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Tribulaciones de una mujer en Arabia Saudí
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ESTRENO DE 'LA BICICLETA VERDE', UN DRAMA DE HAIFAA AL MANSOUR

Tribulaciones de una mujer en Arabia Saudí

Pongamos que Steven Spielberg rueda una película sobre las trincheras de la I Guerra Mundial. Sus productores podría publicitarla con este eslogan: ‘Sangre, sudor y lágrimas’,

Foto: Tribulaciones de una mujer en Arabia Saudí
Tribulaciones de una mujer en Arabia Saudí

Pongamos que Steven Spielberg rueda una película sobre las trincheras de la I Guerra Mundial. Sus productores podría publicitarla con este eslogan: ‘Sangre, sudor y lágrimas’, mientras que la prensa podría titular: “Spielberg vuelve al frente”. Lo normal es un titular para cada función. Pero en el caso de La bicicleta verde, película de Haifaa Al Mansour sobre las tribulaciones de una niña de los suburbios de Riad, no es así. El eslogan de las marquesinas es igual al titular periodístico: “Una mujer dirige la primera película de Arabia Saudí”.

Esto significa varias cosas. Que la cinta de Al Mansour es algo más que un filme. Que tiene tanto de noticia como de película (para bien y para mal). Que quizás haya que juzgarla sopesando factores que van más allá de lo artístico: industriales (un país que ni produce ni ve cine), biográficos (trayectoria vital de la directora), sociales (la represión a la mujer en su país) y hasta geopolíticos (nuestra amistosa relación con el petróleo Saudí).

La cinta de Al Mansour tiene tanto de noticia como de películaHaifaa Al Mansour se crió en una familia progresista y vio películas desde pequeña en un país sin salas de cine. Tras estudiar literatura en El Cairo y cine en Sydney rodó el documental Woman Without Shadows (2005), sobre la situación de la mujer en su país, anticipo de La bicicleta verde, primera ficción rodada íntegramente en el reino. O cómo arrancar una industria con un tema políticamente delicado (y hasta incendiario).

El mérito político de sacar adelante un rodaje con todo en contra es indudable. “En un lugar tan conservador como Arabia Saudí, es difícil encontrar a mujeres y niñas que quieran estar delante de una cámara y en público”, ha explicado la directora. 

Al Mansour tenía todos los permisos en regla, pero sufrió algún sobresalto: “En ocasiones tuve que correr para esconderme en la furgoneta de producción si estábamos en zonas más conservadoras donde la gente habría desaprobado ver a una mujer directora rodeada por hombres, aunque fuera en un ambiente profesional. A veces dirigía desde la furgoneta con walkie-talkies. Pero siempre me frustraba y finalmente salía y lo hacía en persona. Algunas personas mostraron su descontento pero no fue nada del otro mundo”.

Los detalles cotidianos

La bicicleta verde es, por tanto, una de esas películas tan pegadas a la vida que hasta el rodaje se confunde con la trama de un filme sobre la odisea cotidiana de ser mujer en un país donde no te dejan ni conducir ni hablar alto delante de los hombres (en ciertos ambientes). Y donde está mal visto que una niña monte en bicicleta. Una sociedad con unos límites muy marcados. “La cultura saudí puede ser especialmente brutal y implacable ante aquellas personas que se salen un poco de la sociedad, así que hay un temor real de ser un paria”, resume la directora.

El fuerte de la película es centrar el foco en los detalles cotidianos. Por ejemplo, ese padre/marido que coquetea con formar un segundo matrimonio, vía institucionalizada que refuerza la sumisión femenina al varón. Lo que permite a la directora ir al quid político de la cuestión: la vieja lucha de poder entre hombres y mujeres. Es decir, lo que ocurre en Arabia Saudí nos puede parecer entre extravagante y escandaloso, algo propio de perturbados religiosos de otras latitudes, pero es algo tan familiar como el dominio del hombre sobre la mujer.

Las películas de Al Mansour forman parte de la lucha para revertir esa injusticia. Otra cosa es la estrategia cinematográfica. El filme parece remitir a un icono del neorrealismo: El ladrón de bicicletas (Vittorio de Sica, 1948). 

La bicicleta verde juega la baza del realismo social, género hegemónico en esa parte del mundo, aunque uno de los patriarcas del asunto, el iraní Abbas Kiarostami, le ha buscado las cosquillas al naturalismo en sus últimas películas. Al Mansour, por contra, va a fondo en su apuesta por el naturalismo de denuncia. Sin dobleces (realistas) y sin demasiados matices (políticos). La mera descripción de banalidades cotidianas, aún cuando tengan un alto significado político, no logran aquí hacer avanzar el conflicto, que permanece estancado durante la mayor parte del filme.  

La bicicleta verde

Director: Haifaa Al Mansour
Reparto: Reem Abdullah, Waad Mohammed
Género: Drama
Nacionalidad: Arabia Saudí
Duración: 98 minutos

Pongamos que Steven Spielberg rueda una película sobre las trincheras de la I Guerra Mundial. Sus productores podría publicitarla con este eslogan: ‘Sangre, sudor y lágrimas’, mientras que la prensa podría titular: “Spielberg vuelve al frente”. Lo normal es un titular para cada función. Pero en el caso de La bicicleta verde, película de Haifaa Al Mansour sobre las tribulaciones de una niña de los suburbios de Riad, no es así. El eslogan de las marquesinas es igual al titular periodístico: “Una mujer dirige la primera película de Arabia Saudí”.

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