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Crónica de un hundimiento
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Crónica de un hundimiento

Galardonada con el XV Premio Lengua de Trapo de Novela, Electrónica para Clara ha suscitado el interés inmediato de un círculo de escritores con gusto por

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Crónica de un hundimiento

Galardonada con el XV Premio Lengua de Trapo de Novela, Electrónica para Clara ha suscitado el interés inmediato de un círculo de escritores con gusto por lo arriesgado; unas coordenadas en las que se mueve la editorial dispensadora del premio, de lo que hemos dado una muestra aquí con títulos como Una revolución pequeña, La mujer calva -su predecesora en estos laureles- o la imprescindible El estatus. Quizá no estemos, en esta ocasión, ante una obra redonda, pero sí interesante; una obra que brilla por las virtudes de su búsqueda más que por sus hallazgos, aunque también los haya.

 

Jonás, narrador y protagonista, trata de resolver una pregunta fundamental; dos, quizá: “¿quién es Clara? ¿quiénes somos nosotros?”. Clara es su amor, su desamor y su condena, la mujer que le abandonó, reapareció casada con su mejor amigo, le olvidó, le recordó y que, finalmente, silenciada -“Quieta y muda, distante como las sombras humanas que quedaron impresas en las paredes de Hiroshima después de la catástrofe” (p. 42)- por un suceso traumático que sólo se revela hacia el final de la novela, es objeto tanto de sus cuidados -la cuida como el viejito a la viejita, con la misma ternura- como de sus cadenas. Hay en toda la novela una atmósfera de horror, de thriller psicológico, motivada por ese gran secreto que sólo lo es para Jonás y la tozuda mudez de Clara, prisionera de las atenciones y cuidados de su enamorado custodio.

A su alrededor, una serie de personajes esquivos, náufragos de un mundo en hundimiento, porque la novela también tiene algo de homenaje, de ajuste de cuentas con una etapa de la vida del autor y de toda una generación. “Yo amaba a Clara. La quería conmigo. Clara me quería aunque no pudiera estar a mi lado sólo Dios sabe por qué razón, ya que decía no querer a D-Jacques pero no poder separarse de él por algo imposible de contar y que yo tampoco me atrevía a preguntar. D-Jacques amaba a Clara, de algún modo. Clara necesitaba a José por razones enfermizas y José necesitaba a Clara porque todavía amaba a Violeta. Un caos” (p. 83).

Y no sólo social; en esta novela, Madrid es otro personaje, y su hundimiento, que para el lector es metafórico, es plenamente físico para los personajes. Madrid, que es un archipiélago -la percepción de Madrid como conjunto de islas no es tan inesperada; no lo será, cierto es, tanto como en mega-urbes como Londres, Nueva York o Tokio-, se acaba convirtiendo -¿por qué?- en el Berlín de los años 20: “desde la Parisien Platz hasta la Plaza de Castilla cruzando todo el Under Den Linden”.

Atmósfera inquietante y onírica

La historia es potente, por los misterios psicológicos que encierra, por la atmósfera inquietante y onírica; porque, despojada de todo eso, es el retrato de una generación. La estructura es confusa, pero activa, dinámica; cambia mucho de plano, de filtros, de enfoque, mediante fragmentos, como un collage, y finalmente, con ayuda de un lector cómplice, encaja las piezas y se forma la imagen. El estilo es brillante en las descripciones, en las percepciones de instantes, de la luz, con algunas expresiones de gran belleza: “Tirar las lámparas de pie sobre las alfombras y así derramar por los suelos esa luz desesperada y cochina de la sobremesa” (p. 24); “Teníamos que mirarnos con paciencia muy dentro de las pupilas para reconocernos, pero habíamos nacido sin tiempo y cansados” (p. 94).

Y sin embargo debo concluir que Electrónica para Clara no me gusta -principalmente, porque falla en su eje, el personaje inconcebible de Clara-, aunque Guillermo Aguirre sí. Me ha parecido algo opaca -es una novela que no se lee, se escruta-, quizá porque soy un completo ignorante en lo que a música electrónica se refiere: “Hay charcos, monstruos de fondo oscuro como la música electrónica” (p. 34). Pero quizá, pronto, podamos leer grandes cosas de este autor.

Electrónica para Clara. Lengua de Trapo. 18,50 €. Comprar libro.

Galardonada con el XV Premio Lengua de Trapo de Novela, Electrónica para Clara ha suscitado el interés inmediato de un círculo de escritores con gusto por lo arriesgado; unas coordenadas en las que se mueve la editorial dispensadora del premio, de lo que hemos dado una muestra aquí con títulos como Una revolución pequeña, La mujer calva -su predecesora en estos laureles- o la imprescindible El estatus. Quizá no estemos, en esta ocasión, ante una obra redonda, pero sí interesante; una obra que brilla por las virtudes de su búsqueda más que por sus hallazgos, aunque también los haya.