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Familia, infierno y buenos modales
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ESTRENO DE 'STOKER', EL THRILLER PSICOLÓGICO DE CHAN-WOOK PARK

Familia, infierno y buenos modales

El truculento regalo de cumpleaños que recibe India Stoker –Mia Wasikowska– al ingresar en la madurez es la muerte de su padre, que pierde en un accidente de tráfico

El truculento regalo de cumpleaños que recibe India Stoker –Mia Wasikowska– al ingresar en la madurez es la muerte de su padre, que pierde en un accidente de tráfico el día de su 18 cumpleaños. La joven India, que adoraba a su progenitor, queda así a merced de su madre Evelyn –Nicole Kidman–, fría y de carácter errático, y de un enigmático tío paterno, Charlie –Matthew Goode–, a quien no conocía hasta que aparece por sorpresa en el funeral después de haber estado viajando toda su vida por el mundo –algo tan inverosímil en el contexto de la historia como suena fuera de ella– y anuncia su intención de quedarse con ellas en la casa familiar. La sofisticada Evelyn está encantada, pero India recela de él, en particular desde que se registra la primera desaparición. Pronto estaremos preguntándonos si no fue él quien acabó con la vida de su propio hermano. Y poco después, si en efecto era su hermano.

Está entre Tim Burton, Hitchcock y el preciosismo visual de Stephen Daldry. Siendo amable es lo mejor que se puede decir de Stoker, el thriller psicológico dirigido por el surcoreano Chan-wook Park –director de la celebrada Oldboy– que esta semana se estrena en España. Que es algo burtoniana en la historia –protagonizada por una joven que pierde un progenitor y se enfrenta a la amenaza de quien lo reemplaza en un triángulo familiar–, que es hitchcockiana por el tratamiento –en particular por el suspense sostenido, pura escuela británica– y que goza, como suelen las películas de Daldry, de un aire naturalista sano, fresco y agradecido, particularmente en un filme tan oclusivo que hasta tiene, por momentos, una pátina gótica.

El experimento, de este modo, no llega a serlo con gaseosa, aunque tampoco llega a buen puerto. O quizá sea más preciso decir que sí, que acaba bien y que el buen puerto es precisamente de donde no sale. La razón es simple: Park no ha querido conjugar los tonos de la película, sino superponerlos y presentarlos en continuidad. Y ha reservado para la primera mitad el peor de los dos lapsos estancos en que se divide su película.

Stoker, en efecto, comienza con una hora de cuento de hadas plano –naturalista, pero cuento– que traza después una abrupta curva ascendente para instalarse en el suspense. El director acierta en el cambio y consigue componer con él una película mejor, pero todo el brillo que adquiere el terror psicológico bien hecho empieza afeado sin remedio por el tedioso calentamiento previo, al que Park recurre con descaro solo para ordenar las piezas de este ajedrez hasta dejarlas en la posición que le interesa. No tenía otro remedio que hacerlo después de haber empezado con un arranque tan sumamente primario –un padre fiambre, una pobre huerfanita, una viuda alegre y un extraño familiar venido de tierras lejanas–, que más tiene que ver con los hermanosGrimmque con una cinta que aspira nada menos que al terror psicológico.

De este modo, y por más que consiga sorprender con el furioso giro de los acontecimientos en su segunda mitad, la cinta no gana cuando debe hacerlo la entrega del espectador, ante quien Park antes ha destripado los andamios de su historia. Es como asistir a un gran número de magia, pero conociendo en todo momento el truco.

Stoker

Director:Chan-wook Park

Reparto:Mia Wasikowska,Matthew Goode,Nicole Kidman, Dermot Mulroney,Jacki Weaver, Lucas Till,Alden Ehrenreich.

Nacionalidad: Estados Unidos

Duración: 100 minutos

El truculento regalo de cumpleaños que recibe India Stoker –Mia Wasikowska– al ingresar en la madurez es la muerte de su padre, que pierde en un accidente de tráfico el día de su 18 cumpleaños. La joven India, que adoraba a su progenitor, queda así a merced de su madre Evelyn –Nicole Kidman–, fría y de carácter errático, y de un enigmático tío paterno, Charlie –Matthew Goode–, a quien no conocía hasta que aparece por sorpresa en el funeral después de haber estado viajando toda su vida por el mundo –algo tan inverosímil en el contexto de la historia como suena fuera de ella– y anuncia su intención de quedarse con ellas en la casa familiar. La sofisticada Evelyn está encantada, pero India recela de él, en particular desde que se registra la primera desaparición. Pronto estaremos preguntándonos si no fue él quien acabó con la vida de su propio hermano. Y poco después, si en efecto era su hermano.