Es noticia
Por qué Putin no soporta a Los Simpson
  1. Cultura
UNA NUEVA LEY EN RUSIA PODRÁ CENSURAR DIBUJOS "VIOLENTOS" COMO ‘LOS SIMPSON’ O ‘SOUTH PARK’

Por qué Putin no soporta a Los Simpson

La mala imagen internacional que Vladimir Putin se ha ganado con el caso de las Pussy Riot, a quienes condenó a dos años por protestar en

Foto: Por qué Putin no soporta a Los Simpson
Por qué Putin no soporta a Los Simpson

La mala imagen internacional que Vladimir Putin se ha ganado con el caso de las Pussy Riot, a quienes condenó a dos años por protestar en público contra su reelección, no ha frenado su afán censor. El presidente de Rusia se arranca ahora con una ley que obliga a etiquetar por edades los programas de televisión, y deja vía libre a recortar todo tipo de contenido “que vaya en detrimento de la salud y el desarrollo de los niños”.

Esta norma, vigente desde el 1 de septiembre, elimina de la tele comportamientos “obscenos”, “de apuestas”, de gente fumando y bebiendo y, cómo no, escenas de sexo. Todas ellas prohibidas antes de las 11 de la noche.  

Por eso en Rusia, dibujos animados como Los SimpsonSouth Park e incluso Tom y Jerry pasarán por el cincel de sus censores antes de ser emitidos. De momento ya se conoce que Rasca y Pica, el ratón y el gato que se torturan en la televisión de Springfield, desaparecerán de los capítulos, según informa The Moscu Times. Y además, la cadena 2x2 deberá maquillar los episodios especialmente “violentos”, si no quiere que se emitan entre las 11 de la noche y las 4 de la mañana, como marca la nueva ley. Es decir, fuera del horario infantil y, prácticamente, del de cualquier persona.

La protección de los niños es la excusa. Pero la realidad es que Los Simpson llevan años dándole cera a los rusos, ya sea metiéndose con su carácter o con su gobierno. Estas son algunas de las escenas que pudieron fastidiar lo suficiente a Putin y a su séquito como para aprobar la polémica censura:

McBain contra “comunistas nazis”

El héroe forzudo de la televisión amarilla enfrenta sus puños contra unos aviadores a quienes se define como “comunistas nazis”. Por si fuera poco, una esvástica rodeando la hoz y el martillo que utilizan como emblema sirve la polémica en bandeja.

“¡Vuélvete a Rusia!”

La vegetariana Lisa intenta, en vano, que los vecinos que acuden a la barbacoa de su padre cambien la hamburguesa por un vaso de gazpacho. Tras la carcajada que les provoca a los comensales, abuchean a la niña y le terminan gritando “¡vuélvete a Rusia!"

Humor a flor de piel

El difícil carácter de los rusos es parodiado hasta el extremo en esta escena. De nuevo Lisa, desorientada tras perderse en un barrio desconocido cuando intentaba llegar a un museo, pide consejo a unos rusos que están jugando al ajedrez. “¡¡My pleasure, it’s six block that way!!“ (Encantado, está seis manzanas en esa dirección)”. Pese a la amabilidad de sus palabras, los hostiles gestos y la forma de gritar del extraño hacen huir de pánico a la pobre Lisa.

Astronautas ridículos

Un enorme pescado cae sobre la capota del coche de Homer. Nadie sabe qué ha podido ocurrir, hasta que una cámara asciende a la órbita de un satélite espacial en el que dos astronautas rusos discuten por una desafortunada cena.  

El regreso de la URSS  

Todo era un engaño. El final de la Unión Soviética (URSS) proclamada en 1991 es, para los guionistas de Los Simpson, una simple estratagema de sus dirigentes para volver a resurgir pocos años más tarde. En el episodio 197, una asamblea de la ONU enfrenta al representante de Estados Unidos con el de Rusia:

- ¿La Unión Soviética? ¿No se habían separado?

- Eso es lo que queríamos que pensarais (risa maléfica)

El ruso aprieta un botón y de repente las banderas comunistas vuelven a ondear en Moscú, donde los tanques y el ejército ocupan las calles. Incluso el propio Lenin resucita, tras romper de un puñetazo la urna que le da cobijo en la Plaza Roja.

La mala imagen internacional que Vladimir Putin se ha ganado con el caso de las Pussy Riot, a quienes condenó a dos años por protestar en público contra su reelección, no ha frenado su afán censor. El presidente de Rusia se arranca ahora con una ley que obliga a etiquetar por edades los programas de televisión, y deja vía libre a recortar todo tipo de contenido “que vaya en detrimento de la salud y el desarrollo de los niños”.