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Helmut Newton dignifica a los enervantes 'paparazzi' con una exposición
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Helmut Newton dignifica a los enervantes 'paparazzi' con una exposición

La Fundación Helmut Newton dignifica con la exposición Pigozzi and the Paparazzi el mundo de estos reporteros, enervantes cazadores de famosos en momentos embarazosos, por los

Foto: Helmut Newton dignifica a los enervantes 'paparazzi' con una exposición
Helmut Newton dignifica a los enervantes 'paparazzi' con una exposición

La Fundación Helmut Newton dignifica con la exposición Pigozzi and the Paparazzi el mundo de estos reporteros, enervantes cazadores de famosos en momentos embarazosos, por los que el maestro de la fotografía de estudio sintió una fraternal fascinación.

Lady Di en bañador por Saint-Tropez, en 1997; Michael Jackson tapándose el rostro en el balcón del Hotel Carlton de Cannes, ese mismo año; Franz Sinatra bostezando y Romy Schneider desnuda al sol, ambos a finales de los 70, o Sean Pean asestándole un puñetazo al Paparazzo Ron Galella: la muestra no tiene desperdicio desde el punto de vista del mitómano o del mero curioso.

La exposición, inaugurada en el museo consagrado a la memoria de Newton en Berlín, recoge 350 imágenes míticas, a veces consentidas por los fotografiados, a veces "robadas" a famosos o famosillos en permanente relación de amor-odio hacia los paparazzi. "A mi marido le fascinaban los paparazzis. Él, que invertía horas en una foto de estudio, adoraba la inmediatez de las imágenes fuera de control de sus colegas", explicó June Newton, viuda del maestro, fallecido en el 2004 en Los Ángeles.

Los esculturales desnudos femeninos de Newton saludan al visitante del Museo, fruto de la donación en vida de ese fotógrafo judío a la ciudad donde nació, en 1920, y de la que se marchó durante el nazismo.

Hasta mediados del próximo noviembre, los desnudos artísticos de Newtom estarán acompañados por esa gran muestra de fotografías de los paparazzi, recopiladas por uno de los nombres míticos de la profesión, Jean Pigozzi."No siempre gusta ser un agresivo perseguidor, pero hay que pagar el alquiler", explicó Pigozzi, respecto a la "motivación" que mueve a estos reporteros a actuar como cazadores de momentos robados.

"Diferenciamos el trabajo del paparazzo clásico de los años 30 a los 90, de la persecución brutal que ahora se emplea. Ese está deliberadamente fuera de la muestra", apuntó Matthias Harder, comisario de la Fundación.

Pigozzi, Ron Galella, Erich Salomon, Arthur Fellig Weegee, Daniel Angeli y Edward Quinn son los paparazzi legendarios presentes en la exposición. La gran diferencia entre ellos y los "brutales" perseguidores a que se refiere Harder es en ocasiones una mera cuestión de técnica. "Hoy todo es posible. Tomas cien imágenes con la digital, escondida en la palma de la mano, y alguna sale", admite Pigozzi. "Sin olvidar las licencias que permite el fotoshop", añade.

Nunca captaron tan demoledoras imágenes

Los reporteros de antes nunca captaron tan demoledoras imágenes de ídolos del pop en sus momentos de peor ruina física o psíquica como las que se ven ahora de Britney Spears o Amy Winehouse. Ello no quita que su presencia no siempre fuera deseada, como ilustra una imagen de Galella acosando a Marlon Brando y protegido con un casco; un año antes de aquello el actor le había roto varios dientes al reportero.

Las mismas estrellas que un día buscan la cámara, un rato después pueden detestar al paparazzo. Sea porque están hartos, de mal humor o porque tras varias horas de excesos ya no están guapos. "Nuestra relación con los famosos es de cierto coleguismo", afirmo Pigozzi. Su colección de famosos en discotecas y fiesta incluye un muestreo de fotografías en la que él mismo posa con sus "perseguidos".

A distancia del acoso brutal -"y hasta asesino", apunta Harder-, la muestra es exponente de la complicidad entre el reportero y la estrella en sus buenos momentos, y también de lo que Pigozzi calificaba de "sentido de la oportunidad". Ahí están Keith Richard durmiendo la mona bajo la mirada complacida de Mick Jagger, en una fotografía de 1971;y también Al Pacino soltando un inútil "No pictures" a la cámara.

Todos ellos son objetos de museo, erigidas por obra y gracia de Helmut Newton en piezas artísticas, a prudente distancia de las imágenes robabas de un pezón saltando del escote o de una famosa bajando del auto sin bragas. Para Harder, esas piezas no tienen ni tendrán espacio en su Fundación.

La Fundación Helmut Newton dignifica con la exposición Pigozzi and the Paparazzi el mundo de estos reporteros, enervantes cazadores de famosos en momentos embarazosos, por los que el maestro de la fotografía de estudio sintió una fraternal fascinación.