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"Grillo ha dado una lección de democracia"
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EL ESCRITOR ERRI DE LUCA APLAUDE EL ASCENSO DEL CÓMICO, LÍDER DEL MOVIMIENTO 5 ESTRELLAS

"Grillo ha dado una lección de democracia"

Erri de Luca ha cosido su vida entre manifestaciones, fábricas y cárceles. Es uno de los testigos sabios de la escasez de la Italia de posguerra,

Foto: "Grillo ha dado una lección de democracia"
"Grillo ha dado una lección de democracia"

Erri de Luca ha cosido su vida entre manifestaciones, fábricas y cárceles. Es uno de los testigos sabios de la escasez de la Italia de posguerra, con la que teje sus aciertos literarios recordando una sociedad golpeada, las playas napolitanas, el trabajo del pescador y las voces de las madres y las abuelas. “Aprendía lo que era Italia en las salas ahumadas de los cines”, escribe en Los peces no cierran los ojos (Seix Barral), donde reconoce que el cine de posguerra, el neorrealista, le enseñó a mirar.

Hoy permanece a la escucha, después de 15 meses de Gobierno tecnócrata, dos de campaña electoral y de la decisión de los italianos este fin de semana en las urnas: “Italia se ha despertado dividida en tres partes. Hay dos obvias y un aguafiestas que ha traído al parlamento un gran número de mujeres y de jóvenes”, ha reconocido el escritor italiano a El Confidencial en alusión al regreso de Berlusconi producto del rechazo a la austeridad europea impuesta por Monti.

El voto protesta contra la política tradicional –que agoniza en el descrédito- que reconoce el Movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo, cuyo partido fue el más votado en la Cámara de los Diputados (25,5 %), es para De Luca una victoria sin precedentes. “Grillo ha vencido sin el dinero público que los partidos regalan por ley y sin aparecer por la televisión. Es una lección de democracia ejemplar”, afirma.

El lugar del escritor

Grillo anunciaba que elegirá en una votación a través de Internet al sucesor de Napolitano al frente de la presidencia de la República el próximo mayo. La apuesta personal del cómico y ahora político es el premio Nobel de Literatura Darío Fo. En ese sentido Erri de Luca cuestiona el lugar del escritor al servicio de la sociedad: “Fo subirá al estrado con Grillo; sin embargo, no creo que sea competencia de los escritores ocupar escaños. El papel de este es quedarse en la plaza y observar las novedades desde ese punto de vista”.

Esta reacción masiva del pueblo italiano apunta una opción a la regeneración de la política ante el demérito y la corrupción de los líderes de la política y sus estructuras. ¿Se ha entendido a Grillo como un refugio? “Cuando la palabra pública es sólo publicidad y propaganda y vende un producto que al día siguiente no vale nada, entonces crece la necesidad de palabras coherentes, las cuales tienen la responsabilidad de lo que afirman y dicen. En una era charlatana, crece la atención por la literatura”.

Gratamente desbordado por sus propias historias, cuenta la salvación que supuso el calor de las asambleas y los enfrentamientos a los 18 años, cuando la urgencia de una Italia que hervía requería la acción. Recuerda que se convirtieron en muchos y redujeron la importancia de uno mismo. Así resume su paso por la organización comunista Lotta Continua. “En democracia, las conquistas no se dan todas a la vez. Los poderosos tienden a reducirlas y es tarea de cada generación conquistar libertades y derechos”. Hoy, a los sesenta años, lejos de la lucha, desde su casa de la montaña responde a este periódico y explica que cede las responsabilidades a los más jóvenes para proteger los intereses de los menos desfavorecidos.

La situación económica y social actual no sólo cuestiona el papel del político. ¿La función del escritor también varía? “El escritor tiene valor cuando la libertad de expresión es negada y pisoteada. Su función es garantizar el derecho de hablar con los que quedan excluidos, como todos los inmigrantes que no conocen el idioma, con el prisionero, el mudo”. El análisis de Erri de Luca confirma que los italianos han decidido cambiar a los intermediarios con el poder y que, como dice Grillo, la arquitectura del Estado italiano “se ha derrumbado”.

Erri de Luca ha cosido su vida entre manifestaciones, fábricas y cárceles. Es uno de los testigos sabios de la escasez de la Italia de posguerra, con la que teje sus aciertos literarios recordando una sociedad golpeada, las playas napolitanas, el trabajo del pescador y las voces de las madres y las abuelas. “Aprendía lo que era Italia en las salas ahumadas de los cines”, escribe en Los peces no cierran los ojos (Seix Barral), donde reconoce que el cine de posguerra, el neorrealista, le enseñó a mirar.