Hacienda reparte tiritas al cine antes de la colisión

El ministerio de Hacienda está lleno de personas sensibles hacia las artes. Sí, han oído bien. Susana de la Sierra, directora general del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), afirma percibir una “mayor sensibilidad” de Hacienda hacia los problemas del cine. Lo dijo ayer a la conclusión de la quinta reunión entre Gobierno e industria (Comisión Mixta) para encontrar un nuevo modelo de financiación para el sector. De la Sierra vendió dos logros: 1) La prórroga indefinida del 18% en incentivos fiscales (el sector aspira a multiplicar esa cifra por dos como mínimo para equiparase a italianos y franceses) y 2) La ampliación de la base deducible para que las ayudas públicas incluyan también los gastos en copias y marketing de los filmes.

Dos avances conseguidos gracias a la sensibilidad de Hacienda, según Sierra. Otros lo ven como dos migajas para un sector al borde del colapso que necesita un tratamiento de choque. Enrique González Macho, director de la Academia, productor, distribuidor y exhibidor, se sitúa en el bando de los escépticos: "Los problemas se agudizan a diario y no hay perspectivas claras de cambio de modelo. El sistema está oxidado. Estamos decepcionados".

En el término medio se situó Pedro Pérez, presidente de la patronal de productores (FAPAE), al valorar los brotes verdes de Hacienda. “Se han visto pequeños cambios en la actitud de Hacienda hace el cine, pero aún no se han plasmado en medidas de peso porque está cayendo la que está cayendo. No tiramos la toalla ni damos por acabada la negociación. Tampoco renunciamos a que se suba el tipo fiscal. Hay que buscar soluciones inteligentes entre todos. Seguiremos luchando, porque creemos que tenemos razón, para que la ley nos sitúe en la senda de otros países europeos”, contó aEl Confidencial.

Macho soltó un par de joyas al tratar de no cargar demasiado las tintas contra el Gobierno: “El infierno no son los demás. El infierno somos todos”, dijo, como si empezara a estar hasta las narices de reunirse una y otra vez para tratar de solucionar la madre de todas las crisis del cine español. También dio con la clave del asunto: la pasta (o, más bien, la falta de ella). “Estamos hablando de dinero y ahora mismo no abunda”. En otras palabras: la última palabra sobre la suerte del cine español la tiene el ministerio de Hacienda. Cultura mira hacia Hacienda y Hacienda (o sea, el Gobierno) mira hacia Bruselas. Y, mientras tanto, la taquilla española se desploma y los cines cierran. El infierno.

En este contexto, el ministerio de Cultura da sensación de parálisis pese a los bienintencionados intentos de De la Sierra por ver el vaso medio lleno. José Ignacio Wert, ministro de Educación y Cultura, anunció hace meses que el 31 de mayo debería de estar listo el proyecto de la nueva ley de financiación para su tramitación parlamentaria. Y que el 1 de enero de 2014 habría nueva ley. Pero la sensación es que el embrollo puede demorarse muchos meses. O que si se logra sacar adelante la ley en las próximas semanas será parcheando la anterior. Sin revoluciones ni “giros copernicanos”, como dijo ayer Susana de la Sierra.

Conclusión: el problema del cine español es que falta dinero y eso es justo lo que no puede ofrecer Cultura. Como mucho unas tiritas para un sector al borde de la colisión.

Preguntada porEl Confidencialsobre qué sentido tiene una medida recaudatoria (el IVA al 21%) que está logrando que se desplome la recaudación (estampida de los espectadores al ver los precios de las entradas), Susana de la Sierraafirmó: “Eso tendrá que preguntárselo a Montoro”. Pues eso. El infierno somos todos.