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Blas de Lezo, un héroe maltratado
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Blas de Lezo, un héroe maltratado

Se sorprende del autor de esta biografía de que “el almirante más condecorado de la historia de España tiene un monumento en… ¡Colombia!” (p. 12); en

Foto: Blas de Lezo
Blas de Lezo

Se sorprende del autor de esta biografía de que “el almirante más condecorado de la historia de España tiene un monumento en… ¡Colombia!” (p. 12); en realidad, no es ninguna sorpresa. Primero, no se distingue este país por su ‘eugenia’; segundo, Blas de Lezo, ese militar tan condecorado, fue vilipendiado ya en su propia época; y tercero, hay varias razones para echar tierra sobre su hazaña más memorable, la victoria y salvación de Cartagena de Indias en 1742, en apabullante inferioridad numérica, ante la inmensa flota británica comandada por Lord Vernon, una verdadera ‘armada invencible’ concebida y publicitada como tal. En Madrid, por ejemplo, no hay siquiera una calle a su nombre, pero sí con el del cobarde y torpísimo almirante Cervera, que todavía hoy sigue gozando de muy buena prensa. Afortunadamente, en los últimos años se está intentando hacer justicia con este brillante marino que, quizá, fue quien prolongó en seis décadas la dominación española en América.

[Blas de Lezo o la gran derrota que los ingleses han censurado]

Además de la fragata F-103, que lleva su nombre, hace un par de años Áltera publicaba una biografía novelada de Blas de Lezo (Comprar libro), coincidiendo con una pequeña moda por la marina española: Victorias por mar de los españoles (Comprar libro), El gran duque de Osuna y su marina (Comprar libro), Álvaro de Bazán. El mejor marino de Felipe II (Comprar libro), Viajes de Jorge Juan y Santacilia, Tras las huellas de Malaspina, La batalla naval de las Dunas (Comprar libro)y, por supuesto, la abundante bibliografía acerca de Trafalgar y sus marinos. El libro de José Manuel Rodríguez parecería que viene a cubrir la falta de una biografía ‘definitiva’ del marino vasco, pero no es así, ni por intención ni por resultado. Comienza el Prólogo: “Hay una opinión muy extendida entre ciertos historiadores acerca de la decadencia española y de su manifiesta inferioridad militar y económica en el siglo XVIII” y en este ensayo, que adopta a Blas de Lezo como hilo conductor, se propone rebatir esa extendida opinión.

La explicación de la situación política y militar de las colonias americanas, así como del estado de la marina española ilustrada, ocupa más espacio que la narración de la vida del almirante vasco y, de esta, destaca en extensión el relato de la defensa de Cartagena, el episodio más conocido y brillante de su carrera, mientras permanecen en relativa tiniebla el resto de sus hazañas y hechos militares. El ensayo, pues, no aporta nada nuevo, pero al no haber bibliografía accesible –al margen de la novela de Pablo Victoria- ni tampoco, es cierto, demasiados datos del insigne almirante, hemos de conformarnos. Trata, como no podía ser de otro modo, la captura del Stanhope, o la persecución de piratas en la costa del Perú, o su participación en la captura y posterior socorro de Orán, pero sin demasiada extensión y el lado humano del personaje queda totalmente oculto.

Lamentablemente, tampoco la redacción está a la altura del personaje; el texto está plagado de errores, que incluyen una sintaxis arbitraria y una falta de fluidez general que estorban la lectura, así como muchas de las notas a pie de página, innecesarias para el lector medianamente culto que es el esperado para este tipo de ensayo. El capítulo XI debería reescribirse por completo debido a la pésima organización de la exposición. El vasco que salvó al imperio español no está mal como introducción a la guerra naval del siglo XVIII pero, como biografía no resulta satisfactoria. Blas de Lezo, valiente y brillante héroe de nuestra historia, sigue maltratado y en espera de reparación.

LO MEJOR: la descripción de la Armada española del XVIII.

LO PEOR: la descuidada edición.

Se sorprende del autor de esta biografía de que “el almirante más condecorado de la historia de España tiene un monumento en… ¡Colombia!” (p. 12); en realidad, no es ninguna sorpresa. Primero, no se distingue este país por su ‘eugenia’; segundo, Blas de Lezo, ese militar tan condecorado, fue vilipendiado ya en su propia época; y tercero, hay varias razones para echar tierra sobre su hazaña más memorable, la victoria y salvación de Cartagena de Indias en 1742, en apabullante inferioridad numérica, ante la inmensa flota británica comandada por Lord Vernon, una verdadera ‘armada invencible’ concebida y publicitada como tal. En Madrid, por ejemplo, no hay siquiera una calle a su nombre, pero sí con el del cobarde y torpísimo almirante Cervera, que todavía hoy sigue gozando de muy buena prensa. Afortunadamente, en los últimos años se está intentando hacer justicia con este brillante marino que, quizá, fue quien prolongó en seis décadas la dominación española en América.