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Pequeño trozo de existencia
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Pequeño trozo de existencia

Tras Vida de Motel, su estreno como escritor, Willy Vlautin, cantante y compositor del grupo Richmond Fontaine, vuelve a la novela gracias a Northline, otra historia

Tras Vida de Motel, su estreno como escritor, Willy Vlautin, cantante y compositor del grupo Richmond Fontaine, vuelve a la novela gracias a Northline, otra historia de perdedores con la esperanza de cambiar su suerte que vuelve a tener como escenario la ciudad de Reno, donde el autor nació y creció.

 

Vlautin, que considera a Steinbeck su principal influencia, es un escritor poco ambicioso que busca básicamente que sus personajes tengan empatía con el lector. Por eso, resulta todo un acierto el tratamiento que recibe su protagonista, Allison, enésimo producto de una familia disfuncional que dejó los estudios para ponerse a trabajar y que tiene como novio a un neonazi con especial fijación por los mejicanos. Sin rastro de patetismo, la chica sufre todo tipo de penalidades mientras desarrolla sus rituales de beber vodka con seven up, darse un baño de agua caliente o escuchar sus viejas cintas de Patti Page.

 

La vida misma se traslada a estas páginas en las que el autor deja que los pequeños detalles de sus acciones hablen más que su prosa, límpida y directa: “Hizo una pausa y bebió de la lata. Se le disparó la ansiedad y volvió a llorar. Se levantó y se acercó a un cajón de la cocina. Cogió un viejo cuchillo de sierra y apretó el filo de la hoja contra su muñeca. Poco a poco, la sangre empezó a gotear sobre el acero. Ella siguió allí, intentando apretar más, pero sentía demasiado dolor y no pudo. Se sentó en el suelo de la cocina, llorando, y se envolvió el brazo que sangraba con un trapo” (p. 164)

 

Pero entre todo este realismo se cuelan una serie de momentos que dan un contrapunto perfecto a las vivencias un tanto traumáticas de la joven. Son aquellos instantes en los que se imagina hablando con Paul Newman, el único capaz de dar sosiego a su agitado espíritu, que se quiere explicar a través de esas pequeños escritos en los que plasma su angustia interior, esa que le lleva a abandonarlo todo.

 

Su huida desde Las Vegas a Reno se viene a sumar a la interminable lista de odiseas emprendidas por multitud de personajes de ficción que en el fondo no hacen otra cosa que intentar un imposible: huir de sí mismos. Pero su viaje pone de relieve sus rasgos más característicos a la par que saca a la luz sus motivaciones más profundas, por aquello que ante las dificultades fluye la verdadera esencia de todo ser humano, despojado de sus teatrales cotidianeidades.

 

Northline, que será adaptado al cine por Courtney Hunt -reconocida en Sundance por Frozen River-, es hipnótico y fluido, y logra sus máximos resultados gracias a unos diálogos realistas y convincentes de unos personajes sabiamente creados. Si bien el trazo de toda la historia así como su estilo podría tener mayor fuerza, lo cierto es que consigue lo que se propone: que un pequeño trozo de vida sea capaz de atrapar al lector.

 

LO MEJOR: Los encuentros imaginados con Paul Newman.

 

LO PEOR: Un estilo poco brillante.

 

 

Extracto de Northline leido por el propio Willy Vlautin, acompañado de uno de los temas compuestos especialmente para el libro.

 

 

Tras Vida de Motel, su estreno como escritor, Willy Vlautin, cantante y compositor del grupo Richmond Fontaine, vuelve a la novela gracias a Northline, otra historia de perdedores con la esperanza de cambiar su suerte que vuelve a tener como escenario la ciudad de Reno, donde el autor nació y creció.