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El hotel Palace, al desnudo
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El hotel Palace, al desnudo

Encaramada a unos tacones, la modelo Raquel Balencia aguanta como puede el viento que sopla a varios pisos de altura sobre una céntrica plaza madrileña. Atenta a

Foto: El hotel Palace, al desnudo
El hotel Palace, al desnudo

Encaramada a unos tacones, la modelo Raquel Balencia aguanta como puede el viento que sopla a varios pisos de altura sobre una céntrica plaza madrileña. Atenta a las indicaciones, en un momento dado levanta los brazos y la pierna izquierda y, agarrada a un cartel luminoso, posa para el objetivo del fotógrafo. Podría ser cualquier otra azotea, cualquier otro artista, cualquier otro hotel... pero la historia sería bien diferente con que sólo una de estas variables fuera alterada. El Palace inaugura este jueves una nueva exposición de fotografía, una muestra que juega una vez más con el estilo clásico de un establecimiento que parece querer decir a los visitantes “eh, mírame, estaré a punto de cumplir cien años pero sigo teniendo una visión más moderna que muchos jóvenes de hoy en día”.

El responsable de esta nueva reinvención es Pablo Almansa, un fotógrafo curtido en el desnudo femenino que se enamoró de los sobrios rincones del Palace ("Es uno de esos hoteles clásicos que con el paso del tiempo ha ganado en solera", asegura a Vanitatis.com) y se puso manos a la obra para poder convertirlos en hogares del arte. Codo con codo con la dirección del hotel, ha puesto en pie una exposición que capta la elegancia femenina natural con belleza y sutileza. Desde la recepción hasta la azotea, las escaleras, pasillos y habitaciones han servido como paisajes en los que el fotógrafo ha compuesto sus poesías visuales, un trabajo que ha resultado laborioso teniendo en cuenta las particulares condiciones del recinto.

¿Cómo fue posible tomar imágenes en el hall, o en las otras estancias públicas –y muy transitadas– de la planta baja del Palace? Pues con mucha paciencia y trabajo duro: “Fue a las cuatro de la mañana”, explican desde el hotel. A esa hora un empleado se encargaba de avisar por si entraba alguien mientras fotógrafo y modelo se entregaban a su trabajo. El resultado, espectacular. Muchos se sorprenderán al ver la exposición en el bar del Palace, ese espacio junto a la cúpula que antes sólo acogía cuadros costumbristas con escenas de caza pero que de un tiempo a esta parte se ha convertido en una interesante galería de arte contemporáneo.

Hotel (título tan desnudo y arrebatadoramente sincero como las fotografías de la muestra) toma el relevo en el Palace a artistas de la talla de Ciuco Gutiérrez, Chris Makos o Javier Salas, que han ocupado las mismas paredes en los últimos tiempos. En sus fotografías Almansa sublima la belleza del cuerpo femenino rematerializándolo, buscando la rotundidad de sus curvas naturales, tratando de encontrar en él la esencia de un arte que logra el imposible de hacer visible los más ocultos secretos. Lo ha conseguido en sus trabajos para muchas de las revistas de moda y tendencias del país, y repite en esta muestra que permanecerá abierta hasta el 31 de enero de 2009 de lunes a domingo de 10 de la mañana a 11 de la noche.

Encaramada a unos tacones, la modelo Raquel Balencia aguanta como puede el viento que sopla a varios pisos de altura sobre una céntrica plaza madrileña. Atenta a las indicaciones, en un momento dado levanta los brazos y la pierna izquierda y, agarrada a un cartel luminoso, posa para el objetivo del fotógrafo. Podría ser cualquier otra azotea, cualquier otro artista, cualquier otro hotel... pero la historia sería bien diferente con que sólo una de estas variables fuera alterada. El Palace inaugura este jueves una nueva exposición de fotografía, una muestra que juega una vez más con el estilo clásico de un establecimiento que parece querer decir a los visitantes “eh, mírame, estaré a punto de cumplir cien años pero sigo teniendo una visión más moderna que muchos jóvenes de hoy en día”.