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Agustín Lara, un rompecorazones atípico que hizo de su vida una leyenda
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Agustín Lara, un rompecorazones atípico que hizo de su vida una leyenda

El compositor Agustín Lara, fallecido en 1970, fue uno de los mayores rompecorazones de México en el siglo XX pese a no ser apuesto, llevar dentadura

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Agustín Lara, un rompecorazones atípico que hizo de su vida una leyenda

El compositor Agustín Lara, fallecido en 1970, fue uno de los mayores rompecorazones de México en el siglo XX pese a no ser apuesto, llevar dentadura postiza y mostrar una gran cicatriz en su cara, lo que sólo ayudó a acrecentar los misterios de su vida, indicaron en entrevista sus biógrafos. "Agustín Lara era un hombre hecho para la fama", sostuvo el mexicano Pável Granados, quien junto con su compatriota Guadalupe Loaeza ha escrito Mi novia, la tristeza, una biografía del artista.

Lara, un conquistador nato con miles de admiradoras, muchas amantes y al menos seis esposas, cantó a la mujer y al romanticismo enamorando a decenas de generaciones de mexicanos. Loaeza reconoció que Lara "era un poco utilitario con las mujeres", ya que éstas "se convertían en una continuidad de él. Eran inteligentes y sensibles, pero a Lara le encantaba ser pigmalión, transformarlas. Las recibía metafóricamente en bruto y él las pulía, las corregía", enseñándoles desde moda a modales.

"Era un hombre muy infiel, básicamente infiel, pero cuando estaba ahí, estaba al cien por cien. Cuando tenía su pareja la hacía sentir como la única mujer del mundo", sostuvo. Recordó que "las llenaba de regalos, las amaba, les cantaba al oído, hacía el amor con ellas de una forma apasionada porque era un amante espléndido, pero a la vez podía ser muy evasivo, incluso se casaba sabiendo que ese matrimonio no contaba" porque seguía casado con alguna otra mujer.

Granados relató cómo, una vez muerto Lara, cuando algunas de sus viudas fueron a reclamar la herencia, descubrieron que sus matrimonios eran falsos y que el compositor había contratado actores para hacer de juez o sacerdote. Recordó también cómo a la actriz mexicana María Félix, considerada una de las mujeres más bellas de su época, la tuvo "sólo como trofeo, ya que acrecentaba su hombría salir con ella".

Loaeza agregó cómo el escritor de María Bonita llenó su vida de sombras para convertirse en leyenda, cómo el misterio de su nacimiento. La versión oficial que siempre sostuvo Lara fue que nació el 30 de octubre de 1900, en Tlacotalpan, en el estado de Veracruz, y sin embargo Loaeza y Granados, tras una década de investigación, indicaron que fue en la capital mexicana tres años antes.

"Era parte de su encanto, quitarse años, dónde nació realmente, si estaba casado o no y con quién, qué pasó desde su nacimiento hasta 1928, y muchas más", dijo. Datos que no se han podido confirmar, como si trabajó en prostíbulos, si fue a un colegio militar, si su padre lo echó de casa, o si luchó con Pancho Villa en la revolución mexicana, por destacar algunos hechos de los que se jactaba.

"Yo la verdad lo dudo, Lara siempre dio una versión tan novelesca y tan perfecta de su vida que me cuesta creerla, además de que se contradice con la mayoría de testimonios de personas que entrevisté", dijo Granados, para añadir que "mintió mucho". "Hay un hueco de 31 años que no lo llenas con nada", señaló Loaeza.

De todas formas, Granados aseguró que "la cicatriz es su principal mentira, la más productiva", ya que Lara cada vez relataba una historia diferente sobre cómo se la hizo, lo que le dio aún más fama. Según los investigadores, se la hizo una prostituta enamorada de él en un ataque de celos con una navaja de barbero, arrancándole media encía superior con los dientes y la mejilla izquierda. "De ahí el gesto 'chueco' (torcido) característico de Lara", ya que la dentadura postiza que llevaba no se sostenía sola.

El libro relata también cómo al autor de más de cuatrocientos temas del cancionero mexicano se le atribuyen al menos ocho que realmente no son suyas, como Canta, Guitarra, El adiós del soldado, o Sol de Veracruz, y además fue acusado de plagio en varias ocasiones.

La novela biográfica aborda también su "embrujo" con España, país al que compuso más de 32 temas, como Granada, Sevilla o el pasodoble Madrid. "La vida de Lara nunca eclipsó su obra, se valía de su leyenda para sostenerla, que es diferente", concluyó Loaeza.

El compositor Agustín Lara, fallecido en 1970, fue uno de los mayores rompecorazones de México en el siglo XX pese a no ser apuesto, llevar dentadura postiza y mostrar una gran cicatriz en su cara, lo que sólo ayudó a acrecentar los misterios de su vida, indicaron en entrevista sus biógrafos. "Agustín Lara era un hombre hecho para la fama", sostuvo el mexicano Pável Granados, quien junto con su compatriota Guadalupe Loaeza ha escrito Mi novia, la tristeza, una biografía del artista.