Muere Deborah Kerr a la edad de 86 años
Formó parte de una de las parejas más románticas de la pantalla junto a Cary Grant y de la mano de Leo McCarey en Tu y
Formó parte de una de las parejas más románticas de la pantalla junto a Cary Grant y de la mano de Leo McCarey en Tu y yo, pero sin duda la mayoría de los espectadores la recuerdan por esa tórrida escena de playa que se marcó junto a Burt Lancaster en De aquí a la eternidad. Los papeles que mejor se le dieron fueron los de mujer decente enfrentada a situaciones que le sobrepasaban. Como en Las minas del rey Salomon junto a Stewart Granger; en La noche de la iguana, donde contrarrestaba con esa belleza plácida y como de otra época la animal y ecléctica de Ava Gardner; en el oscarizado musical El Rey y Yo, enfrentándose primero y enamorándose después del tirano monarca de un país exótico perdido de la mano de Dios al que daba vida Yul Brynner; o en ese grandioso templo cinematográfico llamado Narciso Negro, donde interpretó a una madre superiora implacable.
Deborah Kerr ha muerto cuando acababa de cumplir 86 años -concretamente el pasado 30 de septiembre-, después de sufrir durante años la enfermedad del Parkinson. La actriz escocesa que fue descubierta por un productor de cine británico que le contrató para dos películas en 1941, pronto obtuvo gran éxito interviniendo en importantes títulos del gran cineasta Michael Powell como el mencionado Narciso negro y El coronel Blimp. Pero su salto al estrellato vendría finalmente de la major más rugiente: la Metro Goldwyn Mayer para la que trabajo en Las minas del rey Salomon, Quo Vadis o El prisionero de Zenda.
Después vendrían grandes títulos en los que compartiría pantalla con grandes estrellas. Además de las mencionadas, Marlon Brando y James Mason en Julio César o Kirk Douglas en El compromiso.
Kerr se casó dos veces y tuvo dos hijas. En sus últimos años vivió en Suiza, aunque muchos hablan de sus largas estancias en Marbella. La muerte le llegó cuando se encontraba en su Gran Bretaña natal, concretamente en el condado de Suffolk, pero ella siempre será eterna como los papeles que interpretó.
Formó parte de una de las parejas más románticas de la pantalla junto a Cary Grant y de la mano de Leo McCarey en Tu y yo, pero sin duda la mayoría de los espectadores la recuerdan por esa tórrida escena de playa que se marcó junto a Burt Lancaster en De aquí a la eternidad. Los papeles que mejor se le dieron fueron los de mujer decente enfrentada a situaciones que le sobrepasaban. Como en Las minas del rey Salomon junto a Stewart Granger; en La noche de la iguana, donde contrarrestaba con esa belleza plácida y como de otra época la animal y ecléctica de Ava Gardner; en el oscarizado musical El Rey y Yo, enfrentándose primero y enamorándose después del tirano monarca de un país exótico perdido de la mano de Dios al que daba vida Yul Brynner; o en ese grandioso templo cinematográfico llamado Narciso Negro, donde interpretó a una madre superiora implacable.