Las cartas de Juan Ramón Jiménez, otra forma de hacer poesía y memoria

Dentro de los actos que se están llevando a cabo por el cincuenta aniversario de la concesión del Premio Nobel a Juan Ramón Jiménez, destaca la aparición del epistolario del poeta, cuyo primer volumen, presentado este lunes, demuestra que las cartas para el de Moguer eran otra de forma de hacer poesía y memoria.

Epistolario I (1898-1916) es el primer volumen de la trilogía epistolar, que ha sido editada por la Residencia de Estudiantes, en colaboración con la Fundación El Monte y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, fruto del trabajo y la laboriosa investigación realizada por Alfonso Alegre Heitzmann, con la ayuda de la sobrina nieta del poeta, Carmen Hernández Pinzón.

Este primer volumen, que reúne 420 cartas ordenadas cronológicamente, escritas entre diciembre de 1898 y enero de 1916, muestran en su primera epístola a un joven de 17 años, que no quiere ser abogado y quiere ser poeta y que le escribe a su madre, doña Pura, desde la Residencia de Estudiantes, desde donde le cuenta cómo es la Colina de los Chopos y su relación con el director y gran amigo Alberto Jiménez Frau.

También este volumen corresponde al periodo en que el Modernismo circulaba por España, un momento en el que, según Rubén Darío, las dos figuras importantes de la poesía en este país eran Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado, como recordó este lunes el editor del libro y director de la revista Rosa Cúbica, Alfonso Alegre.

Un periodo en el que el poeta de Moguer también escribía a escritores e intelectuales mayores, además de a Rubén Dario a quien dirigió 39 cartas, a Unamuno, Valle Inclán, Ramiro de Maeztu, Salvador Rueda, Jacinto Benavente, Ramón Gómez de la Serna, Ortega y Gasset, Eugenio d'Ors, Gregorio Marañón, Rafael Cansinos Assens, Azaña, Fernández de los Ríos, Menéndez Pidal, María Lejarra, o Manuel Machado, entre otros.

Cartas, en su mayoría inéditas y que, en opinión de Alfonso Alegre, tienen un doble interés: el primero, "el literario, puesto que Juan Ramón escribía cada una de ellas como si se tratase de una pieza literaria, porque el quería que se publicasen, y no sólo las suyas sino las que él recibía. Era absolutamente meticuloso en las mismas, le obsesionaba que no tuviesen erratas y ya en este periodo mostraba su enfermedad".

"Y en segundo lugar -dice Alegre-, estas cartas son todo un estudio de la vida y de la obra de Juan Ramón. Son fundamentales para entender datos. Son unas memorias, donde, además, se cuenta su vida cotidiana, su generosidad, sus deseos, su relación con otros poetas. Todo, y cuyo material ha sido el más difícil de encontrar".

Un primer volumen, que acaba cuando Juan Ramón está a punto de escribir "Diario de un poeta recién casado", una obra considerada paradigma de la vanguardia y que el poeta escribió tras contraer matrimonio y viajar a Nueva York.

El Epistolario II, que ya está en marcha, según anunció la directora de la Residencia de Estudiantes, Alicia Gómez Navarro, comprende el periodo de 1916 hasta 1936, año que comienza el exilio de Juan Ramón y Zenobia, y de la llamada poesía pura y desnuda del poeta. Aquí el autor de Platero y yo habla de Octavio Paz, Borges, Ezra Pound, o John Dos Passos, entre otros muchos. Y el tercer volumen, de 1936 hasta 1958, año que muere Juan Ramón, y época de la poesía madura del poeta, y cuya obra todavía está por descubrir", subraya el editor.