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El Museo de Pérgamo desenmascara a Dionisos
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El Museo de Pérgamo desenmascara a Dionisos

El Museo de Pérgamo de Berlín ha inaugurado una exposición monográfica dedicada a Dionisos, el dios del vino, en un recorrido cronológico a través de las

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El Museo de Pérgamo desenmascara a Dionisos

El Museo de Pérgamo de Berlín ha inaugurado una exposición monográfica dedicada a Dionisos, el dios del vino, en un recorrido cronológico a través de las múltiples formas de representación de esta enigmática deidad que abarca desde la Grecia arcaica hasta la Roma imperial. La metamorfosis y el éxtasis es el nombre de la muestra que reúne medio centenar de piezas de arte antiguo -entre esculturas de mármol, estatuillas de bronce, vasijas y terracotas- que escenifican, en sus diversas facetas, a uno de los dioses más queridos de la mitología clásica. Sus primeras representaciones, que datan de principios del siglo VI a.C., muestran al hijo de Zeus como un hombre maduro y venerable, con pelo largo y barba cuidada.

Sin embargo, siguiendo la misma transformación que sufrió su medio hermano Hermes, la imagen de Dionisos rejuvenece siglo y medio después, cuando se le presenta desnudo, barbilampiño y con un rostro afeminado y bello, difícil de diferenciar del de una mujer. Entre las obras de este periodo, sobresale la escultura de grupo en la que, ebrio, Dionisos se apoya sobre un joven sátiro desnudo que mantiene en la mano una copa de vino.

Pero en tiempos de Roma -en donde se le conoce como Baco-, Dionisos recupera la imagen primitiva del dios y vuelve a ser caracterizado en su madurez, con barba poblada y pelo rizado. Fisonomía aparte, ánforas, vasijas y platos policromados retratan al dios de la bacanal como comúnmente se le conoce: con una copa o un cuerno de vino en mano, acompañado de su séquito de sátiros, ninfas y ménades, en escenas de jaranas con música y bailes y disfrutando de abundantes manjares.

Pese a todo, los responsables de la muestra afirmaron en rueda de prensa que el objetivo de la exposición es huir de la típica "simplificación" a la que suele ser sometido para ofrecer una visión más completa de Dionisos, considerado por una buena parte de los expertos como el más polivalente y "diferente" del Olimpo.

La comisaria de la exposición, Agnes Schwarzmaier-Wormit, ha destacado que se trata de una divinidad "especial, una excepción en el Olimpo", que huye de la "imagen clasicista de los dioses" pero que a la vez es "muy representativo de la Antigüedad". Así, ha recordado que Dionisos, hijo de la mortal Sémele, era tratado entre sus semejantes como "extranjero" y "diferente", dada su naturaleza híbrida -mitad hombre, mitad humano.

La muestra, integrada físicamente en la exhibición permanente, se ocupa además de su relación con otros dioses y con los enemigos que osaron deshonrarle y desvela su especial relación con Ariadna, a quien eligió como esposa después de que ésta ayudara a Teseo a matar al minotauro y fuera abandonada a su suerte en la isla de Naxos. Asimismo, alejados de las escenas de orgías, los frisos del Altar de Pérgamo -una de las 'joyas' del Museo- descubren el lado más comprometido de Dionisos al presentarlo en lucha contra los gigantes que desean acabar con el reinado de Zeus.

Por último, una pequeña sala detalla su importancia en el teatro griego, recupera el significado de las festividades de invierno y primavera dedicadas a este dios y recuerda que, con ellas, Dionisos trataba de promover la coexistencia pacífica entre los ciudadanos de Atenas. La exhibición monográfica dedicada a Dionisos puede visitarse a partir de hoy y estará abierta al público hasta el próximo 21 de junio.

El Museo de Pérgamo de Berlín ha inaugurado una exposición monográfica dedicada a Dionisos, el dios del vino, en un recorrido cronológico a través de las múltiples formas de representación de esta enigmática deidad que abarca desde la Grecia arcaica hasta la Roma imperial. La metamorfosis y el éxtasis es el nombre de la muestra que reúne medio centenar de piezas de arte antiguo -entre esculturas de mármol, estatuillas de bronce, vasijas y terracotas- que escenifican, en sus diversas facetas, a uno de los dioses más queridos de la mitología clásica. Sus primeras representaciones, que datan de principios del siglo VI a.C., muestran al hijo de Zeus como un hombre maduro y venerable, con pelo largo y barba cuidada.

Sin embargo, siguiendo la misma transformación que sufrió su medio hermano Hermes, la imagen de Dionisos rejuvenece siglo y medio después, cuando se le presenta desnudo, barbilampiño y con un rostro afeminado y bello, difícil de diferenciar del de una mujer. Entre las obras de este periodo, sobresale la escultura de grupo en la que, ebrio, Dionisos se apoya sobre un joven sátiro desnudo que mantiene en la mano una copa de vino.

Pero en tiempos de Roma -en donde se le conoce como Baco-, Dionisos recupera la imagen primitiva del dios y vuelve a ser caracterizado en su madurez, con barba poblada y pelo rizado. Fisonomía aparte, ánforas, vasijas y platos policromados retratan al dios de la bacanal como comúnmente se le conoce: con una copa o un cuerno de vino en mano, acompañado de su séquito de sátiros, ninfas y ménades, en escenas de jaranas con música y bailes y disfrutando de abundantes manjares.

Pese a todo, los responsables de la muestra afirmaron en rueda de prensa que el objetivo de la exposición es huir de la típica "simplificación" a la que suele ser sometido para ofrecer una visión más completa de Dionisos, considerado por una buena parte de los expertos como el más polivalente y "diferente" del Olimpo.

La comisaria de la exposición, Agnes Schwarzmaier-Wormit, ha destacado que se trata de una divinidad "especial, una excepción en el Olimpo", que huye de la "imagen clasicista de los dioses" pero que a la vez es "muy representativo de la Antigüedad". Así, ha recordado que Dionisos, hijo de la mortal Sémele, era tratado entre sus semejantes como "extranjero" y "diferente", dada su naturaleza híbrida -mitad hombre, mitad humano.

La muestra, integrada físicamente en la exhibición permanente, se ocupa además de su relación con otros dioses y con los enemigos que osaron deshonrarle y desvela su especial relación con Ariadna, a quien eligió como esposa después de que ésta ayudara a Teseo a matar al minotauro y fuera abandonada a su suerte en la isla de Naxos. Asimismo, alejados de las escenas de orgías, los frisos del Altar de Pérgamo -una de las 'joyas' del Museo- descubren el lado más comprometido de Dionisos al presentarlo en lucha contra los gigantes que desean acabar con el reinado de Zeus.

Por último, una pequeña sala detalla su importancia en el teatro griego, recupera el significado de las festividades de invierno y primavera dedicadas a este dios y recuerda que, con ellas, Dionisos trataba de promover la coexistencia pacífica entre los ciudadanos de Atenas. La exhibición monográfica dedicada a Dionisos puede visitarse a partir de hoy y estará abierta al público hasta el próximo 21 de junio.