Es noticia
“Cada autor podrá decidir sobre el cobro de sus obras”
  1. Cultura
ENTREVISTA CON ANTÓN REIXA, PRESIDENTE DE LA SGAE

“Cada autor podrá decidir sobre el cobro de sus obras”

“Las subvenciones a fondo perdido no sirven para impulsar la industria cultural. Los incentivos fiscales sí porque animan la inversión en espectáculos con posibilidades de interesar

Foto: “Cada autor podrá decidir sobre el cobro de sus obras”
“Cada autor podrá decidir sobre el cobro de sus obras”

“Las subvenciones a fondo perdido no sirven para impulsar la industria cultural. Los incentivos fiscales sí porque animan la inversión en espectáculos con posibilidades de interesar al público y generan puestos de trabajo”. Esta es la señal de socorro que el actual presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Antón Reixa, lanza directamente al Ministerio de Hacienda, puenteando al de Cultura, que debería limitarse, según explica a El Confidencial el polifacético autor gallego, a defender la libertad de los creadores abandonando el “rancio” modelo del mecenazgo.

La situación económica por la que atraviesa la industria es más que dramática, como dan cuenta los datos recogidos en el Anuario SGAE 2012 de las Artes Escénicas, Musicales y Audiovisuales, por lo que la apelación directa al departamento dirigido por Cristóbal Montoro se centra en una crítica a la subida del IVA cultural (del 8% actual al 21%). Una medida “realmente perversa que afecta al acceso público a este tipo de contenidos”, apunta el presidente de la SGAE el mismo día que presenta el estreno en Madrid del musical Galicia Caníbal sobre la ‘movida gallega’.La inmensa mayoría de los contenidos deben ser accesibles de forma legal en la red

El irredento Reixa lleva navegando a contracorriente desde que fundó el Grupo de Comunicación Poética Rompente a mediados de los años 70. Su vanguardismo en aquellos tiempos lo prolongó hasta una década más tarde, al protagonizar la ‘movida gallega’ al frente del grupo musical Os Resentidos, actividad que combinó con otras facetas del underground más antisistémico de la época, como su experimental videoarte. Ahora, sentado en el trono de la SGAE, se podría pensar que ha llegado al punto de inflexión, abrazar el establishment cultural. Nada más lejos de la realidad, su discurso suena a revolución desde dentro, al menos en lo que a modelos de negocio se refiere: copyleft y crowdfunding. Vayamos por partes.

La SGAE se lanza al copyleft o libre distribución

Una de las primeras líneas maestras en la que ha comenzado a trabajar la sociedad de autores supone un salto cualitativo que le da la vuelta al concepto de propiedad intelectual: el copyleft. Reixa adelanta que “desde la SGAE se ha comenzado a colaborar con Creative Commons (organización sin ánimo de lucro para la promoción del copyleft) para establecer un convenio entre ambas organizaciones. Esto significa que se consideren como gratuitos ciertos contenidos en determinados usos y ámbitos, una decisión que deberá tomar el propio autor, decidiendo por él mismo cuándo cobrará o si no lo hará por la difusión de sus creaciones. Este reconocimiento es un paso muy importante para los derechos de autor que, para la SGAE, son un hecho moral de los creadores”.Para la SGAE, los derechos de autor son un hecho moral de cada creador

Preguntado por la imbricación legal del copyleft en nuestro país, el presidente de la SGAE lo ve factible, aunque reconoce ciertas dificultades desde el punto de vista operativo y tecnológico: “Se necesitarían sistemas de difusión y control que discriminen cuándo una canción se ha cedido gratis por el autor y cuándo no, para que, por ejemplo, suenen gratis en determinados tipos de locales o eventos. También hay un problema de software por si se da el caso de que un autor decida ceder los derechos en solo una parte del repertorio de un disco”. A estas problemáticas ya se le están buscando soluciones en un grupo de trabajo en el que están representados todos los sectores del mundo digital, cultural y empresarial.

La idea de la libre distribución, aunque sólo sea de forma parcial (discriminando unos contenidos de otros) está orientada a acabar con la cultura del ‘todo gratis’ propiciada por la irrupción de internet. La cual es “muy perjudicial para la industria y los creadores, pero a la larga también para el público”, que vería cómo la oferta se reduce y banaliza. Y no se trata de una contradicción. Para Reixa, la incapacidad de la industria para saber adaptarse a tiempo a los cambios en el paradigma tecnológico ha desequilibrado la balanza cultural y ha provocado que el público le dé cada vez menos valor a los contenidos.

