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Dorothea Lange, el rostro de la Gran Depresión
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Dorothea Lange, el rostro de la Gran Depresión

El rostro de una madre que mira hacia ninguna parte, mientras sus hijos, de espaldas, apoyan la cabeza en sus hombros. Esa instantánea captada por Dorothea

Foto: Dorothea Lange, el rostro de la Gran Depresión
Dorothea Lange, el rostro de la Gran Depresión

El rostro de una madre que mira hacia ninguna parte, mientras sus hijos, de espaldas, apoyan la cabeza en sus hombros. Esa instantánea captada por Dorothea Lange (ver álbum) se convirtió en uno la imagen de la Gran Depresión de los treinta que dejó a Estados Unidos, a la tierra prometida, sin leche y miel. Las hambrunas asolaron el país y miles de pequeños agricultores tuvieron que abandonar sus tierras en busca de las plantaciones del oeste, donde vivieron totalmente arruinados en Hoovervilles, organizadas para extraer hasta la última gota del sudor de sus frentes.

 

Lange retrató la sociedad norteamericana en la derrota. Vagabundos, urbanitas buscando empleo con sus trajes gastados, familias hacinadas en casas y sobre todo el rostro del hambre. Y todas estas imágenes que le dieron la fama están reunidas en una muestra titulada Los años decisivos que se podrá ver a partir del 4 de junio en Museo Colecciones ICO, dentro de la edición de este año de PhotoEspaña.

 

La muestra contará con 140 fotografías tomadas en los años 30 y 40, periodo en el que Lange documentó los proyectos de la Farm Security Administration, retratando los estragos de una economía en crisis. “En todos los escenarios, su fotografía es humanista, con un estilo maduro, sabiendo enmarcar a los personajes en medio de las masas, utilizando los recursos de la Nueva Visión para hacer imágenes potentes, muchas de ellas de gran belleza estética, más allá de su carácter documental”, destaca la comisaria de la muestra Oliva María Rubio. Y añade: “La exposición documenta una época dura de la historia americana, pero una época que también dio lugar al gran crecimiento que se produjo en los años cincuenta. Además, en la exposición encontraremos fotografías de una gran belleza y con unas tomas casi épicas, que muestran la esperanza en salir de la situación. No hay que olvidar que el gobierno americano elige la fotografía por su capacidad propagandística y de empatía”

 

Lange está considerada una de las grandes fotoperiodistas de la historia de la fotografía mundial. A la hora de plantearse la muestra la comisaria ha “querido querido huir de hacer una retrospectiva. Me parecía más interesante concentrarme en una época que fue fundamental en su trayectoria fotográfica. Una época en la que alcanza plena madurez, tanto en la manera de abordar los temas como en el estilo”.

 

Rubio resume igualmente en una entrevista la trayectoria de Lange: “Comienza trabajando como fotógrafa de retratos, sobre todo en los años 20 cuando se instala en San Francisco y abre su propio estudio. Hace retratos de las familias acomodadas de la ciudad con un éxito bastante importante puesto que puede vivir de ello. A partir de la Gran Depresión, empieza a salir a la calle y observa la situación: las huelgas, las manifestaciones, las colas en las oficinas de desempleo... Así comienza a fotografiar lo que estaba pasando en su ciudad. “Esas imágenes fueron vistas en una exposición por Paul S.Taylor, el que será su segundo marido, que la invitó a trabajar con él en diversos proyectos. El conocimiento de sus imágenes le abre la puerta para trabajar en los proyectos del gobierno. Es invitada por Roy Stryker, responsable del programa fotográfico, para participar en 1935 en la Resettlement Administration, que en 1937 pasa a denominarse Farm Security Administration y que dura hasta 1942”.

 

“Desde el comienzo de esos trabajos como fotógrafa documental, Dorothea Lange muestra un estilo maduro, sabiendo enmarcar a los personajes en medio de las masas, utilizando los recursos de la Nueva Visión para hacer imágenes potentes, muchas de ellas de gran belleza estética más allá de su carácter documental”, concluye Rubio.

El rostro de una madre que mira hacia ninguna parte, mientras sus hijos, de espaldas, apoyan la cabeza en sus hombros. Esa instantánea captada por Dorothea Lange (ver álbum) se convirtió en uno la imagen de la Gran Depresión de los treinta que dejó a Estados Unidos, a la tierra prometida, sin leche y miel. Las hambrunas asolaron el país y miles de pequeños agricultores tuvieron que abandonar sus tierras en busca de las plantaciones del oeste, donde vivieron totalmente arruinados en Hoovervilles, organizadas para extraer hasta la última gota del sudor de sus frentes.