Es noticia
¡Peligro! Payasos en campaña
  1. Cultura
BEPPE GRILLO NO HA SIDO EL ÚNICO PERSONAJE CARISMÁTICO QUE SE HA ACERCADO A LA POLÍTICA

¡Peligro! Payasos en campaña

El espectacular resultado del Movimiento 5 Estrellas (M5S) en las elecciones italianas ha sembrado el desconcierto. El establishment no acaba de entender cómo un cómico, Beppe

Foto: ¡Peligro! Payasos en campaña
¡Peligro! Payasos en campaña

El espectacular resultado del Movimiento 5 Estrellas (M5S) en las elecciones italianas ha sembrado el desconcierto. El establishment no acaba de entender cómo un cómico, Beppe Grillo, ha podido ridiculizar a tecnócratas y políticos profesionales sin aparecer en televisión durante la campaña. Sin embargo, no es la primera vez que un personaje carismático de la cultura, casi siempre tipos de carácter volcánico e histriónico, se presenta a unas elecciones para dinamitarlas desde dentro. Con programas que basculan entre la sensatez, la provocación y el populismo. Con la acidez y la crítica inmisericorde por bandera. Lo que en otras épocas sonaba a chiste ahora, en plena crisis económica, se ha convertido en realidad. Los bufones que denuncian la podredumbre del sistema han venido para quedarse. Repasemos los casos históricos. 

Hunter S. Thompson, Aspen, 1969

El autor de Miedo y asco en Las Vegas protagonizó un doble asalto a la ciudad de Aspen, en plenas montañas rocosas. Primero como jefe de campaña de un alcalde hippie (1969) y luego como candidato a sheriff (1970). Siempre al frente del partido Poder Freak. Las fuerzas estaban divididas en la ciudad: por un lado, las gentes de orden; por el otro, grupos de melenudos que habían escapado de las grandes ciudades para poder vivir en paz y en comunión con la naturaleza. Hunter S. Thompson [en la foto,varios años después] perdió las dos elecciones por los pelos, pero su campaña y su programa electoral, una mezcla de ecologismo de vanguardia, críticas a la especulación inmobiliaria y apología de las drogas, ha pasado a la historia de los experimentos políticos contraculturales. El escritor lo explicó todo en La gran caza del tiburón y El periodista gonzo (ambos editados por Anagrama).

Norman Mailer, Nueva York, 1969

El novelista estadounidense se presentó a la alcaldía de la Gran Manzana en pleno auge de su popularidad. Aspiraba a que Nueva York alcanzara el estatus de ciudad-estado con autonomía plena. El escritor [que aparece en un mitin de campaña en 1969 en la foto], que venía de ganar el Pulitzer y el Nacional con un reportaje sobre el movimiento contra la guerra del Vietnam (Los ejércitos de la noche), basó su campaña en el enfrentamiento verbal. Contra todo y contra todos, incluidos sus propios votantes, como demuestran estas palabras amenazantes pronunciadas a voces durante un mitin: “Aléjense, aléjense. No son ustedes más que una horda de cerdos arruinados… No son mis amigos si me interrumpen cada vez que hablo, me sacan de quicio, así que váyanse a la mierda”. Mailer no ganó, claro. 

 Jello Biafra, San Francisco, 1979

Timothy Leary, California, 1969

En plena euforia sesentera y lisérgica, el padre del LSD se lanzó a disputarle la candidatura de gobernador de California al mismísimo Ronald Reagan. Timothy Leary [en primer plano en la imagen] logró reclutar para su campaña a algunos vips del movimiento hippie: John Lenon compuso su himno de campaña, Come Together.

 Pero, como quizás no podía ser de otra forma, acabó descarrilando por exceso de estupefacientes: Leary fue acusado de posesión de hierba y todo se vino abajo antes de empezar. Reagan ganó en California, por supuesto, y de ahí para arriba.

Coluche, Francia, 1981

El humorista Coluche [a la derecha en la fotografía] se presentó a la presidencia francesa en 1981 con una declaración de intenciones que quizás valdría también para el actual contexto:Llamo a los vagos, los sucios, los drogados, los alcohólicos, los maricones, las mujeres, los parásitos, los jóvenes, los viejos, los artistas, las bolleras, los presos, los aprendices, los negros, los peatones, los árabes, los franceses, los melenudos, los locos, los travestis, los ex comunistas, los abstencionistas convencidos, todos los que no cuentan para los políticos, a votarme, a inscribirse en su ayuntamiento y a difundir la noticia. TODOS JUNTOS CON COLUCHE PARA DARLES POR EL CULO. ¡El único candidato que no tiene motivos para mentir!”. 

Coluche, que llegó a tener un 16 % de intención de voto y el apoyo de intelectuales de relumbrón como Felix Guattari, Pierre Bourdieu y Gilles Deleuze, acabó retirando su candidatura tras sufrir innumerables presiones policiales y políticas (la izquierda oficial no quería que nadie impidiera el triunfo de François Mitterand).

El espectacular resultado del Movimiento 5 Estrellas (M5S) en las elecciones italianas ha sembrado el desconcierto. El establishment no acaba de entender cómo un cómico, Beppe Grillo, ha podido ridiculizar a tecnócratas y políticos profesionales sin aparecer en televisión durante la campaña. Sin embargo, no es la primera vez que un personaje carismático de la cultura, casi siempre tipos de carácter volcánico e histriónico, se presenta a unas elecciones para dinamitarlas desde dentro. Con programas que basculan entre la sensatez, la provocación y el populismo. Con la acidez y la crítica inmisericorde por bandera. Lo que en otras épocas sonaba a chiste ahora, en plena crisis económica, se ha convertido en realidad. Los bufones que denuncian la podredumbre del sistema han venido para quedarse. Repasemos los casos históricos.