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El formol arruina a los galeristas de arte contemporáneo
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SUBASTA DE OBRAS DE DAMIÁN HIRST

El formol arruina a los galeristas de arte contemporáneo

Metió un tiburón en formol y lo vendió a principios de los 90 por ocho millones de euros. Le cogió gusto a la fórmula e inmortalizó

Foto: El formol arruina a los galeristas de arte contemporáneo
El formol arruina a los galeristas de arte contemporáneo

Metió un tiburón en formol y lo vendió a principios de los 90 por ocho millones de euros. Le cogió gusto a la fórmula e inmortalizó luego a vacas, cerdos, terneros… Damien Hirst puede ser considerado como un loco, un excéntrico o incluso un aprovechado. Pero esto tan sólo son interpretaciones. Los datos objetivos revelan que es el artista vivo mejor pagado de la historia y que su fortuna asciende a los mil millones de dólares, alrededor de 800 millones de euros.
 
El creativo siempre ha sido el niño mimado de los marchantes británicos, pero cuando menos lo esperaban les ha dejado tirados con una decisión que ha supuesto una auténtica revolución en el mercado del arte. El conocido como
enfant terrible ha decidido pasar por encima de las galerías y vender directamente su obra a través de las casas de subastas. La fórmula se somete a su primer examen la próxima semana. De tener éxito, las pérdidas para los que, hasta ahora actuaban de intermediarios, podrían elevarse hasta los 54 millones de euros.
 
El órdago es importante. Hirst se ha puesto en contacto con la casa de subastas Sotheby´s y entre el lunes y el martes espera vender 223 obras inéditas realizadas en los dos últimos años y valoradas en 90 millones de euros. Hasta ahora, la producción de un artista iba primero a un marchante o una galería, que eran los encargados de colocarla en el mercado, y la casa de subastas sólo intervenía en el caso de obras de al menos cinco años de antigüedad, margen que últimamente se había reducido a sólo dos años en algunos casos. El negocio suponía para los marchantes entre el 50% o 60% del precio final de la obra.
 
Los beneficios con artistas convencionales no eran desorbitados, pero con el caso de Hirts todo es distinto. Un ejemplo, el año pasado logró vender una calavera con 8.601 diamantes por 74 millones de euros. El coste de producción sólo había sido de 20. El olfato para sus creaciones lo aplicó luego en sus ratos libres. En 2004 sacó a subasta el contenido del restaurante londinense Pharmacy, también de su propiedad, y por taburetes en forma de aspirinas, lámparas simulando fórmulas químicas, esculturas en forma de hélice del ADN y estanterías de farmacia se pagaron 15 millones de euros.
  
El mutismo de los afectados de su última decisión es absoluto. Ni la National Gallery, ni la White Cube Gallery (con la que Hirst había trabajado en los últimos años) han querido realizar a Cotizalia comentario al respecto. Tampoco se ha querido pronunciar la casa de subastas implicada, Sotheby's, quien ha renunciado a sus honorarios para que, en caso de que fórmula funcione, el artista se lleve el cien por cien de los beneficios. "No queremos especular con este asunto", mencionó ayer un portavoz. Claro que tampoco han salido con las manos vacías. Sólo lo que Hirst les ha aportado en publicidad compensa. Se calcula que en tan sólo cinco días, más de siete mil personas se han acercado a ver los lotes que se muestran a modo de exposición ocupando auténticamente todas las salas de la casa de subastas localizada en la exclusiva zona de New Bond Street.
 
Los multimillonarios de Londres y de las afueras han mordido el anzuelo y se espera que la subasta sea todo un éxito. La pieza estrella será sin duda "El becerro de oro", un ternero conservado nuevamente en formol, adornado con una aureola, pezuñas y cuernos de oro de 18 quilates. Se espera que alcance los 15 millones de euros.
 
"Los precios del arte contemporáneo han alcanzado cuotas tan estúpidas que no sé cómo no se ha planteado Hirst esto antes", asegura a Cotizalia Paul Wynter, director de la prestigiosa web Londonart. "Será interesante ver cómo reacciona el mercado del arte a esta nueva propuesta. No hay tanto dinero como hace seis meses, por lo tanto habrá que estar expectante", matiza.

