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Cannes pasa su ecuador con buen cine pero dominada por el síndrome de Indiana
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Cannes pasa su ecuador con buen cine pero dominada por el síndrome de Indiana

La 61 edición del Festival de Cannes pasa su ecuador con un balance positivo en las películas en competición, que sin embargo se vieron eclipsadas

La 61 edición del Festival de Cannes pasa su ecuador con un balance positivo en las películas en competición, que sin embargo se vieron eclipsadas por un arqueólogo, Indiana Jones, y, en menor medida, por un neoyorquino tímido, bajito y genial, Woody Allen.

El estreno en Cannes, fuera de concurso, de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, la cuarta entrega de la saga que ha gustado a los fans y decepcionado al resto, y de Vicky Cristina Barcelona, una buena comedia protagonizada por Penélope Cruz, Scarlett Johansson y Javier Bardem, acapararon toda la atención.

Aunque también tuvieron su protagonismo los osos de Kung Fu Panda, la última de animación de Dreamworks, o el sincero documental sobre Mike Tyson, el ex campeón mundial del boxeo que conmovió con su imagen vulnerable.

Concesiones a lo comercial del festival de cine más grande del mundo, como no se cansan de repetir por aquí, que también ha ofrecido hasta ahora unas cuantas buenas películas. Como Leonera, del argentino Pablo Trapero, que ha recibido elogios entusiastas, para la película en general y para su protagonista en particular, Martina Gusman, o como Gomorra, una hiperrealista visión de la Camorra napolitana a través de la vida diaria de algunos de sus peones de menor nivel.

Los hermanos Dardenne buscan su tercera Palma de Oro

También ha gustado el último drama social de los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne, abonados a Cannes y que buscan su tercera Palma de Oro con Le silence de Lorna, en la que fotografían con crudeza la realidad de la inmigración ilegal. Sin olvidar la original propuesta del israelí Ari Folman, con su documental animado sobre el papel de Israel en la terrible matanza de palestinos en Sabra y Chatila (Líbano) en 1982.

Todas ellas cumplen además los requisitos mencionados el primer día por el presidente del Jurado de la competición oficial, Sean Penn. "Cualquiera que sea nuestra decisión para la Palma de Oro tenemos todos una misma idea, debemos estar seguros de que el cineasta que hizo ese filme era consciente de la situación, de la época del mundo en que vive", afirmó Penn en la rueda de prensa de presentación del jurado.

Otras películas en competición han gustado, pero menos, como es el caso de Un conte de Noël, de André Desplechin, tachada injustamente de demasiado francesa, o 24 City, de Jia Zhangke, un documental ficcionado sobre el destino de una fábrica china desde la década de los sesenta, mientras que Blindness, el esperado filme de Fernando Meirelles que abrió el Festival, decepcionó.

Tampoco entusiasma otro brasileño, Walter Salles

No han entusiasmado la brasileña Linha de passe, de Walter Salles y Daniela Thomas, Serbis, del filipino Brillante Mendoza, ni Uç Maymun, del turco Nuri Bilge Ceylan.

En general buen balance -pero no excelente- en el sector de la competición oficial, y eso que aún faltan por llegar algunos de los pesos pesados de este año.

Hoy será el turno de Clint Eastwood y Changeling, con Angelina Jolie como protagonista, y el jueves el de Steven Soderbergh, con su larguísima visión del Che (en realidad son dos películas), de 4 horas y media, con Benicio del Toro.

Quedan Wenders, Lucrecia Martel y Charlie Kauffman

Palermo Shooting, de Wim Wenders; La mujer sin cabeza, de la argentina Lucrecia Martel; Synedoche New York, de Charlie Kaufman (debut tras la cámara de este guionista, responsable de ¡Olvídate de mí! ), son otras de las películas aún por venir.

Y fuera de la competición oficial, a destacar el homenaje al casi centenario realizador portugués Manoel de Oliveira, la buena acogida al filme Hunger, de Steve McQueen, que abrió la sección Un certain regard, y la amplia presencia latinoamericana.

Mucho cine y muy variado en calidad y poco en temático, con la familia como clara dominante en la primera parte del Festival en su sección oficial, mientras fuera del Palacio de Festivales la pequeña ciudad de Cannes se llena de glamour, yates y fiestas cada noche, si la lluvia lo permite.

La 61 edición del Festival de Cannes pasa su ecuador con un balance positivo en las películas en competición, que sin embargo se vieron eclipsadas por un arqueólogo, Indiana Jones, y, en menor medida, por un neoyorquino tímido, bajito y genial, Woody Allen.