Una mezcla entre los contenidos en abierto y los contenidos de pago podría ser la solución a este callejón sin salida en el que se han metido los gestores de los derechos de autor. “Es verdad que la evolución tecnológica ha sido más rápida y asimétrica de lo que cabría esperar, pero ahora estamos sufriendo las consecuencias de los retrasos de la gran industria y su falta de adecuación. No puede ser que la universalidad y difusión que ofrece la red se convierta en un inconveniente colapsando el desarrollo de la industria. Confío en que a medida que se vayan estabilizando los sistemas de acceso y los diferentes medios de pago, haciéndolos más fiables y rápidos, iremos avanzando”, explica Reixa. Sin embargo, es consciente de que en esta labor de regeneración, “la SGAE es un actor más en una tarea que requiere la convergencia de todas las partes implicadas”.La idea de la libre distribución, aunque sólo sea de forma parcial, está orientada a acabar con la cultura digital del ‘todo gratis’

Para llevar a cabo este aperturista proceso ya se han comenzado a restaurar las líneas de comunicación de la sociedad de autores con las asociaciones de internautas, los diferentes foros de cultura libre o las teleoperadoras, con el objetivo de entablar un diálogo “franco y sincero, pero sobre todo pragmático y eficiente”.

Financiación colectiva y reforma de la Ley de Propiedad Intelectual

La visión de Antón Reixa sobre la función de la cultura, la independencia creativa y la emancipación de los autores abre una considerable brecha con los parámetros en los que se movían los anteriores directivos de la SGAE, convirtiendo así el legado de Teddy Bautista en un mal recuerdo del pasado ya superado. La base de la creación libre, defiende Reixa, “reside en que nos podamos autofinanciar con nuestros propios derechos de autor, pero también en las iniciativas de ocio colectivo participativo y responsable”. Público y creadores se necesitan mutuamente y en base a ello se deben establecer los compromisos, añade.

La financiación colectiva tipo crowdfunding (microdonaciones de los seguidores para apoyar proyectos culturales que conectan directamente a creadores y público sin intermediarios) “es una fórmula necesaria y creo que se debería mantener en el tiempo más allá de los momentos de crisis porque pone en valor la industria, facilita la creación de contenidos que por sí mismos no podrían sostenerse en la actual red comercial y se genera un compromiso entre autores y usuarios”, según apunta Reixa. Uno de los mensajes principales de su última creación, el musical Galicia Caníbal, ya pone de manifiesto esa “voluntad colectiva de una generación para no dejar caer la cultura, a pesar de las dificultades económicas y la dureza de aquéllos años 80”. Un espíritu necesario en el actual contexto de crisis sistémica.  No se puede partir de la base de que cualquier internauta es un delincuente en potencia

La modificación de la Ley de Propiedad Intelectual es otro de los pilares en los que se asienta la estrategia reformista de la nueva SGAE. Esto no significa que se elimine su fundamento sancionador, aclara Reixa, “pero hay que incluir mecanismos de protección también para los usuarios y no criminalizarlos por sistema porque para combatir las descargas irregulares se necesita más información y pedagogía, sin partir de la base de que cualquier internauta es un delincuente en potencia”. La reforma legislativa debe incluir, asimismo, “el requisito de que la inmensa mayoría de los contenidos sean accesibles de forma legal en la red, y que ese acceso sea versátil y tenga una categoría de servicio, lo que incentivaría la difusión y le daría un valor añadido”.

Los cobradores en las bodas y comuniones, ¿un acoso del pasado?

Si alguien se ha encargado de sacar del anonimato a la sociedad de autores generando un gran debate entre la opinión pública, como nunca se había producido en ningún otro país donde apenas ocupan espacio informativo, son los famosos comerciales que se dedican a perseguir a hosteleros y empresarios para cobrarles por la reproducción de contenidos. Esto podría acabarse. La institución pretende poner en marcha un sistema de autodeclaración por parte de empresarios y hosteleros “para no tener que hacer investigaciones individualizadas porque eso invade su privacidad, también en las bodas”.

Para ello se llevará a cabo una “revisión de nuestra red de comerciales, esos que van puerta a puerta”, explica Reixa, para que “sea más eficiente y se borre la imagen de recaudadores desaprensivos. Solo administramos el derecho de los autores. Un cambio de tono que se debería asentar socialmente”. La necesidad de estos cambios ya no sólo responden a la voluntad del nuevo equipo directivo de la SGAE, sino que la propia Comisión de Competencia ha sancionado a la sociedad por su mala praxis en este terreno.El sistema de cobro se hará más eficiente y se borrará la imagen de recaudadores desaprensivos

Lo que no van a cambiar son las tarifas. Según explica el presidente de la entidad, la tarificación no la determina la SGAE, sino que se trata de una obligación legal derivada del derecho internacional de propiedad de autor. Unas cantidades que en ocasiones se han exagerado y que en el caso concreto de una boda supone un coste promedio de un euro por comensal. Como cantaban los vigueses Golpes Bajos, uno de los grupos de la movida protagonistas del musical que estará la cartelera del Nuevo Teatro Alcalá hasta el 28 de octubre, los Malos tiempos para la lírica podrían estar a punto de llegar a su fin.

“Las subvenciones a fondo perdido no sirven para impulsar la industria cultural. Los incentivos fiscales sí porque animan la inversión en espectáculos con posibilidades de interesar al público y generan puestos de trabajo”. Esta es la señal de socorro que el actual presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Antón Reixa, lanza directamente al Ministerio de Hacienda, puenteando al de Cultura, que debería limitarse, según explica a El Confidencial el polifacético autor gallego, a defender la libertad de los creadores abandonando el “rancio” modelo del mecenazgo.