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Hollywood pierde a su mejor mafioso
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EL ACTOR JAMES GANDOLFINI, TONY SOPRANO EN 'LOS SOPRANO', MUERE A LOS 51 AÑOS EN ITALIA

Hollywood pierde a su mejor mafioso

Era el eterno mafioso, aunque con matices. A veces interpretaba un sicario menor, a veces solo a un matón y a veces a todo un patriarca de las familias italoamericanas del crimen.

Era el eterno mafioso, aunque con matices. A veces interpretaba un sicario menor, a veces solo a un matón y a veces a todo un patriarca de las familias italoamericanas del crimen. Incluso le dieron papeles de mafioso, sí, pero ruso. Tenía algo en su mirada, algo solemne y europeo en su modo de inclinar la cabeza, que le convertía en el mafioso que le gusta al cine, que es severo pero amigable. Terrible, sí, pero también bonachón.

Y mucha verdad, por supuesto. Aunque él nació en Westwood, Nueva Jersery, la madre deJames Gandolfini se llamaba Pepa y era napolitana y su padre, James, era americano natural de Parma. Cuando al actor le preguntaron por su papel del sicario Virgil enAmor a quemarropa (1993), dirigida por Tony Scott y escrita por un desconocido Quentin Tarantino, respondió que quiso hacerlo, y quiso hacerlo bien, para homenajear a un amigo que tuvo en su juventud, un asesino a sueldo de la vida real.

Después de eso Gandolfini, que murió este miércoles a los 51 años enSicilia, Italia –en donde iba a asistir a la 59.ª edición del Festival de Cine de Taormina–, dio vida a un gangster en Velocidad Terminal (1994) y a otro en Coacción a un jurado (1996), dos de los papeles que le catapultaron a la fama, aunque el gran personaje de su vida le llegaría después con Tony Soprano, el carismático líder de los DiMeo en la serie de HBO Los Soprano, alter ego –apócrifo, claro– de Vincent Vinny Ocean Palermo, el patriarca de los DeCavalcante de la Cosa Nostra de Nueva Jersey.

El papel le reportó a Gandolfinitres Emmyscomo mejor actor principal de una serie dramática, considerada por muchos una de las mejores, si no la mejor, producida en televisión en los últimos tiempos, hasta su final en 2007. Desde entonces el actor se había apeado de los roles de mafioso, interesándose más en los dramas bélicos y produciendo él mismo dos documentales, Alive Day Memories: Home from Iraq (2007) yWartorn: 1861-2010 (2010) sobre la guerra, los veteranos y el trastorno de estrés postraumático. En 2009 también se sumó al proyecto de In the loop, una comedia británica sobre la trastienda del poder en la que interpretó al Teniente General Miller, un progresista militar de carrera enmarañado en los tejemanejes políticos y diplomáticos tendidos entre Washington y Londres, de nuevo con la organización de la Guerra de Irak de fondo.

Sus mejores personajes eran así: clichés al arrancar –hombres recios, grandotes y terribles, de los que cabe solo esperar mucho embrutecimiento y pocas luces– pero humanos en última instancia a través no de la virtud, sino de la imperfección. A Gandolfini le gustaba que hubiera algo en ellos, lo que fuera, que los convirtiera en distintos de sí mismos y que girara el dial del cliché un poco más allá. Así fue su Teniente General Miller de In the loop, su carismático asesino a sueldo en la comedia The Mexican (2001) –un sicario compasivo y gentil que se acababa enamorando de otro– o su recordado Tony Soprano, que dirigía el hampa de medio Estado y sorteaba los intentos de asesinato de su tío y su propia madre, pero en la intimidad sufría ataques de pánico.

Gandolfinitrabajó como conductor de camiones, portero y administrador de club nocturno en Nueva York antes de asistir a una clase de actuación gracias a un amigo que le empujó a hacerlo. "Nunca antes había estado con actores", confesó a la revistaTime. "Entonces me dije, esta gente está loca, esto es algo interesante".

Los últimos grandes papeles cinematográficos del actor, que debutó en Broadway con un pequeño rol en Un tranvía llamado deseo, fueron en Donde viven los monstruos (2009), en el thriller militar y de espías Zero Dark Thirty(2012) y la comediaThe Incredible Burt Wonderstone, de este mismo año.

Con ocasión de su prematura muerte la HBO ha confirmado que contaba con el intérprete en el proyecto de una serie aún en desarrollo, Criminal Justice, en la que Gandolfini iba a volver a la mafia y de la que se conocen pocos detalles.

"Estamos todos conmocionados y sentimos una profunda pena por la pérdida de un amado miembro de nuestra familia", ha dicho la cadena en un comunicado. “Era un hombre especial, un gran talento, pero más importante, una persona amable y cariñosa que trató a todos, sin importar su título y posición, con igual respeto”.

Era el eterno mafioso, aunque con matices. A veces interpretaba un sicario menor, a veces solo a un matón y a veces a todo un patriarca de las familias italoamericanas del crimen. Incluso le dieron papeles de mafioso, sí, pero ruso. Tenía algo en su mirada, algo solemne y europeo en su modo de inclinar la cabeza, que le convertía en el mafioso que le gusta al cine, que es severo pero amigable. Terrible, sí, pero también bonachón.