A pesar de la crisis, el experto considera que las obras se acabarán vendiendo. La  gran compradora podría ser la novia del multimillonario ruso Roman Abramovich  quien antes de verano ya se gastó en dos minutos 120 millones de dólares en obras de arte que serán exhibidas este mes en la galería de arte que ha abierto en Moscú.

"Los merchantes siempre quieren un control total sobre los artistas. La pérdida de su niño preferido les va a costar millones. Además, si la fórmula funciona muchos otros también prescindirán de su trabajo.  Sin duda, salas como Gagosian o White Cube tendrán ahora mucho cuidado a la hora de cerrar los contratos", matiza.

Metió un tiburón en formol y lo vendió a principios de los 90 por ocho millones de euros. Le cogió gusto a la fórmula e inmortalizó luego a vacas, cerdos, terneros… Damien Hirst puede ser considerado como un loco, un excéntrico o incluso un aprovechado. Pero esto tan sólo son interpretaciones. Los datos objetivos revelan que es el artista vivo mejor pagado de la historia y que su fortuna asciende a los mil millones de dólares, alrededor de 800 millones de euros.
 
El creativo siempre ha sido el niño mimado de los marchantes británicos, pero cuando menos lo esperaban les ha dejado tirados con una decisión que ha supuesto una auténtica revolución en el mercado del arte. El conocido como
enfant terrible ha decidido pasar por encima de las galerías y vender directamente su obra a través de las casas de subastas. La fórmula se somete a su primer examen la próxima semana. De tener éxito, las pérdidas para los que, hasta ahora actuaban de intermediarios, podrían elevarse hasta los 54 millones de euros.
 
El órdago es importante. Hirst se ha puesto en contacto con la casa de subastas Sotheby´s y entre el lunes y el martes espera vender 223 obras inéditas realizadas en los dos últimos años y valoradas en 90 millones de euros. Hasta ahora, la producción de un artista iba primero a un marchante o una galería, que eran los encargados de colocarla en el mercado, y la casa de subastas sólo intervenía en el caso de obras de al menos cinco años de antigüedad, margen que últimamente se había reducido a sólo dos años en algunos casos. El negocio suponía para los marchantes entre el 50% o 60% del precio final de la obra.
 
Los beneficios con artistas convencionales no eran desorbitados, pero con el caso de Hirts todo es distinto. Un ejemplo, el año pasado logró vender una calavera con 8.601 diamantes por 74 millones de euros. El coste de producción sólo había sido de 20. El olfato para sus creaciones lo aplicó luego en sus ratos libres. En 2004 sacó a subasta el contenido del restaurante londinense Pharmacy, también de su propiedad, y por taburetes en forma de aspirinas, lámparas simulando fórmulas químicas, esculturas en forma de hélice del ADN y estanterías de farmacia se pagaron 15 millones de euros.
  
El mutismo de los afectados de su última decisión es absoluto. Ni la National Gallery, ni la White Cube Gallery (con la que Hirst había trabajado en los últimos años) han querido realizar a Cotizalia comentario al respecto. Tampoco se ha querido pronunciar la casa de subastas implicada, Sotheby's, quien ha renunciado a sus honorarios para que, en caso de que fórmula funcione, el artista se lleve el cien por cien de los beneficios. "No queremos especular con este asunto", mencionó ayer un portavoz. Claro que tampoco han salido con las manos vacías. Sólo lo que Hirst les ha aportado en publicidad compensa. Se calcula que en tan sólo cinco días, más de siete mil personas se han acercado a ver los lotes que se muestran a modo de exposición ocupando auténticamente todas las salas de la casa de subastas localizada en la exclusiva zona de New Bond Street.
 
Los multimillonarios de Londres y de las afueras han mordido el anzuelo y se espera que la subasta sea todo un éxito. La pieza estrella será sin duda "El becerro de oro", un ternero conservado nuevamente en formol, adornado con una aureola, pezuñas y cuernos de oro de 18 quilates. Se espera que alcance los 15 millones de euros.
 
"Los precios del arte contemporáneo han alcanzado cuotas tan estúpidas que no sé cómo no se ha planteado Hirst esto antes", asegura a Cotizalia Paul Wynter, director de la prestigiosa web Londonart. "Será interesante ver cómo reacciona el mercado del arte a esta nueva propuesta. No hay tanto dinero como hace seis meses, por lo tanto habrá que estar expectante", matiza.