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Pérez-Reverte: "Soy un leal mercenario de mí mismo, de mis amores y odios"
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Pérez-Reverte: "Soy un leal mercenario de mí mismo, de mis amores y odios"

Arturo Pérez Reverte no pretende ser "referente moral ni partero intelectual de nadie". Se considera tan sólo "un novelista accidental" al que le gusta contar historias,

Foto: Pérez-Reverte: "Soy un leal mercenario de mí mismo, de mis amores y odios"
Pérez-Reverte: "Soy un leal mercenario de mí mismo, de mis amores y odios"

Arturo Pérez Reverte no pretende ser "referente moral ni partero intelectual de nadie". Se considera tan sólo "un novelista accidental" al que le gusta contar historias, pero nunca siente sobre sus hombros "el pesado fardo de la responsabilidad moral del artista".

"Soy un leal mercenario de mí mismo, de mis gustos, de mis aficiones, de mis sueños, de mi imaginación, de mis amores y mis odios", proclamaba Pérez-Reverte al intervenir en la tercera y última jornada del ciclo Lecciones y maestros, que ha servido para profundizar en la obra de ese escritor universal que es Mario Vargas Llosa y en la de dos de los novelistas españoles de mayor repercusión internacional: Javier Marías y el autor de La Reina del Sur.

Pérez-Reverte (Cartagena,Murcia, 1951) suele decir siempre lo que piensa, caiga quien caiga, y no se esperaba menos de él. Ante numerosos críticos literarios, escritores y expertos, el novelista arremetió contra quienes se dedican al "lado solemne de la literatura" y contra los críticos que "viven del cuento de contar 'no cómo son', sino 'cómo deberían ser' los libros que escriben otros".

"Esos libros que ellos, naturalmente, escribirían con suma facilidad, si quisieran. Lo que pasa es que no quieren", apostilló el escritor, quien al comienzo de su trayectoria literaria fue maltratado por parte de la crítica española. La cosa cambió cuando Pérez Reverte, cuya obra está traducida a 35 idiomas, empezó a ganar numerosos premios en el extranjero, como el que le acaban de dar en Italia a la mejor novela extranjera por "El pintor de batallas".

En su discurso, titulado La mochila de Jim Hawkins, criticó también a aquellos que sólo consideran válida "la literatura difícil y minoritaria", y, fiel a su "costumbre de hacer amigos", lanzó dardos contra "los creadores de opinión literaria" y "cagatintas analfabetos" cuya memoria "empieza ayer por la tarde. Los que no se manejan más que de Cortázar para acá".

Este escritor dotado para contar historias apasionantes se considera "un lector contumaz que incluso cuando escribe lo que está haciendo en realidad es leer una vez más". Y hoy dejaba clara en su intervención su gran deuda con tantos y tantos autores, desde los clásicos grecolatinos hasta los reyes del best seller. ¿Por qué desdeñarlos?

El único "compromiso" de Pérez-Reverte como escritor "es contar una historia de forma eficaz". "Escribo lo que quiero porque me gusta hacerlo, porque así vivo otras vidas además de las mías, porque ajusto cuentas con el pasado, porque me pagan, por lo que sea. Y me leen porque quieren leerme. Mi responsabilidad termina en el momento en que entrego el mejor texto posible a mi editor", aseguraba.

Arturo Pérez Reverte no pretende ser "referente moral ni partero intelectual de nadie". Se considera tan sólo "un novelista accidental" al que le gusta contar historias, pero nunca siente sobre sus hombros "el pesado fardo de la responsabilidad moral del artista".