La 'revolución sexual' de Pancho Villa y otras leyendas eróticas de la Historia de México
Conocer la vida erótica y amorosa de personajes como Pancho Villa, Benito Juárez o Miguel Hidalgo permitiría desacralizar a esos héroes nacionales mexicanos, haría que la
Conocer la vida erótica y amorosa de personajes como Pancho Villa, Benito Juárez o Miguel Hidalgo permitiría desacralizar a esos héroes nacionales mexicanos, haría que la gente sintiese más afinidad por ellos y tratara de imitarlos. El escritor Martín Moreno dedica su libro Arrebatos carnales-Las pasiones que consumieron a los protagonistas de la historia de México (Planeta) a contar los entresijos de esas vidas célebres.
El volumen ha sido todo un éxito, con tres ediciones y 115.000 ejemplares en apenas mes y medio en el mercado. "El libro no es un 'kamasutra' mexicano ni nada que se le parezca. Me dije, 'voy a conocer en la intimidad a estos personajes, me voy a meter por la puerta de atrás de sus hogares y les voy a sorprender en paños menores", explica Martín Moreno.
Recuerda que Pancho Villa (1876-1923) "se casó veintiocho veces, por la Iglesia y por la ley" y llegó a tener "veintisiete hijos". "Era un personaje con una potencia sexual verdaderamente impresionante", recuerda, quien no dudó en recurrir a argucias como disfrazar de jueces o sacerdotes a algunos de sus soldados para que las mujeres con quienes se cruzó en vida tuvieran la conciencia tranquila de que estaban desposadas con ‘El Centauro del Norte’.
Benito Juárez, el ‘padre de la patria’, lo fue también de trece hijos; el cura Miguel Hidalgo y Costilla (1753-1811), héroe de la Independencia, de tres pequeños, y José María Morelos (1765-1815), otro sacerdote que colgó los hábitos por las armas, tuvo seis.
La falsa locura de la emperatriz adúltera
El libro no sólo trata de los héroes sino que también desvela secretos de alcoba de algún villano nacional como el emperador Maximiliano (1832-1867), quien en plena luna de miel protagonizó una orgía con tres esclavos africanos en las islas Madeira, al otro lado del Atlántico. Tampoco soportaría Maximiliano, que huía de su esposa Carlota (1840-1927) para refocilarse con su amante a Cuernavaca, que la primera quedara embarazada tras un escarceo amoroso, por lo que la envió a Europa invocando una pretendida y falsa locura.
Además se cuentan historias amorosas del dictador Porfirio Díaz (1830-1915) o de José Vasconcelos (1882-1959). De sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), a quien Martín Moreno califica como "la mejor escritora que haya tenido México en su historia", se asegura que era lesbiana.
Martín Moreno lamenta que figuras de la importancia de las que ha elegido sean presentadas en la historia oficial "como seres asexuados, sacralizados o santificados" cuando en realidad fueron "seres humanos" con sus peculiares pasiones. "Yo siempre me compadecí mucho de aquellas personas que no hubieran tenido un arrebato carnal en la vida porque la vida se les hubiera ido en blanco. Y dije, ¿qué, estos personajes de la historia nunca tuvieron arrebatos? No puedo creerlo", afirma.
Entre la Historia y la ficción
Considera que el libro "está más cerca de la Historia" que de la ficción, pero reconoce que cuando la primera se estrella y faltan detalles "entra la novela" para ofrecer un contexto erótico que considera clave para entender los hechos.
Convencido de que en su país ha faltado a lo largo de los siglos hacer énfasis en que los protagonistas de la historia fueron "de carne y hueso", cree que el año de celebraciones por los cien años de la Revolución y los doscientos de la Independencia ofrecen una oportunidad ideal para replantearlo.
En los dos próximos "arrebatos carnales" que prepara, planea acercar a la gente a una historia "no una manipulada, falsa, mojigata e hipócrita" sino que tenga en cuenta las debilidades, pasiones, arranques y arrebatos de los grandes hombres y mujeres de su país.
Conocer la vida erótica y amorosa de personajes como Pancho Villa, Benito Juárez o Miguel Hidalgo permitiría desacralizar a esos héroes nacionales mexicanos, haría que la gente sintiese más afinidad por ellos y tratara de imitarlos. El escritor Martín Moreno dedica su libro Arrebatos carnales-Las pasiones que consumieron a los protagonistas de la historia de México (Planeta) a contar los entresijos de esas vidas célebres.
El volumen ha sido todo un éxito, con tres ediciones y 115.000 ejemplares en apenas mes y medio en el mercado. "El libro no es un 'kamasutra' mexicano ni nada que se le parezca. Me dije, 'voy a conocer en la intimidad a estos personajes, me voy a meter por la puerta de atrás de sus hogares y les voy a sorprender en paños menores", explica Martín Moreno.
Recuerda que Pancho Villa (1876-1923) "se casó veintiocho veces, por la Iglesia y por la ley" y llegó a tener "veintisiete hijos". "Era un personaje con una potencia sexual verdaderamente impresionante", recuerda, quien no dudó en recurrir a argucias como disfrazar de jueces o sacerdotes a algunos de sus soldados para que las mujeres con quienes se cruzó en vida tuvieran la conciencia tranquila de que estaban desposadas con ‘El Centauro del Norte’.
Benito Juárez, el ‘padre de la patria’, lo fue también de trece hijos; el cura Miguel Hidalgo y Costilla (1753-1811), héroe de la Independencia, de tres pequeños, y José María Morelos (1765-1815), otro sacerdote que colgó los hábitos por las armas, tuvo seis.