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El Prado entra en recesión
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EL MUSEO EN CRISIS, CON UNA CAÍDA DEL 7% DE INGRESOS PROPIOS Y PÉRDIDA DEL 25% DE VISITAS

El Prado entra en recesión

El Prado ha despertado del sueño del bienestar. Hasta el momento su vocación y orientación estaban cubiertas y garantizadas por la financiación propia y la aportación

Foto: El Prado entra en recesión
El Prado entra en recesión

El Prado ha despertado del sueño del bienestar. Hasta el momento su vocación y orientación estaban cubiertas y garantizadas por la financiación propia y la aportación pública. El Ministerio de Cultura, que aportaba algo más de 28 millones de euros en 2007, fue recortando su aportación cada año hasta dejarla en los casi 16 millones de 2012. Un desplome acumulado del 44%, que se ha acelerado dramáticamente en los dos últimos Presupuestos Generales del Estado.

Hasta 2010 El Prado no conocía aguafiestas ni problemas puertas afuera. Vivía sin sobresaltos como duerme Jacob en el cuadro de José de Ribera que cuelga del museo. En el sueño milagroso, al patriarca se le aparece una escalera por la que suben y bajan los ángeles, y la escena suele interpretarse como un símbolo de la vida contemplativa. El Prado, como Jacob, se recostaba sobre su brazo izquierdo, y una amable luz color pastel bañaba sus salas y su futuro.  

La realidad ha despertado de su sueño a Jacob y ni siquiera alguien tan crudo como Ribera –cuyos personajes siempre tienen las uñas sucias, como bien señalaba el maestro José Milicua, fallecido hace una semana- puede superar un panorama como el que se encuentra el museo. Para empezar, su director Miguel Zugaza reconoce que, además del último recorte del 30% consumado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la pinacoteca ha perdido un 7% de los ingresos propios y sufre una caída del 25% de visitas en el último año.

En contra hasta el tiempo

En los próximos años habrá una media de 2,5 millones de visitantes (en 2012, pasaron por el museo 2,8 millones de personas). El presidente del patronato del museo José Pedro Pérez Llorca apuntó que la caída de visitantes se debe a la situación económica del país y “quizás a la climatología que no ha sido favorable”. Algo más preciso, Zugaza señalaba la reducción de afluencia por la caída del turismo. “La última subida de precios no ha repercutido, porque la bajada ha sido tanto en el tramo gratuito como en el de pago”, indicó.  

Durante la presentación de su Plan de actuación hasta 2016 Zugaza avisa de que los planes expansivos se han encontrado de bruces con “la realidad”, es decir, con la “coyuntura económica”, es decir, con las “limitaciones presupuestarias”, es decir, con las “políticas de austeridad y contención del gasto”. Es decir, crisis. “El Prado hace un esfuerzo realista. Esperamos que las aportaciones públicas no decrezcan de nuevo”, señaló el presidente del patronato. Zugaza ponía la metáfora de la mañana para restar dramatismo al batacazo de las cuentas del Prado: “Sobrevolaremos las turbulencias quitándonos fuselaje”.

Esa esperanza está fundamentada en las conversaciones que, según el presidente, han tenido con “todos los responsables de quien depende la decisión”, en las que si bien “no han jurado” sí han confesado que “no hay previsión de bajar” de los once millones de euros. La decisión pasa, esencialmente, por el Ministerio de Hacienda. “Ahora bien, todo dependerá de la coyuntura económica”, aclaró Llorca, que estuvo muy comprensivo con los recortes que el Gobierno ha ejecutado sobre las cuentas del museo.

Su conformidad le llevó a señalar que el debate no es la necesidad de una Ley de Mecenazgo puesta al día y con los recursos propios para captar más empresas que sustituyan el papel público en una institución como El Prado, al parecer “el debate ahora es otro”. “La gran ambición del Prado no es estar al albur de lo que ocurra ahí afuera. Se ha hecho un esfuerzo muy imaginativo para que el museo dependa de sus propios recursos y cuando llegué la ley bien recibida será”.  

También se mostró el presidente del Patronato complacido con las restricciones de daciones en pago, una de las figuras impositivas más importante de llegada de obra al Museo del Prado. Mientras Zugaza explicaba que a pesar de que Hacienda, desde la legislatura pasada, ha anulado la dación en pago, aspira a que vuelva a convertirse en una figura importante como ocurre en el sector cultural francés. Según Llorca para “luchar contra la situación hay que entenderla” y ahora “Hacienda sólo quiere caja y si la aportación de tasas llega a proyectos culturales lo ven como menos caja”.

El final del bienestar

El informe presentado aclara que como consecuencia de la caída de los ingresos propios “será necesario recurrir al Remanente de Tesorería para lograr equilibrar el presupuesto de gasto aprobado por el Patronato de 38.463.000 euros”. El déficit previsto se equilibrará con la caja, que en estos momentos cuenta con 22 millones de euros, según aseguró el director. Las previsiones del museo avanzan que en 2015 y 2016 la situación económica habrá mejorado y dejarán de recurrir a la caja. La aspiración es llegar a los 41 millones de euros por medios propios. En los buenos tiempos, los de aquel sueño del bienestar, el presupuesto anual que aprobaba el museo era de 48 millones de euros.  

Para contener el gasto y reducir de 44 a los mencionados 38 millones de euros se implantará una política de contención de gasto basada en el “presupuesto de base cero”, que pondrá en marcha “diversas medidas” de ahorro en materia de gastos corrientes. El peor parado será el programa de exposiciones temporales. Para Zugaza era importante “cambiar la intensidad frenética que llevaba el museo desde su ampliación, parecía que competíamos contra nosotros mismos”.

Así que el museo gira, como ya anunció hace meses este periódico en una entrevista con el propio director, y mira hacia sus propias colecciones, hacia su conservación, la educación, la comunicación y la gestión de las mismas. Las temporales son “variadas y ambiciosas”, aunque más ajustadas. Zugaza destaca entre la programación de 2014 destaca la exposición dedicada El Greco, en la celebración del cuarto centenario de su fallecimiento, Goya y Van der Weyden. En 2015 Ingres, Mariano Fortuny, Luis de Morales o Bernini. El quinto centenario de la muerte de El Bosco, así como Georges de La Tour o la pintora flamenca Clara Peeterst centrarán el programa de 2016. Además, Zugaza reconoció que sigue aspirando a darle oportunidades al arte contemporáneo en el museo que dirige. De hecho, incluye un proyecto del artista Miguel Ángel Blanco y una muestra sobre las influencias de El Greco en las vanguardias.

Por último, no quiso levantarse de la mesa del Patronato del Casón del Buen Retiro sin anunciar que el museo insistirá en la difusión de sus colecciones en el extranjero, para conseguir “promoción y donaciones”. Sorprendió con el anuncio de una nueva política de expansión en Latinoamérica, justo en el momento en el que todos los grandes museos miran y se mueven hacia el petróleo de los países árabes. 

El Prado ha despertado del sueño del bienestar. Hasta el momento su vocación y orientación estaban cubiertas y garantizadas por la financiación propia y la aportación pública. El Ministerio de Cultura, que aportaba algo más de 28 millones de euros en 2007, fue recortando su aportación cada año hasta dejarla en los casi 16 millones de 2012. Un desplome acumulado del 44%, que se ha acelerado dramáticamente en los dos últimos Presupuestos Generales del Estado.