El día que Chávez murió por primera vez
Es una de las imágenes icónicas del siglo XX: Salvador Allende con casco y metralleta defendiéndose de las huestes de Pinochet. Una fotografía que esconde uno
Las cámaras filmaron la tensa espera. Miembros del Gobierno, civiles y militares leales vagaban angustiados por los pasillos de un palacio a punto de saltar por los aires (con los periodistas irlandeses dentro, claro). “Tu verás mañana en Caracas. La gente no se va a cagar”, afirma un hombre en una conversación de pasillo que resultara profética. Prima, no obstante, la angustia y la zozobra. Las cabezas pueden empezar a rodar en cualquier momento…
Una turbamulta rodea el Palacio de Miraflores, y a sus nuevos habitantes se les hiela la sonrisa de la caraChávez cede “para evitar un baño de sangre” y se lo llevan arrestado. Pedro Carmona, jefe de la Patronal, se autoproclama presidente interino de madrugada.
A la mañana siguiente, las nuevas fuerzas vivas ocupan el Palacio Presidencial entre risas y abrazos. Los periodistas irlandeses siguen grabando. Carmona y el nuevo fiscal general anuncian la suspensión del Parlamento. Jolgorio general. Euforia. La suerte parece echada…. hasta que las cámaras se asoman a la calle: la indignación, el quilombo, miles de personas pidiendo la vuelta de Chávez, del que nadie sabe con certeza si está vivo o muerto.
Son ellos los que miran ahora desencajados a la cámara. Los militares leales a Chávez retoman el palacio. Carmona huye despavorido. Regresan los ministros chavistas. De las lágrimas de impotencia y terror de antes a las lágrimas de alegría y emoción de ahora. Una enloquecida montaña rusa política filmada por accidente. Lo nunca visto.
Las cámaras filmaron la tensa espera. Miembros del Gobierno, civiles y militares leales vagaban angustiados por los pasillos de un palacio a punto de saltar por los aires (con los periodistas irlandeses dentro, claro). “Tu verás mañana en Caracas. La gente no se va a cagar”, afirma un hombre en una conversación de pasillo que resultara profética. Prima, no obstante, la angustia y la zozobra. Las cabezas pueden empezar a rodar en cualquier momento…