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El Thyssen rinde tributo a Monet como ‘profeta’ de la abstracción
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El Thyssen rinde tributo a Monet como ‘profeta’ de la abstracción

Es una de las exposiciones más esperadas del año y desde el lunes se podrá contemplar en el Thyssen. Monet y la abstracción analiza la obra

Foto: El Thyssen rinde tributo a Monet como ‘profeta’ de la abstracción
El Thyssen rinde tributo a Monet como ‘profeta’ de la abstracción

Es una de las exposiciones más esperadas del año y desde el lunes se podrá contemplar en el Thyssen. Monet y la abstracción analiza la obra de uno de los grandes del impresionismo desde un punto de vista diferente: como puente hacia la abstracción que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX. En total son más de cien obras que se repartirán entre las salas del Thyssen y las de la Fundación Caja Madrid, y que se podrán ver hasta el 30 de mayo.

Aunque los más famosos lienzos son aquellos de gran formato que representaron motivos de su jardín de Giverny, junto al que pasó sus últimos cuarenta años, también se recogen sus delicados paisajes de Londres. En obras como éstas se muestra su obsesión por captar ese instante siempre en fuga que le llevaba incluso a desdibujar o apenas esbozar unas líneas de color de un paisaje.

Gracias a estas obras, revalorizadas con el tiempo, toda una generación de jóvenes pintores abstractos americanos y europeos de mitad del siglo XX recuperó la figura de Monet como su gran padre artístico, el Nostradamus de las corrientes más matéricas. Entre ellos se destacaron nombres tan relevantes como Jackson Pollock, Mark Rothko, Willem de Kooning o Gerhard Richter.

'Nenúfares' poco valorados

Monet fue uno de los más pintores que más obras produjo a lo largo de su vida, pero también un creador que fue por libre. Las atmósferas casi abstractas de paisajes como sus famosos nenúfares, no tuvieron buena aceptación en su época, lo que llevaron a que el propio artista los donase a Estado francés en 1918. Las obras parecían tener muy poco futuro, ya que estuvieron décadas y décadas olvidadas en el Musée de l'Orangerie de París. Y es que en los primeros años del siglo pasado la vanguardia trajo una obsesión por la “construcción” que consideraba pasado de moda el estilo de Monet u otros artistas como Cézanne. Más adelante, a mediados del XX, el expresionismo abstracto y el informalismo empezó a mirar las etéreas creaciones de Monet con otros ojos, recuperando sus pinceladas sueltas y con cuerpo.

La exposición se inicia con Brumas y variaciones, que analiza el impacto que William Turner produjo en Monet gracias a sus representaciones del río Támesis. También recoge algunas obras de Richter, continuador de las características esenciales de estas obras casi en fuga. Viene después Efectos de luz, una parada centrada especialmente en los ocasos y los sentimientos que éstos le provocaban. En estos paisajes, el color cobra todo su protagonismo, algo de lo que luego bebieron los trabajos de abstracción cromática de Mark Rothko y Adolph Gottlieb.

Los Reflejos y transparencias, otra parada de la muestra, son esenciales en su serie de Nenúfares, en que se puede descubrir su progresiva evolución desde lo figurativo a lo abstracto. Junto a estas obras se recoge alguna de la norteamericana Helen Frankenthaler.

Las últimas salas del Thyssen están dedicadas a los Contrastes de formas que se daban cuando la vegetación se reflejaba en el agua en sus cuadros, detalles éstos fundamentales para artistas como Clyfford Still y Barnett Newman. También recoge Pincelada y gesto, una muestra de su técnica y la influencia que tuvo en pintores tan significativos como Jackson Pollock, Willem de Kooning o Cy Twombly.

Ya en la parte de la Fundación Caja Madrid se recrean la variedad de motivos florales que le inspiró su jardín de Giverny; también la maneras en que la pintura se escurre por muchas partes del lienzo. Además, recoge un conjunto más completo de pintores que siguieron el rastro dejado por el impresionista. Sin duda, la sombra de Monet es alargada.

Es una de las exposiciones más esperadas del año y desde el lunes se podrá contemplar en el Thyssen. Monet y la abstracción analiza la obra de uno de los grandes del impresionismo desde un punto de vista diferente: como puente hacia la abstracción que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX. En total son más de cien obras que se repartirán entre las salas del Thyssen y las de la Fundación Caja Madrid, y que se podrán ver hasta el 30 de mayo.