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El graffiti hecho arte, en La Casa Encendida
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El graffiti hecho arte, en La Casa Encendida

Bajo el sugerente título de Beautifuls Losers, una muestra reúne la obra más significativa de los artistas urbanos americanos surgidos en los 90 y que elevaron

Foto: El graffiti hecho arte, en La Casa Encendida
El graffiti hecho arte, en La Casa Encendida

Bajo el sugerente título de Beautifuls Losers, una muestra reúne la obra más significativa de los artistas urbanos americanos surgidos en los 90 y que elevaron a la categoría de arte la subcultura del graffiti, el punk, o el hip hop, abierta hasta el 4 de enero en la madrileña Casa Encendida. La exposición, que viene precedida de su paso por casi toda la geografía de Estados Unidos y por algunas ciudades de Europa, ha sido difícil de reunir, como recuerda uno de sus comisarios, Christian Strike, que ha viajado a Madrid sin su compañero, Aaron Rose.

"Se trata de reunir lo más significativo de una generación que surge alrededor de temas y situaciones que no habían tenido cabida en el arte contemporáneo, el arte de la calle. Algo que, en los 60, sí fueron elementos importantes de la historia del arte y luego desaparecieron", explica el director de la Casa Encendida, José Girao, haciendo referencia al pop art y a artistas como Warhol, por ejemplo.

Strike, quien conoció a estos creadores en los 90, hace hincapié en que la mayoría de estos 40 artistas presentes en la muestra, utiliza materiales efímeros, no sólo pinturas, esculturas, collage, sino también vídeos, instalaciones o performance.

Así en un recorrido por Beautifuls Losers se encuentra desde una instalación con esculturas de graffiteros ejerciendo su arte en una pared, a televisiones que repiten una imagen significativa; hasta una selección de fanzines, o un conjunto de vídeos elaborados por estos creadores. El denominador común de estos artistas es -en palabras de Strike- el ‘Do it yourself’ o ‘Hazlo tú mismo’, en referencia a que, apunta, "ninguno tiene orígenes en el mundo del arte tradicional, no han estudiado estas disciplinas y tampoco tienen una galería detrás. Se movían en mundos paralelos al mercado del arte".

 

La belleza de la nada

"Tienen en común una estética y unos materiales tan diversos como los que usan, pero dejan todo con la apariencia de 'hecho a mano'", prosigue Strike. Mientras, la artista Cynthia Connolly, quien además de exponer su obra imparte un taller de fotografía bajo el título Cómo sacar fotos bonitas de nada, subraya cómo "todos empezamos haciendo obras para amigos, para un círculo íntimo, que luego se fue ampliando".

La exposición mezcla obra antigua con obra reciente de estos artistas urbanos, cuya muestra se complementa con la proyección de un documental que, bajo el título Beautifuls Losers sigue el trabajo de alguno de los creadores. Además, se celebrará un ciclo de cine con el mismo nombre y habrá documentación audiovisual disponible sobre ellos.

Si elaborar la exposición fue un proceso largo, Guirao comenta cómo conocieron a estos dos comisarios cuando iban a montar la muestra en un centro de arte de San Francisco y luego se pusieron en contacto con la empresa de arte encargada de moverla por EEUU y Europa. Los destinos de los distintos artistas han ido por derroteros diversos. Así, mientras algunos han pasado a exponer en ferias internacionales, otros se siguen moviendo en pequeños circuitos.

Entre la obra hecha especialmente para la muestra está la de Cynthia Connolly, una colección de fotografías en las que la artista recorrió Estados Unidos para retratar las máquinas expendedoras de hielo, como ,dice, hará más tarde con otros objetos. "Son grupos de fotos sobre cosas cotidianas, que ves diariamente pero no te fijas en ellas. Por eso el taller lleva el título de "Cómo sacar fotos bonitas de nada", porque son, apunta, "fotos de nada".

Bajo el sugerente título de Beautifuls Losers, una muestra reúne la obra más significativa de los artistas urbanos americanos surgidos en los 90 y que elevaron a la categoría de arte la subcultura del graffiti, el punk, o el hip hop, abierta hasta el 4 de enero en la madrileña Casa Encendida. La exposición, que viene precedida de su paso por casi toda la geografía de Estados Unidos y por algunas ciudades de Europa, ha sido difícil de reunir, como recuerda uno de sus comisarios, Christian Strike, que ha viajado a Madrid sin su compañero, Aaron Rose.