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Una incombustible Patti Smith puso el broche de oro a la Noche de los Libros
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Una incombustible Patti Smith puso el broche de oro a la Noche de los Libros

Muchos fueron los escritores congregados en esta noche especial que se celebró en Madrid con motivo del Día del Libro. Se habló por todas partes de

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Una incombustible Patti Smith puso el broche de oro a la Noche de los Libros

Muchos fueron los escritores congregados en esta noche especial que se celebró en Madrid con motivo del Día del Libro. Se habló por todas partes de Literatura y las librerías se vistieron de gala abriendo hasta la medianoche. Lugares como el Círculo de Bellas Artes se convirtieron en epicentro gracias a actividades como la lectura ininterrumpida de El Quijote y a la presencia de un Juan Gelman, que a pesar de confesar estar agotado después de toda la vorágine de recibir el Cervantes de manos del Rey, mostró un fino humor a la par que desarrolló un brillante abanico de descripciones de la poesía.

Otro punto álgido de la noche, aunque no por la intensidad de demostró el invitado, fue la charla que el francés Michel Houellebecq ofreció sobre sus influencias y sobre los libros que le marcaron en su niñez. Los allí congregados se quedaron con ganas de algo más candente de un autor tan polémico como él, odiado y amado a partes iguales.

Pero el momento mágico llegó a las diez y media de la noche. Patti Smith apareció en el escenario de la Real Casa de Casa de Correos, en la Puerta del Sol, y se marcó un concierto de hora y media en el que no faltaron referencias a poetas como Allen Ginsberg, o a creadores españoles como Goya, Picasso y Lorca. Fue precisamente momentos antes de dedicarle al autor granadino una de sus canciones, cuando se produjo uno de los momentos curiosos de la noche. Patti empezó a reírse con su hijo Jackson, que la acompañaba a la guitarra: "Yo estoy pensando en Lorca y mi hijo en el 'chiki-chiki'", bromeó la artista, arrancando algunas carcajadas entre los asistentes.

La cita, sin duda, fue muy desenfadada. Tanto que hubo momentos en los que Smith se despistó y olvidó la letra de alguna de sus canciones. Pero no hubo mayor problema: encandiló a la gente con su lectura de poemas o con su aire que se volvía especialmente bohemio cuando sacaba esas gafas redondas para leer cosas como Perfect Moon, una de sus creaciones.

La complicidad con su hijo Jackson, pero también con su fiel teclista Tony Shanahan, que le hizo los coros, hizo de ésta una velada muy especial en la que sonaron grandes temas como In My Blakean Year, y sobre todo People Have the Power, con la que con el puño en alto y el coro de los 750 asistentes, la cantante cerró la noche.

Patti Smith demostró que sigue incombustible. Su voz sonó muy potente y consiguió poner a la gente en pie en varios momentos de la actuación. De esta forma, la musa underground sigue siendo todo un referente pasen los años que pasen y demostró que la música puede ser pura poesía cuando hay tanto talento detrás.

Muchos fueron los escritores congregados en esta noche especial que se celebró en Madrid con motivo del Día del Libro. Se habló por todas partes de Literatura y las librerías se vistieron de gala abriendo hasta la medianoche. Lugares como el Círculo de Bellas Artes se convirtieron en epicentro gracias a actividades como la lectura ininterrumpida de El Quijote y a la presencia de un Juan Gelman, que a pesar de confesar estar agotado después de toda la vorágine de recibir el Cervantes de manos del Rey, mostró un fino humor a la par que desarrolló un brillante abanico de descripciones de la poesía.