Intelectuales y amigos recuerdan a Octavio Paz en el décimo aniversario de su fallecimiento

Escritores, poetas, y amigos recordaron al Premio Nobel de Literatura 1990, el mexicano Octavio Paz, en el décimo aniversario de su fallecimiento en el Palacio de Bellas Artes, principal recinto cultural de México.

En un encuentro, que concluyó cerca de la medianoche, cientos de personas que llenaron la sala principal se congregaron para rendir un homenaje a uno de los escritores fundamentales para la cultura mexicana.

En la ceremonia participaron sus compañeros literarios, entre ellos, el premio Nobel de Literatura 1992, Derek Walcott, su colega y más cercano colaborador en los últimos años el historiador Enrique Krauze, y los escritores Teodoro González de León, Orlando González Esteva y Michel Deguy.

Además, presentaron sus testimonios en vídeo sus amigos Juan Goytisolo, Hugo Thomas, Ramón Xirau, Tomás Segovia o Yves Bonnefoy, quienes evocaron diversos aspectos de la personalidad del poeta y de la amistad de que los mantuvo unidos durante muchos años.

"Aprendí que el diálogo en la amistad es un ejercicio de crítica compartida. Sabía darle el tiempo a las ideas para que brotaran; con el apoyo de su memoria luminosa, se revelaban sus lecturas universales, sus experiencias y la enorme diversidad de sus amigos y conocidos", dijo Teodoro González de León,

Todos los congregados para evocar a Paz coincidieron en su pasión en defensa de la libertad y lo definieron como un hombre comprometido con el mundo.

Krauze señaló la ausencia del maestro que dejó a todos sus amigos en una orfandad intelectual en la que quedaron al menos tres generaciones de amigos y colaboradores de Paz.

"Difícil resulta creer que quienes entonces tenían 50 ó 60 años pudiesen considerarse huérfanos, pero la orfandad no tiene fecha de caducidad", indicó el historiador.

Además de la viuda del poeta Marie José Paz, sus amigos y admiradores de su obra, al acto asistieron personajes y funcionarios del mundo de la cultura mexicana, entre ellos, el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sergio Vela, y la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Teresa Franco.

La velada concluyó con la interpretación de la obra Manantial de soles, de Manuel Enríquez.