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Radiografía anecdótica de Gore Vidal
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LAS MEJORES FRASES E HISTORIAS DEL ESCRITOR NORTEAMERICANO

Radiografía anecdótica de Gore Vidal

La vida de Gore Vidal, el provocador escritor norteamericano fallecido este miércoles, va más allá de su obra. El tono crítico y feroz con el que

Foto: Radiografía anecdótica de Gore Vidal
Radiografía anecdótica de Gore Vidal

La vida de Gore Vidal, el provocador escritor norteamericano fallecido este miércoles, va más allá de su obra. El tono crítico y feroz con el que radiografió la realidad y la política de su país ha dejado un compendio de frases demoledoras y anécdotas irrepetibles que nos permiten conocer al hombre que se dedicó, permanentemente, a aguijonear a sus compatriotas. 

Político frustrado

El joven Gore nunca fue a la universidad. Recibió su formación en colegios de prestigio y en el seno de una familia aristocrática muy vinculada al Partido Demócrata. Ese entorno hizo que desde bien pronto soñara con ocupar un cargo político de relevancia mientras fructificaba su carrera de escritor.

Pero sus intentos por abrirse camino en Washington fueron en vano. Fracasó en su aspiración de llegar al Congreso en 1960 con el lema You'll get more with Gore (Conseguirás más con Gore). Entre 1970 y 1972 presidió el People's Party, un partido de tendencia liberal, y en 1982 estuvo a punto de ser elegido senador de California. Nada impidió que continuara teorizando sobre la política y la vida norteamericana en forma de dardos satíricos, ya sea por divertir, escandalizar o alimentar su figura de librepensador. "La mitad de los americanos nunca lee el periódico, igual que la mitad de la gente no vota. Espero que sea el mismo 50%", ironizó.

Historiador provocativo

“Somos los Estados Unidos de la Amnesia. No aprendemos nada porque no recordamos nada”, escribió en uno de sus artículo para The Nation. Era su forma de criticar a una sociedad demasiado pagada de su presente e ignorante de su pasado. Y, de paso, de fustigar a una clase dirigente que consideraba mediocre, cuando no directamente inútil: "Estados Unidos fue fundada por la gente más brillante del país. Y no les hemos visto desde entonces". No se le puede acusar de frivolizar. Vidal era un hombre profundísimamente culto, y un estudioso de las instituciones de su país, que analizó desde sus raíces en obras como Washington D.C. (1967), Lincoln (1984) e Imperio (1987). A través de ellas trató de revindicar los valores que no vio reflejados en la política de su época, una crítica que duró hasta los últimos conflictos bélicos dirigidos desde el "imperio" de Washington.

El azote de Bush

Para Vidal, figuras libertarias como John Lennon representaban la vida en un país dominado por iconos de la muerte “como Nixon y Bush”. “Representaba todo lo que USA odiaba”, declaró en un documental sobre el difunto beatle.  Disparó contra Bush Padre y aun más contra el hijo. Un año después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Vidal argumentó en The Observer que las autoridades estadounidenses tenían noticias previas de la inminencia de los ataques. Además, afirmó que sirvieron para justificar políticamente los planes del Gobierno de Bush para invadir Afganistán. "Tanto los gobiernos demócratas como los republicanos tenían claro que el público norteamericano se resistiría a toda guerra en Afganistán, a menos que percibiera amplia y masivamente una amenaza externa". 

Ningún círculo político le ha dedicado un homenaje tras su muerte.

Abierto homosexual

Vidal nunca tembló al defender su condición de homosexual frente a las cerradas mentalidades de su país a mediados de siglo. Su segunda novela, La ciudad y el pilar de sal (1948), con las primeras apariciones de personajes abiertamente homosexuales fue para muchos una provocación y comenzó a configurar su imagen de hombre liberal y controvertido. "En realidad, no hay tal cosa como una persona homosexual o heterosexual. Estos adjetivos describen actos sexuales, no personas", enuncia en su ensayo Sex is Politics.

El primer amor de Vidal fue Jimmy Trimble, a quien conoció con 12 años en un internado militar y que murió en 1945 en la batalla de Iwo Jima. Cinco años más tarde comenzó su relación con Howard Austen, su pareja hasta 2003, cuando Austen murió víctima de un cáncer. Junto a él recibirá sepultura en el cementerio de Rock Creek en Washington, donde también está enterrado Trimble y el que fue su escritor favorito, Henry Adams.

Polémico guionista

Vidal afirmó en su ensayo Screening History que en su infancia fue un niño solitario. “No quería la compañía de otra cosa que no fueran libros, películas y mi propia imaginación”. Fuente de este estudio y de su ingenio firmaría diversos guiones que hoy son objeto de culto en la industria del cine. En 1959 colaboraría en el texto de Ben-Hur. Gore finalmente no apareció en los créditos, pero dejó su peculiar marca en la cinta de romanos, especialmente en una escena en la que Charlton Heston brinda insinuante con Mesala. El actor, al darse cuenta después del sentido homoerótico de la escena,  montó en cólera y mantuvo una enconada batalla con el escritor en las paginas de Los Angeles Times a mediados de los 90.

Ese mismo año firmaría con Tennessee Williams De repente, el último verano, un drama del director Mankiewicz que se ganó sus polémicas por lo morboso de su argumento: lobotomías, incesto, y un enfrentamiento nunca visto entre Liz Taylor y una maléfica Katherine Hepburn.

En 1968 escribió Myra Breckinridge, una comedia satírica sobre la transexualidad que sería llevada a la gran pantalla dos años más tarde con Mae West y Raquel Welch, despampanante actriz de la época a quien cambiaría el sexo ante la mirada perpleja de los espectadores. Posteriormente también colaboraría en Calígula, una erótica y bisexual biografía del emperador romano protagonizada por Andie McDowell.

Mordaz

Decidido y directo, ridiculizó sin tregua a sus rivales y otros artistas incluso en ámbitos extraliterarios como la pintura. "Andy Warhol es el único genio que he conocido con un cociente intelectual de 60". Esta verborrea le llevó a enfrentarse a otros autores de renombre, como Truman Capote, William Buckley y Norman Mailer, quien llegó a propinarle un cabezazo antes de aparecer en un programa de televisión. El escritor, para quien Hemingway era poco más que "una broma", era competitivo hasta el extremo: “Siempre que un amigo triunfa, yo muero un poco”.

Caricatura amarilla

Ególatra

"Un narcisista es alguien que se ve mejor de lo que tú te ves". Así explicaba Vidal su distintivo egocentrismo, un arte en su caso que tanto le supuso fuertes enemistades como le sirvió de reclamo para ganar admiradores. Ya sea en sus apariciones en público, en entrevistas o en sus ensayos y artículos, Vidal no tembló en ningún momento al recitar frases como: "No hay problema en el mundo que no pueda resolverse si la gente se limitara a seguir mis consejos".

Resuelto, ácido y directo. Así era su estilo. Por provocativo que resultase, para Vidal lo importante siempre era "saber quién eres y qué quieres decir sin que te importe un bledo". Un periodista de Esquire le preguntó qué suponía para él haber conocido a gente como Jackie Kennedy o el escritor William Burroughs. Le contestó: "¿Por qué no lo ponen de la forma correcta, que esta gente era la que deseaba conocerme?".  

La vida de Gore Vidal, el provocador escritor norteamericano fallecido este miércoles, va más allá de su obra. El tono crítico y feroz con el que radiografió la realidad y la política de su país ha dejado un compendio de frases demoledoras y anécdotas irrepetibles que nos permiten conocer al hombre que se dedicó, permanentemente, a aguijonear a sus compatriotas.