Los museos españoles suspenden en transparencia

Los resultados son preliminares, pero ya indican el grave déficit de transparencia por el que pasan los museos españoles con aportación económica pública. El Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) anuncia que para finales de año habrá cerrado el ranking de transparencia de los museos y centros de arte contemporáneo españoles, pero de momento arroja una cifra esclarecedora: sólo pasan el corte del aprobado dos de las 50 instituciones consultadas. Son el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y el Artium de Vitoria.

El reto pendiente que tienen los museos con la sociedad española es hacer de sus webs un espacio de información, en el que se puedan encontrar los datos relevantes sobre sus actividades, como la historia de la entidad, su régimen jurídico y estructura de gobierno, la administración de la que depende, la normativa a la que se somete, su misión y sus valores deontológicos, el proyecto del director, su equipo directivo, organigrama, estructura salarial, procesos de selección, memorias anuales, plan museológico, contratos sobre las actividades y cuentas desglosadas por categorías de interés, entre otras.

El instituto propone una serie de principios por el bien de esta transparencia: ante la duda, debe darse la información; lo importante es la información que se ofrece y no tanto el formato de la misma; no obstante, la información debe proporcionarse en el formato que sea más accesible y favorezca su uso. Los responsables del grupo de trabajo de Transparencia en el sector artístico han aclarado que la situación se encuentra en un estado de precariedad.

Desconexión ciudadana

Los museos deben hacer un mayor esfuerzo por acercar algunos aspectos de interés, como las colecciones gracias a la tecnología web 2.0, pero el empeño no se ha visto acompañado por un esfuerzo similar en las áreas de gestión más críticas. Eva Moraga, la coordinadora del grupo de trabajo, entonó un mea culpa en nombre del sector del arte contemporáneo por no tener una comunicación lo suficientemente honesta con el ciudadano.

Si el estado de claridad no fuera el que es, Moraga asegura que ante los recortes la población habría reaccionado de otra manera y no con la más absoluta de las indiferencias como ha ocurrido hasta ahora a pesar de los recortes dramáticos en las cuentas de los presupuestos. “Hasta Italia tiene un programa de transparencia mejor que el nuestro”. El fin, aseguran, es que estos centros "sean más transparentes y rindan cuentas" de una manera efectiva ante los ciudadanos y profesionales del sector y ofrecerles una herramienta de trabajo que les ayude a ser "más eficientes" en el manejo de su información, "no ejercer una acción de persecución o control" sobre los mismos.

Sin embargo, el IAC no es el primer organismo que se pregunta por la transparencia de los museos. En 2010, la Fundación Compromiso Empresarial ya emitió un informe de características similares para impulsar la transparencia y la rendición de cuentas en la red de algunas instituciones públicas y organizaciones no lucrativas con especial impacto. Tres años después el resultado es el menosprecio mayoritario, salvo en los dos casos citados.

Bastante opacas

En el estudio de esta Fundación quedaba patente que, a pesar de las posibilidades que ofrecen las nuevas herramientas 2.0 y de la “importancia de los museos como transmisores de nuestra cultura”, siguen siendo organizaciones “bastante opacas, poco acostumbradas a rendir cuentas de sus actividades a la sociedad”. Es más, la gran mayoría de los museos españoles son entidades públicas, financiadas con los impuestos de los contribuyentes, sin embargo en contadas ocasiones los museos dan cuenta pública a la sociedad de los aspectos más relevantes de su gestión.

“En nuestro país, a diferencia del mundo anglosajón, no existe una cultura de transparencia y rendición de cuentas al ciudadano por parte de las instituciones del sector público. La impresión general es que el sector público está exonerado de justificar su actividad ante la sociedad”, remata. En este caso, el ranking de transparencia está encabezado por el Teatre-Museu Dalí de Figueres, seguido por el Artium, El Prado y Reina Sofía. En ninguno de ellos se publica el sueldo de sus directores.