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Extraordinarias criaturas en la cama
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Extraordinarias criaturas en la cama

Tras siete años de silencio, desde Tu parte del trato, Josan Hatero -criatura de la factoría de Constantino Bértolo- vuelve con un libro diferente, una exploración

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Extraordinarias criaturas en la cama

Tras siete años de silencio, desde Tu parte del trato, Josan Hatero -criatura de la factoría de Constantino Bértolo- vuelve con un libro diferente, una exploración lúdica de las diferentes formas de amar -con clases tan extrañas como el amante narcoléptico, el amante Bartleby que preferiría no amar, o los amantes berlineses, separados por un espeso muro- y, con ello, de la identidad del hombre a través del sexo. Sus lectores, con hábitos de coleccionista de rarezas -aunque parece haberle llegado el momento de salir de su guarida-, encontrarán en este volumen un motivo de éxtasis, tanto por ser su obra más acabada, como por su propia condición de muestrario.

 

El misterio de la identidad es la gran investigación de la humanidad desde que el primer cromañón advirtiera no sólo que era distinto al resto de animales de su entorno, sino también diferente de sus compañeros de grupo, incluso de sus hermanos. La ciencia ha ofrecido su abanico, insuficiente, de respuestas; la religión, la mitología y la filosofía, el suyo. La literatura ha hecho lo propio, casi como único empeño común en un arte tan variado y rico, y Josan Hatero aporta su granito con este bestiario de amantes, este empeño por desvelar la identidad del hombre a través de las diferentes formas de tocar una piel; el sexo como un sónar que nos devuelve por rebote nuestra propia imagen.

Los bestiarios eran, en plena Edad Media, una de las formas de la divulgación científica más originales y, para el lector de hoy, más fascinantes y divertidas. Repletos de imaginación y simbolismo, eran una extensión del pensamiento teológico y mítico medieval donde podíamos encontrar animales reales como el pelícano, convertido en emblema de Cristo, o imaginarios como el basilisco. No muy lejos de ahí está el bestiario de amantes de Josan Hatero, un catálogo simbólico, imaginativo y poético con buena parte de las formas de amor físico, compuesto como un libro de minitextos en el que se intercalan piezas de reflexión -el bestiario propiamente dicho- con testimonios de amantes en torno a la treintena, esa década-límite en la cual, lo que no se ha hecho, probablemente ya no se hará. Por ejemplo, tomar una pareja estable o aceptar la soledad como forma de vida.

Recopilando 'bestias'

¿Cómo se hace un bestiario? La fuente principal son los testimonios de marinos y aventureros que cuentan sus desgracias en otros mundos, sus naufragios y extravíos. La observación, para el fisiólogo, no es suficiente. Debe desempolvar viejos volúmenes, para empaparse siquiera de su espíritu: Las ciudades invisibles de Ítalo Calvino, El libro de los seres imaginarios de Borges y la Antología de Spoon River  de Edgar Lee Masters: “inspirado por su espíritu lúdico, me pregunté cuántos tipos de amantes existían, qué los definía y por qué nadie (que yo supiera) había escrito sobre ello” (p. 9). El fisiólogo debe hablar mucho, apuntar mucho en “una libretita en la que anota comportamientos, recoge testimonios, compara, distingue, observa y teoriza”; en definitiva, el fisiólogo es un Recopilador que “dedica su vida a investigar la naturaleza de los amantes, olvidando la suya propia” (p. 172).

La evolución de Hatero desde Biografía de la huida en cuanto a la escritura es notable, pero sus preocupaciones se mantienen: las relaciones de pareja, en las que el sexo tiene una importancia vital -si bien no siempre es así, y algunas categorías de amantes identificadas por el Recopilador así lo confirman-. Es más maduro, más irónico, y ésta, una obra que “nace del deseo de escribir un libro diferente, ajeno a modas, tendencias y, especialmente, a lo que había escrito hasta ese momento. Un libro que reivindicara el placer de la lectura sin recurrir a la coartada de un argumento o al desarrollo de personajes; en el que el lenguaje no estuviera al servicio de la idea, sino que fuera la idea misma” -de la entrevista al autor en el blog El síndrome Chéjov-. El lector se sorprenderá buscando su casilla, encasillando a otros, amantes conocidos o por conocer, se topará fascinado con los rostros femeninos de Montse Bernal -que no merece tener el nombre tan escondido- y deleitándose con esta búsqueda que no aspira a respuesta alguna.

La piel afilada, Josan Hatero. Ed. Alfaguara. 232 págs. 17 €. Comprar libro

Tras siete años de silencio, desde Tu parte del trato, Josan Hatero -criatura de la factoría de Constantino Bértolo- vuelve con un libro diferente, una exploración lúdica de las diferentes formas de amar -con clases tan extrañas como el amante narcoléptico, el amante Bartleby que preferiría no amar, o los amantes berlineses, separados por un espeso muro- y, con ello, de la identidad del hombre a través del sexo. Sus lectores, con hábitos de coleccionista de rarezas -aunque parece haberle llegado el momento de salir de su guarida-, encontrarán en este volumen un motivo de éxtasis, tanto por ser su obra más acabada, como por su propia condición de muestrario.