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Elías, el Productor con mayúscula
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QUEREJETA, MIEMBRO DE HONOR ENTRE SU GREMIO

Elías, el Productor con mayúscula

Sonreía esta mañana de domingo al ver la taquilla de ayer y como 15 años y un día, la película de Gracia Querejeta había subido un

Foto: Elías, el Productor con mayúscula
Elías, el Productor con mayúscula

Sonreía esta mañana de domingo al ver la taquilla de ayer y como 15 años y un día, la película de Gracia Querejeta había subido un 150%. La temprana llamada comunicándome que Elías había fallecido de madrugada me hundió en una tristeza completa, de inútil consuelo. Hace semanas que Elías entró en una recta final que no lo parecía cuando llamaba, cuando te recordaba algo pendiente, cuando parecía estar aún más encima de las cosas que tiempo atrás. Y al colgar pensabas que ya había estado en estas, que como nadie sabría sortearlas, que Elías estaba y estaría para siempre. Hoy se ha ido y se ha quedado con nosotros. Para siempre.

El Productor. En la génesis de la idea, en la selección del director, en el guión, en la selección de los equipos, en la financiación, en la preproducción, en el rodaje (y en las repeticiones), en el montaje (y en las repeticiones), en sus interminables conversaciones, en el resultado final, en los festivales (su Donosti y Cannes -Gilles Jacobs desde su Twitter le ha rendido precioso homenaje-), en la promoción. El Productor. Siempre ahí. Con directores consagrados, con neófitos que él consagraría. Con su cariñosa expresión "vete a la mierda" que te venía a decir que ibas bien, mucho mejor que si lanzaba una mirada fulminante sin prestarse a abrir la boca. Con sus murmullos en las reuniones colectivas que trasladaban el interés a quienes tenían la suerte de estar sentados al lado y dar toque de atención a quienes se enfrascaban en interminables, repetitivas y absurdas disquisiciones.

Durante casi 25 años le he visto ocuparse de sus producciones como el que empieza, como un descubridor; de intentar conseguir unas reglas del juego para todos que racionalicen este fascinante y artesanal mundo al que llegó para no irse nunca. Hace años  que descubrió que convencer a los gobiernos, fuera cual fuera su signo, de apostar por el impulso al cine, como en Francia, "solo" como en Francia, era tarea imposible. Cuanto mejores palabras menor autenticidad. Hablaba con ministros, con presidentes, y con el mismo empeño con toda la cadena de mando hasta los subdirectores generales o jefes de servicio. Les ilustraba con su sabiduría, con su imbatible razonamiento y les regalaba una doctrina que quizás no merecían. Estaba de vuelta, siempre ha estado de vuelta. Lleno de saber. Lleno de humildad. Se enfadaba, vaya si se enfadaba, con la misma facilidad que recomponía el enfado.

Según ha ido cumpliendo años ha estado más cerca de los que más podían aprender de él. Se ha desentendido de los soberbios. Ha transmitido su pasión, su determinación de que la grandeza de un proyecto no está solo en su origen sino en la manera de mimarlo, de hacerlo crecer, de transformarlo hasta llegar a la idea primitiva, al inicio en su cabeza, al final en una pantalla que cuenta esa idea a toda la humanidad.

En nuestra última conversación me reclamó una dirección de correo electrónico. Elías en internet. Elías que nos ha dejado millones de imágenes, algunas suyas, y al que yo siempre recordaré con un fardo de periódicos doblados bajo el brazo, siempre los mismos, siempre leídos con igual prelación. Y ahora le caía internet.

Deja su silla entre los productores. Es nuestro único miembro de honor. Y así será siempre. Retiraremos con todo el simbolismo su camiseta, la de su origen, la de su tierra, para seguir abusando de su generosidad, para pensar como haría, para recordar como disfrutaba cuando socarronamente aquel gran defensa le dijo en su estadio: "Querejeta, como me vuelvas a regatear y dejar en ridículo ante los míos te parto las piernas". Elías solo regateó a los que merecían quedar en ridículo. Al resto le pasaba la pelota. Y la seguirá pasando. Como a Gracia.

*Pedro Pérez es presidente de la Asociación de Productores Audiovisuales Españoles (FAPE)

Sonreía esta mañana de domingo al ver la taquilla de ayer y como 15 años y un día, la película de Gracia Querejeta había subido un 150%. La temprana llamada comunicándome que Elías había fallecido de madrugada me hundió en una tristeza completa, de inútil consuelo. Hace semanas que Elías entró en una recta final que no lo parecía cuando llamaba, cuando te recordaba algo pendiente, cuando parecía estar aún más encima de las cosas que tiempo atrás. Y al colgar pensabas que ya había estado en estas, que como nadie sabría sortearlas, que Elías estaba y estaría para siempre. Hoy se ha ido y se ha quedado con nosotros. Para siempre.