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El hombre de acero se funde en la taquilla
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EVOLUCIÓN DE LA SAGA DE SUPERMAN

El hombre de acero se funde en la taquilla

Todas las esperanzas estaban puestas en él. Tras unas semanas de sequía en las taquillas de España todas las miradas se dirigían al cielo esperando que

Foto: El hombre de acero se funde en la taquilla
El hombre de acero se funde en la taquilla

Todas las esperanzas estaban puestas en él. Tras unas semanas de sequía en las taquillas de España todas las miradas se dirigían al cielo esperando que apareciera con su capa roja y un saco lleno de dinero para repartir por los cines.  El hombre de acero llegaba la semana pasada a nuestras salas después de haber arrasado en la taquilla norteamericana, donde había recaudado 120 millones en 3 días, y ya se puede decir que ni Superman puede levantar el estado del cine en nuestro país.

En su primer fin de semana la película de Zack Snyder ha recaudado una cifra algo superior a los tres millones de euros (más de 400.000 espectadores), cantidad que está por debajo de otras películas de superhéroes como Iron Man 3 y Thor (3,8 millones), El Caballero Oscuro (3,56 millones) o incluso el reboot del año pasado The Amazing Spiderman (3,2 millones).

Observando estos datos se puede establecer una tendencia según la cual las películas de superhéroes (con excepciones como Los Vengadores) estrenan en cifras que siempre rondan los 3 millones de euros. Números mucho más pobres que en el resto de países, especialmente EE.UU. Son malos tiempos para Marvel, DC y compañía, que ven como España es un territorio baldío para este tipo de cine. Aunque no siempre fue así.

Érase una vez, en 1978

"Creerás que un hombre puede volar". Así rezaba la frase promocional del primer Superman que dirigió en 1978 Richard Donner con un desconocido Christopher Reeve en el papel de Clark Kent. La crítica aplaudió la adaptación de Donner y el público se rindió a los pies del héroe de la capa y los calzoncillos por fuera. Reeve quedaría para siempre encasillado en el papel de Superman y la película permanece en la memoria de todos los cinéfilos.

Viendo los números se puede decir que el éxito de esta primera adaptación fue fulminante. Sólo en nuestro país fueron a verla más de cinco millones de espectadores (5.267.500). Una cifra que actualmente se pueden permitir muy pocos títulos. Y todavía hoy, 35 años después, se encuentra en el puesto número 19 de las más taquilleras de la historia del cine en España (ajustando siempre el precio de la entrada).

Se creaba entonces una franquicia muy exitosa que, sin embargo, tocó techo demasiado pronto. En su primer título.

Dos años más tarde se estrenaba su secuela, Superman II, y el éxito no se hizo de rogar. Sin embargo, el fenómeno que se originó alrededor de la primera película no se repitió, y el superhéroe nunca volvió a ser el mismo. Nadie sabe si fue por el cambio de manos en la dirección que se produjo a mitad de película (Donner cedió el testigo a Richard Lester), o la pérdida del factor sorpresa, pero es extraño que la segunda parte de un filme tan taquillero no supere los datos del original.

A pesar de todos estos problemas la crítica fue muy benevolente con la película y en nuestro país rozó los tres millones de espectadores (2.968.195). Y si algo sigue funcionando, ¿por qué dejar de exprimirlo? Eso debieron pensar los productores de la franquicia, que volvieron a confiar en Richard Lester para que en 1981 llevara a la gran pantalla Superman III. Ya con todo el peso de la película, Lester dió un giro a la saga y la encaminó por un tono más cómico y paródico que la crítica no valoró (aunque a posteriori se haya convertido en un filme muy reivindicado).

El público por primera vez dio muestras de cansancio, y aunque siguió dando beneficios la película se quedó muy lejos de los 100 millones de dólares en los EE.UU, exactamente hizo 59,95 millones (que ajustando el precio de la entrada sería algo menos de 200 millones actuales, una cifra que muchas películas soñarían con alcanzar). En España el descenso fue mucho menor y la película superó también los dos millones de espectadores (2.359.333).

Aquí debería haber acabado la historia de Superman en la gran pantalla. Con una despedida agridulce, pero exitosa al fin y al cabo. Y así lo decidieron lo hermanos Salkind, productores de las películas. Tras el fracaso de Supergirl en 1984, cedieron los derechos del hombre de acero a Warner, que no sabía muy bien qué hacer con ellos, así que dejó la producción en manos de un estudio cercano a la serie B, la Cannon. Aparte de darles los derechos para realizarla, también les dio 37 millones para desarrollar Superman IV basándose en una historia del propio Christopher Reeve con un mensaje ecologista muy acorde con la época. Y entonces llegó el fracaso. La película fue calificada como indigna para la saga e hizo parecer a Superman III como una buena película.

El público lo tuvo claro y dijo basta. En Norteamérica sólo recaudó 15 millones de la época (unos 50 actuales) y en España fue vista por 1.233.233 personas, la cifra más baja de toda la saga. Estos datos dejaron en evidencia que Superman volaba en caída libre en calidad y cantidad de espectadores.

Llegó el reboot

Con la llegada del 2000 se pone de moda el realizar nuevas versiones de antiguas películas. Bajo el nombre de reboot, las productoras se disponen a explotar la gallina de los huevos de oro un poco más. Esto da sagas con distinto resultado. Si bien Batman Begins consigue realmente realzar la franquicia e incluso superarla, no ocurre lo mismo con Superman Returns, que en 2006 y de la mano de Bryan Singer aterriza en los cines de todo el mundo.

El caso de esta nueva entrega es bastante extraño, ya que económicamente funcionó realmente bien, la crítica la defendió, y sin embargo los responsables de la franquicia no decidieron crear una nueva saga. Los factores que ayudaron a esta decisión fueron los malos comentarios de los espectadores y, sobre todo, un presupuesto excesivo que llegó a los 270 millones de dólares.

En nuestra taquilla, y considerando que el género de superhéroes ya estaba de capa caída, la película funciona de una forma bastante correcta y alcanza los 1.800.000 espectadores, pero dejando la misma sensación de decepción que al otro lado del charco.

Ahora Superman, perdón, el hombre de acero, ha vuelto y parece que quiere quedarse. En el resto del mundo ya le han dado el beneplácito, sin embargo España se ha convertido en kryptonita para el primer superhéroe de la historia del cine.

Todas las esperanzas estaban puestas en él. Tras unas semanas de sequía en las taquillas de España todas las miradas se dirigían al cielo esperando que apareciera con su capa roja y un saco lleno de dinero para repartir por los cines.  El hombre de acero llegaba la semana pasada a nuestras salas después de haber arrasado en la taquilla norteamericana, donde había recaudado 120 millones en 3 días, y ya se puede decir que ni Superman puede levantar el estado del cine en nuestro país.