el director del MOCA.

Más difícil que aprender chino

Pinturas, vídeos, imágenes interactivas y una agenda de actividades complementarias en colaboración con el Máster en Estudios Chinos de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), Casa Asia, Esade-China Europe Club, el Instituto Confucio de Barcelona y la Filmoteca de Cataluña. Mucho más que una exposición para exportar cultura china.

Josep Soler Casanellas es el responsable de hacer llegar hasta Barcelona esta exposición. Su gran objetivo es “abrir los ojos a una realidad muy diferente a la nuestra”, pero le ha costado dos años, según explica a este periódico, encontrar una sala que lo acogiera: ha sido incluso más difícil “que aprender chino”, bromea en el catálogo de la exposición. Lo tenía todo: una gran muestra de arte contemporáneo de artistas desconocidos en Occidente, con 8 de ellos entre los 100 artistas de arte contemporáneo “con más ventas en subastas en estos años”.

Desde 2010 es el mercado del arte más grande del mundo, continúa, y aun así solo se encuentra a Ai Weiwei en la lista de ArtReview Power 100. Es decir, Soler no esperaba otra cosa que un gran interés, teniendo en cuenta además que la muestra venía financiada en origen.

Y es que China se disputa el liderazgo del mercado mundial del arte con Estados Unidos, que cedió el año pasado a China, aunque en el último año volvió a recuperar su posición. En 2011 la mayor parte del pastel la tuvo el país asiático con un 30 %, seguido del estadounidense 29 %, según el informe Art Market Report 2013, que se publica cada año la feria de arte europea TEFAF, que tiene lugar en Maastricht (Holanda). China llevaba consigo una trayectoria de crecimiento imparable durante la última década, “excepcional” en los dos últimos dos años: de 2.150 millones de euros de ventas en subastas en 2008 se pasó a 9.800 millones en 2010.

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Aunque lo único que interesa comprar por ahora es tinta china. Este mercado gigante de venta de arte se ciñe sobre todo al arte tradicional chino, en especial de inicios del siglo XIX, explica Soler: “El arte contemporáneo aun tiene mucho recorrido por hacer”. Pero no hay que despegarse mucho. Son 1.300.000 millones de habitantes en un país en el que cada vez hay más ricos y gente que diversifica sus riesgos y “que le gusta coleccionar arte”: Solo por una cuestión de volumen de gente “será cada vez mayor la presencia de arte contemporáneo chino”.

China tiene un mercado gigante de venta de arte, pero centrado en el arte tradicional chinoEs difícil aprender chino, decía el coordinador de Pure Views, por eso quizá es complicado quedarse con varios nombres tan parecidos. Lo que más suena del arte chino contemporáneo es el artista disidente Ai Wei Wei, cuya última muestra se expone en la presente Bienal de Venecia. O el empresario Gao Ping, al cual vinculamos a este mercado no por sus obras pictóricas sino por blanqueo de capitales dentro de la trama Operación Emperador

Es de justicia, por tanto, grabar en la memoria los nombres, al menos, del pekinés Yue Minjun (1962), una de las principales figuras del realismo cínico en el arte chino contemporáneo, el de Zhang Xiaogang (1958), uno de los más destacados representantes de la pintura contemporánea en Sichuán, o el del joven pintor Yang Xun (1981), cuya obra recuerda a la del holandés Rembrandt. 

O también el de Mao Xuhui (en la imagen superior, cruzado de brazos), uno de los artistas contemporáneos más veteranos del suroeste de China. Sus obras son famosas por presentar como motivo unas enormes tijeras. Son sólo cuatro nombres entre el mil millón de chinos. No es tanto. 

El arte contemporáneo chino de los últimos treinta años ha decidido venirse a España a reflexionar. A pensar cómo definirse. Y a volver a sus raíces, a la mirada más pura. Como en la época en la que los españoles emigraron del campo a la ciudad, la modernización y el crecimiento económico acelerado del gigante asiático ha recluido a la población en las grandes metrópolis. En Shangai no queda nada de la cultura tradicional, solo grandes edificios. Y ahora los artistas se han propuesto darle un toque bucólico a sus obras, trayendo al presente a sus predecesores, en una exposición que tendrá lugar hasta el 28 de septiembre en el centro Arts Santa Monica de la Rambla barcelonesa.